miércoles, febrero 13, 2008

Tallas. Hacer políticas de verdad

El estudio y la propuesta de la unificación de las tallas es un ejemplo de esa política que tiene incidencia en los ciudadanos, pero que el debate política crispado, especialmente en las semanas previas a las elecciones generales, nunca consigue incluir.

Todos nos sentiríamos extraños que un metro tiene una longitud diferente dependiendo del establecimiento comercial, que un kilo fuese diferente de una tienda a otra, que una hora durase más o menos según el servicio que contratásemos o que el volumen de un litro fue determinado por cada empresa embotelladora.

Nos volveríamos locos, pero no hemos caído que hemos estado consintiendo que esta situación se dé en algo tan cotidiano como son las prendas de vestir. Las referencias generales no perjudican a nada y benefician a casi todos, quedándose fuera los que hacen un gran negocio con las llamadas tallas especiales que realmente no lo son, que son únicamente tallas grandes que se numeran caprichosamente para conseguir más beneficios por la especialidad del tamaño.

La competencia para esta medida se encuentra en la décimo segunda regla del artículo 149.1 de la Constitución atribuye al Estado competencia exclusiva en pesas y medidas, así como en la determinación de la hora oficial. Esta competencia ha sido atendida por el Ministerio de Industria y Centro Español de Metrología.

Ahora queda que la propuesta del Ministerio de Sanidad se tramite por medio de normas y no con códigos de autorregulación que luego los suscriptores no atienden y se desatienden. Lo que ha presentado el ministro Soria es política de la verdad, la que afecta a todos, que tiene serias repercusiones industriales, económicas y sanitarias. Éste sí que ha sido un gobierno para los ciudadanos.

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