Decía Blaise Pascal que hay razones que “el corazón tiene razones que la razón desconoce”. Me ha venido a la cabeza esta cita después de escuchar dos declaraciones de canciller alemana Angela Merkel sobre la política española.
La canciller se descolgó en declaraciones a la prensa manifestando que de corazón deseaba que Mariano Rajoy ganara las elecciones del próximo 9 de marzo. A los pocos días dijo que lo racional era desear que la economía estuviera como la tenía Zapatero.
Es evidente que a la canciller alemana el corazón y la razón no le funcionan simultáneamente y que sus razones para apoyar a Rajoy no tienen nada de racionales, pues racionalmente lo lógico hubiera sido respaldar al Presidente Zapatero.
La canciller se descolgó en declaraciones a la prensa manifestando que de corazón deseaba que Mariano Rajoy ganara las elecciones del próximo 9 de marzo. A los pocos días dijo que lo racional era desear que la economía estuviera como la tenía Zapatero.
Es evidente que a la canciller alemana el corazón y la razón no le funcionan simultáneamente y que sus razones para apoyar a Rajoy no tienen nada de racionales, pues racionalmente lo lógico hubiera sido respaldar al Presidente Zapatero.
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