jueves, febrero 28, 2008

Análisis de la nueva canción del Partido Popular

Soy de la opinión que las mejores canciones políticas son aquellas que no hacen referencia directa a opciones determinadas, sino a otra temática. Son políticas no por su letra, sino por el significado social que se les ha atribuido.

Los directores de la campaña del PP tienen otra opinión diferente a la mía (cosa que no me extraña). Han decidido sacar una canción que emocione a los asistentes a sus actos y que puedan cantar al unísono (no les vaya a salir otras canciones). El resultado es una canción, con estilo de música de misa parroquial.

La he escuchado una vez. No sabía si reírme o lamentar que los cerca de cinco minutos que había empleado en la audición no iba a poder recuperarlos nunca. Tan conmocionado me he quedado que volví a escucharla para transcribir su letra y poder analizarla. Os presento el resultado de mi “atento estudio”.

Si tienes nuevas ideas: es bueno eso de tener nuevas ideas, aunque es mejor aún tener ideas.

Creo que tienen razón: el PP necesita nuevas ideas para defender lo viejo.

Y piensas que algo debe cambiar: pues sí, algo debe cambiar, especialmente el Partido Popular.

Si crees que todo es posible: claro, si piensas que Celia Villalobos es una intelectual, que Mariano Rajoy un hombre de la calle o que Pizarro sabe de economía, tu sitio es el PP.

Ven a la revuelta popular: espero y deseo que no estén incitando a que vaya altercados. Debe ser una revuelta estupenda, una revuelta para obedecer a los obispos. Emocionante.

Buscamos a gente valiente: eso está bien para el ejército, para un partido yo prefiero a gente honrada, eficiente y sensibilizada con los problemas sociales.

Soñadores que puedan imaginar: no sólo hay que ser soñador, sino que se ha de ser un soñador imaginativo. Es decir, que lo de soñar con la vecina de arriba no vale.

Soñar con una España nueva: ¿España, dijo Rajoy en el debate, no tenía quinientos años? ¿Ya ha caducado? ¿Habrá que soñar con una España nueva o con una camisa nueva?

Vivir en un mundo de igualdad: para ellos vivir en igualdad está en el mundo de los sueños y la imaginación. Bueno, pues que sueñen más.

[Estribillo: será comentado al final]

Sabes que es nuestro momento: Sí, sé que es vuestro momento de volver a perder las elecciones y tiraros cuatro añitos más en la oposición.

No podemos dejarlo escapar: totalmente de acuerdo, no podéis dejar de escapar la oportunidad de seguir estando en la oposición.

No, no esperes más tiempo: tranquilos, hasta el 9 de marzo tengo tiempo para colaborar, con mi voto, a manteneros en la oposición.

Ahora te tienes que mojar: ¡qué mal les queda a los peperos ponerse modernos y cercanos!

Hoy, queremos invitarte: gracias, pero no, elijo bien a mis amigos.

A un proyecto de justicia y libertad: ¿La justicia que tuvieron los que aún están enterrados en cunetas? ¿La libertad de no poder decidir que preferimos no morir con dolores indecibles?

La historia está de nuestra parte: especialmente si la escribe Pío Moa.

Juntos vamos a revolucionar: ¿revolucionar qué? Revolucionar es un verbo transitivo.

Habrá que currar muy duro: vale lo dicho antes sobre “Ahora te tienes que mojar”.

No nos lo van a regalar: y yo que quería las indemnizaciones de Villalonga y Pizarro cuando dejaron de ser comisarios del PP en las empresas públicas recién privatizadas.

Somos la apuesta del futuro: no sabía que el futuro apostara. Además ser la apuesta no tiene que ser el futuro. Yo apuesto por el Betis cada vez que empieza la Liga, y eso no hace que la gane.

Nos llaman Partido Popular: al revés, os llamáis “Partido Popular”, ya que vosotros habéis elegido el nombre y los demás nada tenemos que ver. Es el nombre oficial del PP, no un apelativo o mote. Podríais haber dicho: "nos llaman peperos, fachas".

[Estribillo]

Uniremos nuestras ilusiones: unir las ilusiones es acabar teniendo una sola ilusión, como la sólo tienen un pensamiento único.

Lucharemos por defender nuestros valores: ¿en futuro? Lo deseable y por lo que os votan por es porque lo hagáis desde ya (o desde que se refundó el PP).

Por el futuro de los españoles: es decir, lucharán por defender nuestros valores, por el futuro de los españoles, con lo que queda claro que sin sus valores el futuro de los españoles les da igual.

Avanzaremos en todas direcciones: eso es bueno, que avancen en todas direcciones, porque hasta ahora sólo lo han hecho hacia la derecha.

Decisiones irracionales que pueden ser muy racionales

“El Mercantil Valenciano” publica una noticia cuyo titular es un ejemplo de equivocidad. Dice este medio “Un estudio universitario valenciano afirma que los políticos toman decisiones ‘poco racionales’”.

Independientemente de la opinión que nos merezcan las decisiones de un político u otro, de que las consideremos acertadas o no, cuando se da una noticia cono ésta hay que huir del sensacionalismo y definir desde el principio de que a la racionalidad a la que se alude es un concepto determinado de racionalidad.

Yo seré más o menos racional dependiendo del concepto de racionalidad que me apliquen y hay tantos conceptos de racionalidad como teorías que se han elaborado sobre este tema y rama de la ciencia que investigue.

El estudio se basa en la “Teoría de la elección racional”. En esta teoría se considera que la elección más racional es aquella que proporciona una mayor utilidad. “Utilidad”, otro concepto problemático, pero que consideramos equivalente a “rendimientos económicos”, que tampoco es decir mucho. Dicho a lo bruto, una elección es más racional cuantos más rendimientos económicos proporcione.

Apliquemos simpáticamente a algunas de las elecciones que un político puede tomar. Tener servicios de asistencia a las personas mayores sería una elección poco acertada e irracional, porque el bienestar y la salud de los mayores producen mucho gastos, ellos gastan poco si se mantienen vivos y sanos, produciéndose por tanto un déficit. Lo racional sería cerrar estos servicios, si los hay siempre que los ingresos sean menores que los beneficios directos e indirectos del servicio.

Esta es la racionalidad a la que, en el fondo, está aludiendo el precitado estudio. ¿Es deseable que los políticos sean racionales o irracionales según esta teoría? Habrá asuntos en los que esta racionalidad sea deseable, pero muchos otros en los que no, y especialmente en los más sensibles desde un punto de vista de cohesión social. Será poco racional, pero yo quiero que disponer de servicios de atención cuando sea mayor y no sea rico para pagarlos yo (que es lo previsible).

miércoles, febrero 27, 2008

Personas de orden

Una categoría que oigo utilizar con cierta frecuencia es la de ser una “persona de orden”. Como todas las categorías intuitivas es fácil saber a qué se refiere, pero su definición tiene obstáculos. Hagamos un intento.

Una “persona de orden” es aquélla que está totalmente de acuerdo, al menos explícitamente, con el orden conservador, que no es necesariamente el orden establecido. Esto es así porque el orden conservador se basa en la idea de que la verdadera esencia de las cosas corresponde a un tiempo anterior.

La innovación en esas esencias no es necesaria e incluso es nociva. Nosotros sólo hemos de mantener actuales estas esencias. El paso del tiempo hace impracticable mantener el pasadote forma incólume, por lo que se pasa a la añoranza y a intentar salvar los elementos más beneficiosos de lo pasado.

Las “personas de orden” consideran que todo tiene, y el nombre no es vano, un orden. Ese orden es jerárquico, sin movilidad o movilidad simbólica, y, claro, ellos siempre deben estar en las posiciones superiores de ese orden jerárquico.

Las “personas de orden” se sienten seguras cuando el poder está de su lado, pero se convierten en seres casi paranoicos cuando consideran que el poder no garantiza su orden, ya que consideran ilegítimo e inmoral cualquier orden que no sea el suyo.

Las “personas de orden” están tan convencidas de que su orden es el único verdadero y bueno. Precisamente, por esta consideración, sostienen que los otros órdenes posibles no sólo son falsos, sino que son consecuencia de alguna patología, ya que una mente ordenada únicamente podría aceptar su orden. Si se cree, se piensa o se mantiene otro orden no es por error en el conocimiento, pues el orden es evidente, sino porque hay una tara mental.

Para las “personas de orden” su orden es lo normal, o debería serlo, lo que se sale de ese orden es anormal o raro. Tienen una fuerte tendencia a confundir la realidad y el deseo. Siempre piensan que la mayoría como ello o tiene su misma escala de valores. Si la realidad les desmiente reducen el espectro de la realidad y sólo pasan a ser considerados como reales lo que sí coinciden, los otros son subproductos de la realidad.

La única flexibilidad que admiten es la referente a ellos mismos o su círculo: la consabida doble moral que en este caso llega ser una doble ontología. Son pocos los casos en los que la cercanía existencial del hecho no altera lo que antes se considera normal, aunque ello no implica a ningún replanteamiento, sino que pasado el hecho se vuelve a la situación anterior.

John Rawls no hubiera pensado formular su célebre “velo de ignorancia” si hubiese tratado con “personas de orden” tan habitualmente como lo he hecho yo. Como yo indiqué anteriormente el orden de estas personas es un orden jerárquico y realmente interesante como se reconoce la propia inferioridad dentro la jerarquía.

Las “personas de orden” siempre consideran que hay gente por debajo, despreciando cualquier criterio cualitativo a la hora de establecer grupos y estratificación para asumir únicamente los cualitativos del propio orden. De hecho admitir la inferioridad es una forma de incorporar un elenco de criterios que les permita a esos “inferiores” considerarse superiores a otros.

martes, febrero 26, 2008

A vueltas con Marruecos

Manolo Millón escribió una entrada con el título “Marruecos nos va a machacar, sobre todo a los andaluces”. Yo le respondí con un cometario en su blog y una entrada en el mío: “Marruecos: salarios bajos y alto riesgo inversor”. Recibí réplica con la entrada “Invirtiendo en Marruecos”. Vuelvo a contestar con intención de acabamiento.

Antes de empezar tengo que hacer una precisión. Cuando se cita o extracta un conjunto de artículos y se le pone título, como hace Manolo Millón, hay una labor indiscutible de autoría y de asunción de lo extractado, salvo que se cite para ponerlo en cuestión. Para escribir esta entrada he recurrido a muchos datos, pero con la excepción de un estudio no los cito expresamente, porque he tenido un día malo y no estoy como enlazar (espero vuestras comprensión). El hecho de que haya que promocionar las inversiones en un país como lo hace el gobierno marroquí o incluso otros países, implica que es un producto difícil de vender a los ojos de los inversores.

Las expropiaciones después de la independencia, por llamarlas de alguna manera, quebraron no sólo la raíz económica de Marruecos, sino que han condicionado la percepción externa de este país. Aún hoy el gobierno marroquí sigue aferrado a la tierra que expropió, negándole a los extranjeros el derecho de propiedad, por más que la “Sociedad de Gestión de Tierras Agrícolas” haya sido un fracaso inmemorial. Esto tampoco genera confianza.

La base de tu argumentación es que los salarios bajos, la falta de sindicatos y la debilidad de la Ley atraen inversiones. La base de mi contrarréplica es que esto no es suficiente que atraer inversiones de cierto nivel, para que las inversiones sean duraderas y mucho menos para presentar a Marruecos como modelo de libre mercado.

A tu argumento de base puedo denominarlo como “trinca mientras dure”. El problema es que estas duraciones terminan de golpe y luego pierdes lo invertido, los clientes que esperaban productos que no puedes proporcionar y credibilidad en el mercado. No me parece que “trinca mientras dure” sea un criterio serio.

Hablaba yo de inseguridad jurídica y tú no sólo no reconoces que tengo razón, al menos una parte, sino que te empecinas en poner a Marruecos como el paraíso del capitalismo. No en vano dices: “Si a eso añades mano de obra cualificada, cercanía, escaso poder de los sindicatos, menos trabas al despido, mayor seguridad jurídica... ahora mismo te sale Marruecos” (el subrayado y la negrilla son mías). Decir o sugerir que en Marruecos hay seguridad jurídica es poco realista, si me permites.

Hablo de que prefieres la inseguridad jurídica a la seguridad jurídica por el siguiente comentario: “Delphi sabe bien a lo que se refieren los sindicatos locales cuando se quejan de la paz social y de la vista gorda de la Administración y la Justicia marroquíes. Pronto hará un año que despidió a casi 450 empleados por defender sus derechos sindicales. No hubo oposición. Hoy emplea a más de un millar, y en la nueva empleará a unos 3.000”. Podrás decirme que lo dice “El País” pero el enlace me lleva a un bonito reportaje sobre el “Homo Bionicus”, de forma que lo tomo como tuyo. En todo caso y pensando que es una cita, la omisión de crítica constituye por sí una aprobación (y seleccionar es aprobar).

Personalmente no veo la seguridad jurídica por ningún sitio. En el Informe Global sobre Corrupción de 2007, que se centra en la Justicia, Marruecos ocupa el puesto 79, más del sesenta por ciento de los usuarios consideran que el sistema judicial es corrupto y tres de cada cinco confiesa haber pagado un soborno. Los dos estamos de acuerdo, eso pienso, en que la Justicia es el mejor instrumento para resolver las ilegalidades y las rupturas contractuales. Una Justicia corrupta no aporta confianza a la inversión, porque se vende al mejor precio. En Marruecos el problema no es solamente la Justicia, sino cada una de las instancias administrativas que a su nivel te van a pedir algo cada vez mayor.

Puede que las circunstancias inconfesables hagan que la Justicia esté a favor de un determinado inversor, incluso en contra de la Ley, pero esas circunstancias son tan poco previsible, tan tendentes al aumento de precio que dudo que merezcan la pena. Tú dices que económicamente sí vale la pena porque las ganancias, aún pasajeras, pueden resultar atractivas por comparación y los costes menores: “[…] comprar a un funcionario corruptible es mucho más caro y difícil aquí que en Marruecos.”

Me parece que pasar por alto el hecho de que la Ley, en Marruecos, se identifique con la voluntad del Rey es trivializar. El hecho de que los sindicatos puedan ser débiles no quita nada a la pervivencia de otras estructuras, muchas de ellas feudales, con las que hay que pactar continuamente y tienen mecanismos de “persuasión” mucho más contundentes que los sindicatos europeos (sobre sindicatos es mejor que ni hablemos).

La Monarquía marroquí se asienta sobre el ejercicio autoritario del poder y un fundamento religioso, no en vano el Rey es el “príncipe de los creyentes”. Esto implica cierto grado de populismo para que la inestabilidad social no se transforme en inestabilidad política y este populismo tiene como objetivo predilecto al extranjero, no sólo por serlo, sino por ser además infiel.

Si llevamos al extremo el argumento de los salarios, tendríamos que considerar que la vuelta de la esclavitud legal sería una medida de incentivo económico. La lucha contra esclavitud fue también una lucha económica, por la igualdad de armas en el mercado internacional.

Vayamos a lo personal. Reconozco que tengo el defecto de escribir, en ocasiones, con “mala baba”. Te explico lo quise decir con “mala fe” en este caso: “comparar dos dimensiones no comparables. Decir que Marruecos nos va a machacar es pensar que la deslocalización es culpa de alguien, cuando sabes, como yo lo sé, que es una opción económica; decir que nos va a machacar es sugerir que nuestro nivel desarrollo es igual al de Marruecos y que no seremos capaz de aguantar su empuje (Alemania sigue siendo una potencia y sí que ha tenido deslocalizaciones).

En la réplica que me das, considero que vuelves a comparar situaciones que no son comparables: Venezuela y los países de la Unión Europea. Tampoco es comparable el decisionismo y el autoritarismo con las promesas electorales en una Democracia. El procedimiento es consustancial a la Democracia y al Estado de Derecho y es la mejor forma de evitar el populismo.

También, como tú he sido insultado muchas veces. En muchas ocasiones son calificativos parecidos a los que tú pones. No era mi intención insultarte, como te contesté en mi blog, aunque he de confesarte que me alaba que haya abierto un nuevo hueco en ese catálogo que citas (lo digo con una amable sonrisa). Lo de “autodenominado liberal” no tengo la impresión de que sea un insulto, es más, no me molestaría que alguna vez me dijeras “autodenominado socialdemócrata”. En todo caso nunca ha sido mi interés insultarte y en mi blog así te lo he manifestado.

Te agradezco que alguna vez me hayas comparado con Egócrata, Judas o Lüzbel, aunque me reconozco más en ese escalón atrás en el que tú me sitúas ahora.

Apuntes sueltos sobre el debate

Deben ser ya cientos las páginas dedicadas en periódicos y en blogs al primer “debate presidencial”. Analistas más capacitados que yo han escrito sobre todo: quién ganó, cómo lo hizo y muchos intentan ahora maquillar la situación. Yo me voy a conformar con algunas consideraciones sin ningún afán sistemático:

1) Rajoy insistió hasta la saciedad en la cifra del paro y Zapatero en los empleos creados. Realmente los dos tenían razón y cada cual empleaba el dato que mejor les venía. La pregunta es la siguiente: ¿Es preferible tener 17 millones de trabajadores y 2 millones de parados (Rajoy) o 20 millones de trabajadores y 2,2 millones de parados (Zapatero)?

2) El candidato del Partido Popular quiso hacer una ventaja del hecho de hablar primero y marcar los temas de los que deberían hablarse. Insistía en la inmigración y, claro, la regularización con el “bonobús” le dio fuerte a Rajoy, que parecía que no sabía ni qué era eso. Los bloques de discusión me parecieron demasiado amplios y más cuando hay dos debates; los partidos podían haber concretado mucho más los bloques, aunque si no lo hicieron es porque no quisieron.

3)Lo que más gracia me hizo fue el intento de Rajoy de decir de qué se puede hablar y de qué no se puede hablar. Él se remontaba a 1996 cada vez que le apetecía, pero quería que Zapatero no hablase más allá de 2004. Evidentemente cuando uno ha sido Vicepresidente del Gobierno y ministro de varios departamentos tiene que someterse a la crítica; cuando uno se presenta como el más capacitado, ha de asumir que se examine a fondo la capacidad demostrada cuando tenía responsabilidades. Rajoy tiene pasado más que le pese.

4) Rajoy ha decepcionado por enésima vez a sus fieles. El hecho de haber ridiculizado continuamente a Zapatero hace la derrota mucho más humillante: cosas del juego de expectativas. Si durante toda la legislatura les ha dicho de todo a Zapatero, es difícil subir el tono en una “cara a cara”, salvo que mientes a su familia: cosas de gastar artillería antes de tiempo. De todas formas no creo que Rajoy vaya a perder ni a un solo fiel por el debate, al igual que Zapatero.

5) Los del Partido Popular deben echar a la calle inmediatamente al genio que se le ocurrió el cuentecito de la niña para acabar. Nadie se considera tan tonto como para necesitar que le hagan las propuestas por medio de una narración. Además Rajoy la leyó, cosas de tener las ideas poco claras.

lunes, febrero 25, 2008

El PP promete una medida que ya existe

Un amigo abogado que ha mandado un mensaje en el que me decía que el punto 908 del Programa del PP comete un error de bulto, prometiendo una cosa que ya se hace.

Dice el punto 908 del programa del PP: “Reformaremos la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que el quebrantamiento de una orden de alejamiento sea juzgado a través de un juicio rápido.”

Resulta que esto ya existe y que no hace falta reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal, porque el quebrantamiento de una orden de alejamiento ya es juzgado por medio de un juicio rápido. (art. 795 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal). El PP propone hacer una cosa que ya existe y ellos no se han enterado.

Titulan su programa “Las ideas claras”; no tienen las ideas claras, ni siquiera las tienen confusas; lo que sí es cierto es que NO TIENEN NI IDEA. ¿Así piensan gobernar España?

Dos formas de anunciarse, dos opciones diferentes

Anoche, por primera vez, vi anuncios de campaña electoral. Uno del PSOE y otro del PP. Naturalmente la valoración que voy a hacer no es objetiva, pues uno no se autodenomina “Geógrafo Subjetivo” en vano y tengo muy definida mi opción política desde hace bastante tiempo.

En el anuncio del PSOE un joven iba a recoger a su madre para llevarla a votar, aún sabiendo que ella votaría al PP. El uno le preguntaba al otro sobre si había cambiado de opinión y ninguno de ellos lo había hecho. Subía la cámara y enfocaba un cartel electoral de Zapatero con el lema, creo, “votar con todas tus fuerzas”. El anuncio dejaba un buen sabor tremendo y rápidamente se sentía identificado con esa madre y ese hijo, eso sí, te entran unas ganas tremendas de votar igual que el joven: al PSOE.

El anuncio del PP era uno del que algo había leído: el del embargo. Mal rollo por todos lados y además difunde el mensaje de Zapatero. Este anuncio tiene el problema que sólo le llega a los embargados o los que están bajo amenaza inminente de embargo, especialmente cuando en España, si algo se tiene claro, es que lo último que se deja de pagar es el piso. Junto a ello, socialmente se tiene la consideración de que quien pierde su casa es porque no ha sido responsable, trabajador y que ha atendido antes a otras cosas que a su propia familia.

Uno es el anuncio del talante; el otro el de la crispación que ahora niegan mientras son capaces de emitir ese anuncio de publicidad negativa. Uno es el anuncio de los españoles de verdad, del presente, de la gente que se quiere más allá de las decisiones electorales; el otro es el anuncio del fracaso, en el que ningún español quiere verse aunque sea para decir que hay evitarlo. Uno el voto de la esperanza; el otro el voto del miedo. Uno es un anuncio de una realización impecable; el otro es un anuncio cutre, propio de culebrones y con el peligro de que nadie se identifique con la familia tipo que ellos ponen como ejemplo.

domingo, febrero 24, 2008

Marruecos: salarios bajos y alto riesgo inversor

El otro día “El País” publicaba una noticia sobre los bajísimos salarios en Marruecos, que son utilizados como incentivo por ese país para atraer inversiones extranjeras. Alguien, con más mala fe que acierto, comparaba lo bien que lo estaba haciendo Mohamed VI y lo mal que lo hacíamos los españoles, específicamente los andaluces y que “Marruecos nos va machacar”.

El argumento es propio de un extraterrestre que acaba de llegar a nuestro planeta. Si Marruecos fuera un vergel de inversiones extranjeras, una economía creadora de empleo y de riqueza no habría millones de marroquíes en Europa Occidental trabajando, cosa que no pueden hacer en su país de origen.

Después ahora un dato que directamente es mentira. Andalucía no tiene la tasa de paro más alta de España, la tienen Ceuta y Melilla, pero como allí gobiernan los presuntamente liberales del PP no se dice nada.

Se aprende en primero de carrera que para calcular lo interesante que un sitio para invertir hay que calcular el riesgo. El riesgo tiene componentes muy variados, entre ellos la seguridad jurídica. El hecho de que los trabajadores puedan ser despedidos ilegalmente no es realmente un indicador muy bueno, ya que la arbitrariedad de los tribunales y de la Administración marroquí se puede volver en tu contra, con la misma facilidad que la has tenido a favor. Además de hartarte de pagar grandes sobornos, tendrán un chorreo continuo de pequeños sobornos e inconvenientes que cualquier tipo con un gorra en la cabeza quiera ponerte para poder sacarte el pertinente soborno.

Si las inversiones se calculasen únicamente sobre los salarios, hay países muchos más interesantes para invertir en el sur del mismo continente en el que Marruecos está. Pero el riesgo es tenido en cuenta.

Debería ser extraño que un autodenominado liberal estuviera a favor de la ausencia de Estado de Derecho y de la inseguridad jurídica, pero en este país liberales de verdad, yo no conozco a ninguno. Con los precedentes históricos del poco respeto que tiene Marruecos por el principio “pacta sunt servanda” y todo lo que tenga que ver con las limitaciones jurídicas, legales o contractuales, la estabilidad de una inversión depende de la voluntad de una persona, el Rey, y de su camarilla, que no son de los fiables.

Acerca de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre adopción y homosexualidad en Francia

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), cuya sede está en la ciudad de Estrasburgo, ha vuelto a ser noticia nuevamente. Como hizo hace unos años, ahora se ha vuelto a pronunciar acerca de la discriminación legal de los homosexuales en su sentencia en el caso Fretè contra Francia, ahora vuelve a pronunciarse sobre la homosexualidad, concretamente sobre en relación la capacidad de los homosexuales para adoptar en su sentencia en el caso E.B. contra Francia.

Dado lo confusas que suelen ser las informaciones periodísticas sobre este tema, en esta entrada quiero hacer una síntesis de los hechos, indicar los fundamentos jurídicos de la sentencia y precisar el alcance de la jurisprudencia aquí contenida.

En 1998, una ciudadana francesa que, en el momento de los hechos, mantenía una relación de pareja con otra mujer solicitó la autorización administrativa que le reconociera la idoneidad para adoptar. El artículo 343-1 Código Civil francés permite adoptar tanto a los matrimonios como a las personas solteras y, en virtud de este artículo, E. B. (nombre que le da la sentencia) solicita la autorización antes descrita.

Los servicios sociales franceses hicieron las investigaciones previstas, entre ellas varias entrevistas con un psicólogo. Después de finalizar todo el periodo de comprobación de la idoneidad, el Presidente del Consejo de Familia del departamento en el que vivían, rechazaba la concesión de la autorización sobre dos motivos (párrafo 17):

1) Que la solicitante presentaba una laguna en el papel de la figura paterna y que esto podía afectar al desarrollo del niño

2) Que la pareja de la solicitante no parecía involucrada, aunque no se oponía al plan de la solicitante.

Tras esta resolución se interpuso un recurso ante el correspondiente tribunal administrativo, iniciándose una serie de sentencias y recurso que terminó en 2002 con la decisión del Consejo de Estado, máxima instancia de la justicia administrativa en Francia. Esta instancia confirmó definitivamente la decisión del Consejo de Familia (párrafos 21 a 25).

La solicitante presentó una demanda contra Francia ante el TEDH por violación del artículo 8 de la CEDH (derecho a la intimidad personal y familiar y prohibición de interferencia del Estado) en conexión con el artículo 14 de la CEDH (igualdad). El TEDH se pregunta si autoridades francesas habían discriminado a las demandantes al no autorizarles a adoptar por ser homosexuales, causa de exclusión de que no recoge la legislación francesa (párrafo 50).

Hay que señalar que las sentencias del TEDH resuelven un caso singular, en una situación y sobre la legislación que un país concreto aplica. El TEDH mantiene que los diversos Estados-Partes en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) mantiene un amplio margen de apreciación, por lo que el caso debe ser estudiado a partir de las especificaciones de la legislación francesa, ya que Francia era el estado demandado en este caso.

Esto quiere decir que en este caso el TEDH no establece un principio general, al reconocer un margen de apreciación. Consecuentemente esta jurisprudencia del TEDH sólo será aplicable a los estados que tengan una regulación de la adopción que sea equivalente a la de Francia.

El TEDH mantiene que si la legislación francesa permite la adopción a personas solteras la objeción de tener una laguna en la figura paterna haría imposible el derecho que el Código Civil otorga a los solteros (párrafo 39). El TEDH mantiene que esto no es más que un obstáculo buscado específicamente para impedir que la solicitante pudiera adoptar sin decir expresamente que la causa era su homosexualidad y su vida en pareja (párrafo 89).

Mantiene que la consideración de que la homosexualidad de la solicitante va en contra de la Convención de Derechos del Niño no es aplicable, ya que no se trata de una adopción sino de la autorización para poder hacerlo y si la no concesión de ésta podía violar el artículo 8 en conexión con el artículo 14 de la CEDH (párrafo 44). En todo caso señala que las previsiones deben ser examinadas en virtud de los desarrollos de la legislación en Europa y que el CEDH es un instrumento vivo que debe ser interpretado a la luz de las condiciones presentes (párrafo 46).

Dice el TEDH literalmente:

“El Tribunal [TEDH] señala que el Derecho francés permite adoptar a las personas solteras […], abriéndose de ese modo la posibilidad de adopción por un soltero homosexual, la cual no es discutida. Contra los antecedentes de las normas del Derecho Interno, se considera que las razones expuestas por el Gobierno no pueden ser consideradas como particularmente convincente y con el peso suficiente para justificar el rechazo de la autorización pedida por la demandante” (párrafo 94).

Para terminar hay que decir que este caso ha sido resuelto por la “Gran Sala” dada la importancia de este caso (artículo 30 del CEDH y 72 del Reglamento del TEDH: párrafo 3) y se resolvió en un mismo momento la admisibilidad y el fondo del caso. La decisión fue adoptada por diez votos contra siete, dándose además cuatro votos particulares disidentes y un voto particular concurrente.

Texto íntegro de la sentencia del TEDH en el caso E. B. contra Francia (en inglés)

sábado, febrero 23, 2008

Diario de Sevilla no da el final de una noticia

La aparición, hace ya muchos años, del “Diario de Sevilla” en los kioscos de la capital andaluza fue un chorro de aire fresco dentro del panorama de los medios locales. Los propietarios del “Diario de Cádiz” habían constatado que había mercado, que los lectores de prensa se quejaban de la escasa calidad y el sesgo de los periódicos locales.

El nuevo periódico no tenía el tono entre panfleto y hoja parroquial del “ABC de Sevilla” y no se alineó de una forma demasiado clara dentro del espectro político de la ciudad. Esto duró un tiempo y con menos descaro que el “ABC” ya ha tomado partido por un partido, por el PP.

Dado que no vivo en Sevilla, sino a cientos de kilómetros, sigo este medio a través de su página web y hay cosas que han comenzado a no gustarme. A pesar de ello he de reconocer que, en cierta ocasión, critiqué en sus comentarios la redacción de un titular y ellos se pusieron en contacto conmigo de forma muy profesional y me dieron explicaciones, lo cual es digno de recalcar.

He dicho que hay cosas que han empezado a no gustarme y voy a señalar una de ellas, aunque antes he de señalar los antecedentes. La peatonalización de la avenida de la Constitución y el establecimiento de un Tranvía desde el Prado hasta la Plaza Nueva ha sido el centro de la polémica municipal durante los excesivos meses que han durado las obras. Una vez inaugurado el tranvía salieron los que consideraban que los tranvías eran perjudiciales para el entorno de la Catedral, pero que nunca abrieron la boca para decir que la contaminación estaba destruyendo la piedra de la Catedral.

El “Diario de Sevilla” publicó, el 22 de enero, una noticia que decía que en Florencia se iba a convocar un referendum para que los ciudadanos decidieran si el tranvía debía pasar o no por los aledaños de la Catedral. Era un decir sin decir al Alcalde de Sevilla que su homólogo florentino sí que era demócrata y que él tiene un serio déficit en esta materia.

El 19 de febrero me entero que Florencia ha celebrado su referendum y los pocos votantes, menos de la mitad de la población, rechazan la propuesta del Alcalde. Éste dice que va a seguir con el proyecto porque la participación ha sido baja y el resultado ha sido ajustado: una actitud no precisamente muy democrática.

Hoy es 23 de febrero y la noticia sobre la futura celebración del referendum en Florencia sigue colgada en un sitio destacado dentro de la sección de “Sevilla”. No se dice nada sobre que el referendum se celebró y que el Alcalde ha decidido ignorar el resultado. Se mantiene abierto este ciclo de noticias pese a que ya ha finalizado: ¿por qué?

La relativa importancia de la cifra del paro

El paro fue uno de los argumentos que esgrimió un errático Pizarro en su debate contra Solbes. Soy de los que cree que los datos no tienen una importancia absoluta y menos si la percepción social e individual del dato no se correlacionan con éste (en el tema de seguridad ciudadana es evidente).

Pizarro se agarra la subida del paro, pero esta subida es falsa, porque solamente mide un término relativo (paro según el antiguo INEM) y no tiene en cuenta uno absoluto (número de trabajadores según “Población Activa”). Si una persona no ha perdido su empleo o nadie de su entorno más amplio no lo ha perdido, la cifra es casi insignificante a efectos de construcción personal (y social) de la trascendencia del dato.

Pero no es que la percepción personal y social en este caso esté enfrentada con los datos, sino que únicamente está enfrentada con un dato, el que suele emplear la oposición, mientras que se encuentra refrendada por otro, que es el que más le gusta al gobierno.

Creo que lo mejor es explicarlo con un ejemplo:

Supongamos un mercado de trabajo compuesto de dos mil trabajadores. De estos dos mil trabajadores potenciales, realmente trabajan 1.800 (90%) y no lo hacen 200 (10%) y quisieran hacerlo.

A lo largo de cuatro años el número global de trabajadores en ese mercado sube hasta los diez mil, distribuyéndose en 8.000 personas (80%) que realmente trabajan y 2.000 (20%) que no lo hacen y quisieran hacerlo.

Si mirásemos las cifras en valores relativos tendríamos una subida del paro en un 10%, pero si las miramos en términos absolutos comprobamos que se han 6.200 nuevos empleos. Esas seis mil doscientas personas que se han incorporado al mercado laboral, y que antes sencillamente no se encontraban en él, no se sienten amenazados porque el paro haya subido un 10%.

Además, es posible que los dos mil parados tampoco se sientan muy afectados por el dato, dado que la mayoría se ha incorporado al mercado porque se han creado nuevos puestos.

viernes, febrero 22, 2008

La caída de Pizarro y del discurso económico del PP

Rajoy y todo el Partido Popular han apostado fuerte por Pizarro como revulsivo de campaña. El debate con Pedro Solbes tenía que ser su momento cumbre, en el que todas las esperanzas depositadas encontrasen su culminación. Martí Saballs analiza de una forma muy clara el debate y los espectadores le han dado la victoria a Solbes con más del 10% de ventaja, que al final es lo verdaderamente importante.

La experiencia de Solbes, dos veces ministro y comisario europeo. Una cuidada preparación y desenmascarar los argumentos de Pizarro han sido una estrategia suficientemente acertada para que Pizarro haya quedado descalificado para lo que queda de campaña cuando faltaban unas pocas horas para que ésta comenzase.

El revulsivo que Pizarro tenía que ser para el Partido Popular ha quedado hundido en la primera operación que participa (a lo “Titanic”), pero lo que es peor para los populares, su alarmismo económico ha sido desacreditado por Solbes, mostrando autoridad y generando confianza. En el debate el PSOE ha conseguido zanjar el debate económico hundiendo a su buque insignia.

Chorradas políticas: supresión de ministerios

Uno de los tópicos electorales son las promesas de disminuir el número de ministerios, como si el hecho de hacer esto redundara en algún ahorro económico, dado el número de ministerios en España se ha mantenido relativamente estable desde hace muchos años. Pensar que quitar un ministerio es reducir un porcentaje de gasto público equivalente a su peso en el gobierno, es una muestra de grandiosa estupidez.

Pero cuando la solicitud de supresión de un ministerio se hace por razones pseudoideológicas. El BNG propone suprimir el Ministerio de Cultura porque entienden que en España no hay una sola “cultura”, sino varias culturas. Precisamente para esto existe el “Estado de las Autonomías”, para que los ciudadanos de cada región tengan la posibilidad de desarrollar, en su territorio, políticas específicas, también en el terreno cultural.

Las competencias del Ministerio de Cultura están muy alejadas de lo que piensa el BNG, que el Ministerio de Cultura elabora una visión uniforme de la cultura. Entre las competencias de este departamento nos encontramos las bibliotecas (entre ellas la Biblioteca Nacional), los archivos (entre ellos los históricos), la propiedad intelectual, los libros (como por ejemplo la Agencia Española del ISBN), los museos (con El Prado a la cabeza), el Patrimonio Histórico, así como la Cooperación Cultural Internacional que incluye todas las expresiones y las lenguas de nuestro país.

Aunque se elimine el Ministerio de Cultura, estas áreas de gestión continuarían. Lo que tiene que hacer el candidato del BNG es atender más a la Consejería gallega del ramo.

Lo dicho también vale para los que, por motivos económicos, quieren terminar con ciertos ministerios, como Vivienda (ha dicho Pizarro), ya que realmente el Ministerio de Vivienda es un departamento desgajado de Fomento y todas las áreas eran preexistentes a la creación del Ministerio. Total, que la promesa de Pizarro no ahorraría nada (pura demagogia).

lunes, febrero 18, 2008

La libertad no es gratis

En unas de las páginas más bellas que escribió Dietrich Bonhoeffer, mártir protestante de la lucha contra el Nazismo, decía que se vivía en un mundo en el que, incluso las cosas más importantes y que habían costado un sacrificio sublime, se empleaban como si fueran baratijas, como pañuelos de papel (diríamos hoy).

Puede que Benedicto XVI haya querido recordar las palabras de su compatriota (o no), cuando ha dictado normas más estrictas para el procedimiento inicial para “llevar a una persona a los altares”. El Papa quiere que ser santo no sea fácil, como daba la impresión de serlo con Juan Pablo II. ADN titula, con ingenio, que “El Vaticano sube la nota de corte para ser santo”.

Siendo una cuestión particular de una confesión religiosa, pienso que sirve de buen pie para reflexionar sobre, hace cincuenta años, escribió Bonhoeffer y ver el sentido que tiene en la sociedad actual.

La Democracia se está convirtiendo en un “usar y tirar más”. Usar las mejores técnicas electorales es algo legítimo, y yo lo defiendo, pero ir quemando etapas, días antes de las elecciones, sin ofrecer tiempos de debate más o menos serio, por apasionado que pueda ser, tengo la impresión que ensucia la memoria de tantas personas que sacrificaron buenas partes de su vida o sus mismas vidas para que pudiéramos tomar parte en el proceso de toma de decisiones.

La Democracia se desperdicia cuando se habla de libertad de expresión para solamente referirse a los cuernos de tal famoso, al lugar de vacaciones de un concursante televisivo o al coche de otro tipo que vive de eludir y conceder exclusivas. No es que quiera censurar nada y hasta puedo llegar a decir que, dándome un poco de asquito, prefiero que sigan para saber que hay libertad al menos teórica. Lo que sí me destroza es pensar que las miles de personas que están siendo reprimidas y torturadas por el régimen de Myanmar (por tomar un ejemplo reciente), lo hacen para que la libertad sea posible, y si tienen éxito la libertad que ellos han conquistado se emplee en llenar horas de televisión con historietas de tal calaña. Es un precio desproporcionado.

¿Tanto sacrificio para esto? ¿La memoria y los sacrificios de los que lucharon y lucha por la libertad no merece que les honremos haciendo que nuestras acciones libres sean bellas, buenas y verdaderas? Es lo deseable, pero mucho me temo que podría seguir escribiendo esta entrada cada día de mi vida.

domingo, febrero 17, 2008

Doble moral cotidiana

La doble moral es aquel criterio en el que una acción es tenida por correcta o incorrecta en virtud de factores que en nada debería modificar el juicio moral, como que uno mismo sea el afectado, que lo sea un amigo, un familiar, una persona que me cae bien o la sencillamente conozco, entre otras muchas posibles. La doble moral procura justificar el quebrantamiento de la normal moral cuando resulta beneficiosa.

Una de las cosas que peor me sientan ya no sólo es que aplique continuamente la doble moral, sino que se intente justificar. Últimamente, leyendo blogs personales (aquellos en los que el autor cuenta cómo le van las cosas y en los que el 9 de marzo sólo domingo) he encontrado algunas aplicaciones de esta patología moral que me han impelido a escribir estas líneas.

Inmigración. Muchos quieren una política de inmigración estricta y que no deje que nadie entre o que no se quede si no tiene los papeles en regla, pero hay miles de inmigrantes sin permisos que trabajan en el servicio doméstico. Los mismos que piden mano dura contratan a una señora sudamericana o eslava (sin los permisos), a la que aprecian y ponen todos los medios para que su estancia no acabe en una expulsión de España.

Educación. Mis muchos amigos que trabajan en la Educación, cada vez que sale en los medios de comunicación, que los padres de los alumnos quieren más mano dura contra los alumnos indisciplinados, se echan a reír. Dicen que sí, que mano dura mientras que el hijo del que lo dice no sea el sancionado.

Tráfico. Esto es genial. Años y años escuchando a los conductores (no pertenezco a esa secta) que ya está bien de tener que aguantar a conductores temerarios, a los que aparcan en segunda y tercera fila o los que conducen bebidos. Va el Gobierno y establece el celebérrimo carnet por puntos para intentar acabar con la sangría en las carreteras y ahora todo el mundo empieza a quejarse, a decir aquello de que no hay derecho a que por dos cervezas o que con lo mal que está el aparcamiento no hay más remedio que dejar el coche donde se pueda.

Urbanismo. La corrupción urbanística está de moda ahora en los medios y en la sociedad, pero corrupción urbanística y construcciones ilegales ha habido en este país desde los años sesenta (antes no había normas urbanísticas que quebrantar). Muchos ciudadanos de lo más normal han construido o han adquirido viviendas fuera de todo planeamiento y cuando se les pide que hagan lo que tenían que hacer, urbanizar la zona y pagar las conexiones a los sistemas de servicio, además de las tasas de legalización, van y se indignan y se suben por las paredes.

¿Hay más áreas en las que se desarrolla la doble moral? Sí, en todas las que actúa el ser humano, porque la doble moral es uno de los mejores mecanismos de autojustificación que existe, debido a que es sencillo, precisa de poca argumentación y siempre uno, al verse cogido, puede apelar a los sentimientos, a su pobre situación o a que peores son los demás. Espero vuestras aportaciones.

sábado, febrero 16, 2008

Kosovo. Independencia vacía de contenido

Será hoy, mañana o en un día de estos, pero Kosovo va a proclamar su independencia de la República de Serbia. La independencia de Kosovo es apoyada por los Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y rechazada por Rusia y China. Otros países de la Unión Europea mantienen una actitud escéptica y piensan que la independencia de Kosovo es ante todo poco política y problemática (ésta es la posición de, entre otros, el gobierno español).

Olaf B. Rader, en su magnífico libro Tumba y poder. El culto político a los muertos desde Alejandro Magno a Lenin (Ciruela, 2006), explica magistralmente como los serbios construyeron en los años noventa la leyenda de que Kosovo era la cuna de los serbios pues era el lugar de muerte del príncipe Lazar, tras ser derrotado por el Imperio Otomano, obviando que Kosovo era un territorio bajo el poder turco y no bajo el serbio, e ignorando que los mismos nobles supervivientes a la batalla a lo largo de los años estuvieron al servicio del Sultán. Que una leyenda no sea histórica no tiene nada que ser ni con su existencia, ni con sus consecuencias en la realidad fáctica.

Muchos países acogieron con entusiasmo las primeras proclamaciones de independencia. Alemania incluso rompió el consenso comunitario y se precipitó a reconocer estos nuevos estados, lo cual provocó una cadena de reconocimientos. Luego vino una guerra corta en estos países. Bosnia-Herzegovina proclamó su independencia, también reconocida, y comenzó lo que fue una guerra civil acompañada de genocidios. Comenzó la generalizarse la idea de que el reconocimiento fue un incentivo que precipitó que el “Polvorín de los Balcanes” estallase. La independencia de Macedonia y la crisis de Kosovo fueron los últimos episodios.

Miles de soldados de los países occidentales se encuentran en la antigua Yugoslavia. Se tuvo que cambiar la doctrina de actuación de la OTAN y dejar el modelo de los “cascos azules” a favor del modelo de “fuerzas de pacificación y estabilización” para garantizar cierto orden externo en Bosnia, Kosovo y Macedonia. Occidente ha gastado miles de millones de euros en mantener sus fuerzas por un periodo que parece no tener fin.

Huyo de planteamientos de carácter emocional a la hora plantear la creación de un nuevo estado. Prefiero las consideraciones de orden práctico a las relacionadas con lo emotivo y con los sentimientos de pertenencia. Sobre este tipo de criterios creo que Kosovo no debería proclamar su independencia y que si lo hace está confundiendo la independencia en sentido formal con la independencia en sentido material.

Ni las instituciones de Kosovo, ni su sociedad, ni su economía están preparadas para la independencia. Ellos han pensado que ser independiente es no tener vínculos con Serbia, pero esto es sólo la independencia formal. Incluso la independencia formal y la propia indemnidad de Kosovo no está en manos de los kosovares, sino de fuerzas militares internacionales. Tan poco capacitado está Kosovo para la independencia que no está ni en condiciones de tener tropas regulares para defender sus fronteras, que es lo menos que se le a un Estado independiente. Me muestro completamente de acuerdo con José Bono en el sentido de que España no debe enviar a su ejército a proteger Kosovo, ya que este asunto les corresponde a los kosovares.

No es que en Kosovo falten cosas, sino que se han acostumbrado a que otros países hagan lo que a ellos les corresponde. La seguridad está en manos de fuerzas policiales internacionales, pero éstas sólo pueden mantener unos niveles externos, ya que como policías extranjeros que son están separados de la sociedad en la que operan y en la que no tienen penetración, porque no dejan de ser extranjeros que quieren detener a kosovares. Al amparo de esta situación las mafias de todo tipo han encontrado en este país un territorio sin ley, refugiándose en la dialéctica del “nosotros-los otros” para que buena parte de la población los proteja de los extranjeros e incluso los vea como sus benefactores, protectores y patrones.

La financiación de las instituciones kosovares depende básicamente de las aportaciones de países extranjeros, de forma que no han tenido que molestarse con establecer una Administración de Hacienda y tener que convencer u obligar a sus ciudadanos a pagar tributos para mantener sus instituciones y servicios públicos. Es muy cómodo presentarse como el gobierno de un Estado que colme las aspiraciones identitarias de la población, pero eso sí, a precio de saldo, no porque cueste poco, sino porque son otros los que pagan y hasta ponen los recursos humanos.

Los que dicen que la proclamación unilateral de la independencia por parte del gobierno kosovar es contraria al Derecho Internacional, y que el reconocimiento del nuevo Estado también lo sería, poco saben de Historia, menos aún de relaciones internacionales y nada de Derecho Internacional. Serbia es, en Kosovo, un “estado fallido”, porque no mantiene el control sobre el territorio, la población y el gobierno.

La institución jurídico-internacional del “reconocimiento de estados” es declarativa y no constitutiva, es decir, que un Estado puede existir y no ser reconocido como tal por la mayoría de la comunidad internacional. El reconocimiento, en el fondo es darle forma jurídica a un hecho, nada más, por más que la Comunidad Europea (ahora Unión Europea) estableciese en 1991 una serie de líneas directrices para el reconocimiento de nuevos estados (sin valor jurídico, en mi opinión) y por más que dijeran que “La Comunidad y sus Estados […] tendrán en cuenta los efectos del reconocimiento sobre los Estados vecinos”.

Un Estado tiene que reunir una serie de características para ser tal: un territorio, una población y un gobierno sobre la población y el territorio. A Kosovo le falta el control. Los dirigentes kosovares quieren proclamar la independencia para convertirse ipso facto en lo que ya son, un protectorado.

El gobierno no les debe nada a los inversores en Forum y AFINSA

Informa el periódico “Público” que unos treinta jubilados, autodenominados “afectados”, de la intervención judicial de Forum y AFINSA se han encerrado en la Catedral de La Almudena. Culpa de su situación al Presidente Zapatero y al PSOE. Algunas ideas sobre este asunto.

1) No son afectados, por ello he dicho que se autodenominan así. Un “afectado” en un principio es cualquier persona que experimenta en sí las consecuencias de una causa que mantiene una relación factual con esas consecuencias (relación causa-efecto). La acepción usual de afectado en los medios de comunicación es la persona que vive las consecuencias de algo que en lo que no ha tenido ninguna responsabilidad.

2) Estas personas no son afectados porque sí tienen una responsabilidad, son inversores. Su responsabilidad es invertir un dinero en una empresa asumiendo el riesgo que cualquier inversión financiera o empresarial conlleva. No son afectados, sólo son inversores que han perdido lo invertido.

3) Asumir que vivimos en la economía de mercado no es fácil y que el riesgo en las operaciones las asume el que invierte, como también es él quien recibe los beneficios que inversiones exitosas puedan producir. Cuando se pierde no hay nada que reclamarle al Estado, como cuando le gana no se va a querer pagar más al Estado en impuesto que lo establecido.

4) Me hace gracia que estas personas culpen al Gobierno por este asunto. La intervención de Forum y AFINSA no fueron decididas por ninguna instancia política, no siquiera administrativa, sino por un juez, que no depende del gobierno, a la luz de una querella la cual consideró tan suficientemente fundada después comenzar a instruir el caso, que estableció medidas cautelares.

5) Para terminar quiero reiterar que estoy en absoluto desacuerdo con que el Estado vaya en socorro de estos inversores. A ellos les animó un legítimo ánimo de lucro: querían una rentabilidad muy alta, superior a los depósitos bancarios, y no sopesaron en su momento los riesgos de la inversión, o dicho de forma más coloquial: nadie vende duros a cuatro pesetas.

viernes, febrero 15, 2008

A propósito de la entrevista de Buenafuente a Rajoy

No pensaba estar viendo la tele tan tarde. Pero llegados a esa hora, me puse a ver la entrevista de Buenafuente a Mariano Rajoy. La primera observación es que se nota que el tema de entrevista política no es el fuerte de este presentador y que hasta los chistes están calculados para no sentar mal. Tanto la entrevista a Zapatero como la entrevista a Rajoy me decepcionaron.

Mariano Rajoy creo que tenía más miedo a Buenafuente que el que yo le tendría a un Mihura. La experiencia de tener una entrevista de verdad, con Gabilondo, le debió traumatizar y ahora tenía pinta de haberse pasado tres días metido en el Departamento de Telegenia del PP.

Buenafuente entrevistó a Rajoy y las preguntas eran para todos los públicos. Rajoy titubeaba constantemente, excepto cuando recordaba ocasionalmente la respuesta que le habían enseñado. Cuando Buenafuente hace un chiste muy bueno sobre la ministra de Fomento, él tarda en comprender el chiste y aún más en reaccionar.

El momento más delirante de todos fue cuando vi y escuché al candidato popular reivindicar para sí la defensa del Socialismo. No podía creer que tan fácilmente un liberal se considerase el defensor del Socialismo, pero no de cualquier Socialismo, sino del Socialismo tradicional. Y es que Rajoy oye “tradicional” y se vuelve loco de alegría conservadora.

Siempre he pensado que Rajoy nunca se ha recuperado de su condición de opositor. Lo hace retóricamente bien cuando lo tiene preparado (tanto intervención como réplica), pero le cuesta mucho cuando tiene que responder una pregunta que se sale del guión o cuando la contrarréplica que se le exige es incisiva.

Aunque haya empezado hablando de Rajoy, voy a finalizar haciéndolo sobre la entrevista de Gabilondo. Rajoy tuvo la oportunidad de engrandecerse ante Gabilondo, pero fracasó y ahora los suyos van lloriqueando por el trato.

Gabilondo trabaja en una cadena privada y son los espectadores los que tienen que decidir si les parece creíble, buen periodista o ecuánime. Un político tiene que ganar en todas las plazas y lucirse en donde las circunstancias son más adversas. Zapatero ni ganó ni perdió con Gabilondo.

Rajoy perdió la oportunidad de convencer a un público, el de “Cuatro”, que no se encuentra entre sus potenciales votantes y que se deleitaron ante el vapuleo que Gabilondo le inflingió al candidato del Partido Popular.

jueves, febrero 14, 2008

¿Es el Partido Popular un partido liberal?

Hace dos semanas publiqué en este blog tres entradas en las que comparaba el Conservadurismo con el Liberalismo (I, II y III). Ahora me propongo utilizar los puntos de comparación para analizar si el Partido Popular es realmente un partido liberal, como ellos dicen ser.

No es que yo considere que el Liberalismo sea el mejor referente (me considero socialdemócrata), pero si tuviese que elegir únicamente entre Conservadurismo y Liberalismo, me decantaría por esta última ideología.

La valoración nace de la autoconsideración que el Partido Popular tiene de ser una formación liberal. En este pequeño análisis creo que expongo con cierta claridad que el Partido Popular no es un partido liberal, sino un partido netamente conservador, que toma al Liberalismo como una etiqueta más presentable que decir lo que realmente son.

1. Hipervalor

La insistencia del Partido Popular en cuestiones tales como la raíz católica de España y el tema de las costumbres españolas evidencia dónde están las prioridades del Partido Popular: en el Hipervalor de la Tradición más que en el de la Libertad. Incluso encubren de falso Liberalismo cuestiones tales como la educación, ya que dicen que su defensa de los centros concertados realmente es una defensa de la libertad de los padres para elegir centro para sus hijos; casualmente la inmensa mayoría de los centros concertados que conformarían la elección de los padres, son centros religiosos.

2. Ontología

El principal argumento del Partido Popular contra el matrimonio homosexual estribaba en la afirmación de que era una unión contra la naturaleza, enfermiza (recuérdese al “experto” que llevaron al Senado). La base naturalista de muchas de sus pretensiones políticas y sociales, aplicando criterios de supuesta base natural a la hora de fijar criterios políticos y sociales, demuestran que consideran que la Naturaleza es una fuente normativa. Cada vez que tienen ocasión, es decir, cada vez que se debate algo relacionado con las relaciones sociales básicas (matrimonio, divorcio, eutanasia, investigación biomédica, etc) recurren a argumentos que, en última instancia, son naturalistas.

3. Estratificación social

El Partido Popular tiene una querencia extraordinaria tanto por las familias de toda la vida (los apellidos compuestos y de toda la vida les vuelven locos), así como por los cuerpos más endogámicos de la Administración Pública (registradores, notarios o abogados del Estado). Sociológicamente los escalafones del mando en el PP, sobre todo en los niveles regionales y nacionales, coinciden no sólo con la nomenclatura corporativista del Franquismo, sino con las clases sociales tradicionalmente más poderosas.

4. Colectivos e individuos

El Partido Popular se ha erigido en el defensor de la concepción tradicional de la familia como elemento básico de la sociedad. La familia se coloca por encima del individuo y sus decisiones libremente tomadas, de forma que el modelo es indisponible. No es extraño que hablen de los “derechos de las familias” y que los consideren superiores a los derechos individuales.

Pero no es la familia el único colectivo que el Partido Popular sitúa sobre el individuo, sino que también son los Colegios Profesionales, las Cámaras de Comercio, las desaparecidas Cámaras de la Propiedad Urbana (que ha amparado en las autonomías que gobierna) y todo tipo de asociaciones de profesionales liberales en defensa de sus intereses corporativos (no los sindicatos evidentemente). No es extraño que Fraga defendiese en el debate constitucional, en reiteradas ocasiones, la necesidad de dar participación política a las corporaciones.

La misma defensa de la transferencia de poderes de las comunidades autónomas y del Estado a los municipios tiene mucho que ver con la consideración del municipio como un elemento natural de la existencia política, con sabor añejo. En esto se unen también a la idea dominante en los conservadores sociales del Partido Republicano que mantiene la necesidad de que las decisiones se tomen cerca de los que serán afectados, es decir, la concepción de la política como si se tratase del gobierno de una familia, y que los afectados formen parte de los órganos que pueden decidir sobre ellos (devolviendo al colectivo unos derechos políticos que habían perdido a partir de la Revolución Francesa).

Su misma concepción de lo que es una Nación y las consecuencias que extraen manifiesta que la primacía que le dan a la Tradición sobre las determinaciones de la voluntad libre. Si fueran liberales considerarían que la Nación se funda en el “contrato social”. Incluso cuando la mayoría de los ciudadanos consideran que una medida es positiva o están de acuerdo con ella, ellos aducen a determinaciones indisponibles, la díada de Tradición-Naturaleza, para oponerse a ella.

Otro ejemplo es la atribución a un colectivo de una representación política y una capacidad de decisión sobre el Estado que obviamente no tiene. El Partido Popular ha considera que la Asociación de Víctimas del Terrorismo tenía que dar el visto bueno a toda la política antiterrorista del gobierno, de forma que se le hubiera conferido un auténtico derecho de veto en esta materia.

5. Valoración del cambio

La política del Partido Popular se ha centrado en la inoculación del miedo ante todos los cambios sociales y políticos que España ha experimentado en los últimos treinta años. Desde la propia Democracia en los tiempos de Fraga y Alianza Popular hasta la inmigración ahora. Cualquier cambio: bajada en la práctica religiosa, diferentes formas de familia, desarrollos médicos, la movilidad social, la incorporación de la mujer al mercado laboral o la extensión de los derechos y libertades, por sólo citar algunos ejemplos.

La estrategia del miedo sólo está en manos de quienes no desean que nadie cambie, de los que quieren que todo siga igual, en definitiva, de los que son conservadores del “status quo”.
El discurso del Partido Popular se basa más en la pérdida que en el futuro. Aludir constantemente a la pérdida conlleva que la referencia (lo que se ha perdido) en el pasado. El Partido Popular idealiza una situación pasada y anuncia el destrozo de esa herencia proyectándola en lo que le dejaremos a nuestros hijos.

Posiblemente exagero, pero tengo la impresión de que el ideal social del Partido Popular coincide con algunas imágenes de países como Arabia Saudí o Irán: una sociedad sin derechos ni libertades, oprimida por una férrea tradición, aunque dotada de ordenadores con acceso limitado a Internet.

No hay novedad social que ellos presenten positivamente. Siempre andan recelosos y con miedos sobre lo destructivo que puede ser para la Tradición que defienden. No contemplan la posibilidad del progreso humano y solamente lo aceptan cuando no tienen más remedio, como hecho irreversible.

6. Valores secundarios

Como ya ha quedado de manifiesto en los apartados anteriores, la Tradición y lo tradicional, bajo los más diversos nombres, tiene un lugar muy importante dentro de la ideología y la práctica política del Partido Popular. Hablan de sensatez, que no es más que un eufemismo de conservadurismo; aluden al “reformismo” que no es más que cambiar lo que hay que cambiar necesariamente, pero huyendo de toda transformación social; hablan de “seguridad” para invitar a no cambiar nada y que todo cambio va para mal. Como dice George Lakoff el pensamiento conservador está especializado en enmascarar sus verdaderas intenciones por medio de un lenguaje presuntamente neutro.

La insistencia del Partido Popular en cuestiones identitarias, tanto en lo referente a las costumbres como en lo referente a la configuración de la comunidad política, pone de manifiesto el arraigo en valores tradicionales que tiene esta formación política.

7. Religión

De la alianza política entre el Partido Popular y la Iglesia Católica, y sus organizaciones subsidiarias, tengo poco que añadir a lo mucho que se ha escrito en los últimos años. Si el Partido Popular fuera verdaderamente liberal huiría de su identificación, como partido, con una confesión religiosa concreta. Si fueran liberales de verdad dirían que la religiones un asunto de opción personal. Si el Partido Popular no fuera conservador no se plantearía ataques hacia otras confesiones religiosas u otras tradiciones culturales. Si el Partido Popular no fuera conservador, no le atribuiría a las palabras del Papa ninguna trascendencia para vida pública, ni se definiría como un partido inspirado en el “Humanismo cristiano”.

8. Moral

Es cierto en las palabras de los dirigentes del Partido Popular se habla mucho de libertad de opción, pero sus hechos desmienten estas palabras. La libertad de opción que ellos defienden está muy limitada, porque con tantos aspectos decididos por la Tradición o la Naturaleza, prácticamente sólo seremos libres a la hora de elegir si queremos un café cortado o con leche.

Eres libre de decidir, pero es importante que no quieras divorciarte, que no estés pensando en tener otra orientación sexual o redituar en tu identidad sexual, que no consideres que las formas de la felicidad son muchas y que cada cual debe buscar la suya, que hay que proporcionar igualdad de oportunidades a todos o quieras elegir tu forma de expresarte.

9. Función del Estado

Donde se ve más claro lo poco liberal que es el Partido Popular es en la idea que tienen de las funciones del Estado. Ellos no creen en un Estado mínimo, sino en un Estado subsidiario. La consecuencia es que el Estado sólo puede tener sobre sí gastos, pero no puede desarrollar nada que sea lucrativo. Privatizaron (salvajemente) todo el sector público empresarial rentable y dejaron al Estado todos los lastres. Es pura aplicación del principio de subsidiariedad, ya que donde haya posibilidad de rentabilidad el Estado no debe estar.

La práctica del gobierno del Partido Popular en una cuestión como es la dimensión de la Administración Publica ha sido conservadora, ya que ha aumentado el número de órganos (en todo tipo de administraciones), pero a la vez ha cedido a representaciones corporativas la gestión del Presupuesto público, produciéndose una duplicidad costosísima.

Dicen que las subvenciones y los subsidios les parecen mal, pero no todos. Los subsidios agrarios (que se comen el Presupuesto de la UE) son muy de su gusto, las subvenciones a los centros educativos privados les pirran, la ayuda a empresas pequeñas y medianas son esenciales o las compensaciones a las empresas eléctricas por tener que competir son ineludibles. Las subvenciones y los subsidios son malos, siempre que no tengan como destinatarios a las bases del Conservadurismo que corre por las venas populares.

10. Gobierno del Estado

La idea de que todos individuos tengan el mismo valor político (“un hombre, un voto”) no es demasiado querida por nuestros aparentes liberales del Partido Popular. Sería irrenunciable para ellos la desaparición del Senado de nuestra estructura constitucional, que en su representación territorial destroza la igualdad política de los individuos; no aceptarían la modificación de un sistema electoral que expulsa los votos de muchos españoles cuyas formaciones no alcanzan provincialmente el número de votos para obtener escaños, pero que en un cómputo nacional sí son realmente representativas (el caso de Izquierda Unida).

Dada que la distribución geográfica del voto no siempre es regular, el mantenimiento de principios territoriales en la distribución de la representación política, es un elemento a favor del mantenimiento, conservador, de la estructura política y social que ellos defienden.

11. Derechos y Libertades

Para el Partido Popular todos los colectivos (los tradicionales y los naturales) tienen derechos y esos derechos son indisponibles e inmodificables por el Estado. El registro histórico del voto parlamentario del Partido Popular está lleno de votos contrarios a todas las normas que han extendido los derechos y las libertades. Se han opuesto sistemáticamente a todo, por más que luego se presenten como adalides inmemoriales de los derechos que disfrutamos y a los que ellos votaron en contra.

12. Nacionalismo y Patriotismo

Cualquier podría decir que el Partido Popular es el partido político de nuestro país más férreamente antinacionalista. Es mentira, ellos son los más nacionalistas, y lo que se llama “antinacionalismo” no es más que otro nacionalismo. El nacionalismo del Partido Popular es el español.

La lucha del Partido Popular contra los nacionalismos periféricos no es una confrontación entre una perspectiva internacionalista y una perspectiva nacionalista. No, es más simple, es la lucha entre dos o más nacionalismos. Cada nacionalismo (y cada interpretación) modifica la realidad y la historia y por eso mismo se enfrentan, ya que son dos idealizaciones excluyentes.

13. Comercio internacional

La política del Partido Popular en materia de comercio internacional no ha sido favorable al libre comercio. Sus intereses por el mantenimiento de unos propietarios agrícolas anquilosados sea uno de los elementos más significativos. Su Liberalismo en esta materia es falso porque solamente defiende la libertad en el comercio internacional cuando es favorable y no cuando puede ser desfavorable.

Esto evidencia una falta de confianza en el mercado, la misma que ellos proclaman tener y en la eficiencia de los actores económicos. Esto puede que sea muy popular (defender la economía española), pero desde luego no es nada liberal.

Siempre nos enamoramos del exterior

Hace sólo unos día decía que la Belleza interior no existe, que solamente existe la Belleza exterior. Hoy, el mejor día para hablar de esto, voy a seguir a aplicando mi fenomenismo impenitente en este caso al amor.

Una de los repetidos tópicos a la hora de hablar del amor, nos dice que enamorarse es enamorarse del interior de las personas. Mantengo la tesis opuesta, que es la que intentaré mantener: siempre nos enamoramos del exterior.

Hace más de doscientos años, Kant nos mostró sin lugar a dudas que el acceso a las cosas en sí, lo cual llevado al plano de los seres humanos no quieres decir otras cosas que sólo podemos conocernos directamente a nosotros mismos, mientras que a los demás solamente podemos conocernos a partir de su interacción con la realidad.

Cuando conocemos a alguien, cuando nos enamoramos de otra persona no es porque el interior de esa persona nos sea accesible, sino por las manifestaciones externas que recibimos de esa personas. La forma de ser de ninguna persona puede ser cognoscible por otro. Lo que es para nosotros la forma de ser de los demás no son más que inferencia que hacemos a partir de los actos externos que podemos observar sensorialmente.

Un conjunto de inferencias nos hace construir un constructo para dar una explicación a cómo es el otro; a ese constructo se suelen añadir una serie de “prejuicios” tanto sociales como personales. Las inferencias que dependen de actos externos y por tanto tienen sus limitaciones. Si las inferencias no tuviesen margen de error, entonces el engaño sería imposible.

Nos enamoramos del constructo de una persona que elaboramos de esa persona a partir de las acciones perceptibles de esa persona.

miércoles, febrero 13, 2008

Tallas. Hacer políticas de verdad

El estudio y la propuesta de la unificación de las tallas es un ejemplo de esa política que tiene incidencia en los ciudadanos, pero que el debate política crispado, especialmente en las semanas previas a las elecciones generales, nunca consigue incluir.

Todos nos sentiríamos extraños que un metro tiene una longitud diferente dependiendo del establecimiento comercial, que un kilo fuese diferente de una tienda a otra, que una hora durase más o menos según el servicio que contratásemos o que el volumen de un litro fue determinado por cada empresa embotelladora.

Nos volveríamos locos, pero no hemos caído que hemos estado consintiendo que esta situación se dé en algo tan cotidiano como son las prendas de vestir. Las referencias generales no perjudican a nada y benefician a casi todos, quedándose fuera los que hacen un gran negocio con las llamadas tallas especiales que realmente no lo son, que son únicamente tallas grandes que se numeran caprichosamente para conseguir más beneficios por la especialidad del tamaño.

La competencia para esta medida se encuentra en la décimo segunda regla del artículo 149.1 de la Constitución atribuye al Estado competencia exclusiva en pesas y medidas, así como en la determinación de la hora oficial. Esta competencia ha sido atendida por el Ministerio de Industria y Centro Español de Metrología.

Ahora queda que la propuesta del Ministerio de Sanidad se tramite por medio de normas y no con códigos de autorregulación que luego los suscriptores no atienden y se desatienden. Lo que ha presentado el ministro Soria es política de la verdad, la que afecta a todos, que tiene serias repercusiones industriales, económicas y sanitarias. Éste sí que ha sido un gobierno para los ciudadanos.

Las cosas de Izquierda Unida

No es que yo le tenga manía a Izquierda Unida, sino es que hay cosas que propone que no consigo entender ni el sentido o la posibilidad de su aplicación. La coalición ha propuesto crear un registro de billetes de 500 euros con la intención de luchar contra la corrupción urbanística y la economía sumergida.

El dinero, desde que se creó, es anónimo y se resiste al registro. No sé si habría que registrarse en el banco al retirar uno, al ingresarlo, qué se hace con los que ya circulan, quién asume los gastos registrales o si piensan en retirarlos todos y volver a sacar un nuevo billete de 500 euros.

Si esta medida fuera factible y tuviera éxito registral, lo único que puede producir la propuesta de IU es hacer subir la demanda de billetes de 200, 100 o 50 euros, así como aumentar las ventas de maletines y de bolsas de basuras de mayor tamaño (al gusto del usuario). ¿Cuál sería la propuesta de IU entonces? ¿Crear un registro para cada uno de los billetes de valor superior a los diez euros? ¿Eliminar los billetes y que todo le tenga que pagar con tarjeta? (los bancos estarían encantados).

La economía sumergida, la corrupción urbanística y el fraude fiscal no se pueden dificultar mediante el control de los billetes, sino por otros medios que lo desincentiven y lo haga a medio plazo mucho más costoso que declarar los ingresos a Hacienda. Cualquier medida, pensada como barita mágica, es fácilmente eludible.

Para finalizar quiero decir que la nota de prensa de IU tiene otras cosas más relevantes: garantizar la financiación a las Haciendas Locales, medidas preventivas contra la especulación o reforzar las incompatibilidades en materia de ordenación del territorio, infraestructuras o reformar la Ley Electoral para que no puedan presentarse los procesados por corrupción (de dudosa constitucionalidad). Las medidas consistentes la dejan para el final, apretadas y ellos mismos titulan la nota de prensa con el registro de billetes de 500 euros y luego se quejarán del trato que los medios les dan. Cosas de Izquierda Unida.

Libros sobre espionaje

Después de leerme libros espesos a la hora de dormir, decidí para que ese momento lo mejor eran libros más ligeros. Me orienté hacia los libros sobre espionaje, no las novelas, sino los que de tarde en tarde escriben espías enfadados, hartos o intrépidos periodistas.

Ya llevo cuatro libros leídos de esta temática. No es que me haya convertido en un especialista en este curioso género, pero mi tendencia a la teorización me impele a escribir sobre algunos de los patrones que llevo encontrado. Evidentemente son generalizaciones a partir de cuatro libros.

Lo primero que tengo que decir es que son libros entretenidos y que desde luego no se pueden utilizar como somníferos no farmacéuticos. Si no tienes demasiado sueño, te despiertan, te lees más de cien páginas de un golpe y acabas dándote cuenta de que vas a poder dormir muy poco.

La mayoría de los autores encubren cosas a pesar de que pretenden revelar algunos secretos. Los datos son de naturaleza icorroborable, de forma que te los crees o no te los crees, pero cabe una posición intermedia, aceptarlos como una narración de ficción con cierto fundamento en la realidad.

Una que se lee como realidad ficcionada, sí le exigiría a los autores y a los editores cierta coherencia interna, es decir, que no hubiera contradicciones. Algunas son de bulto, como andar buscando la manera de pasar de África a Europa, para comentar acto seguido unas vacaciones en Centroeuropa, para luego volver a la búsqueda de ese pase europeo. A veces sientes que por ocultar, el autor y los editores piensan que los lectores somos unos ignorantes si nos intentan convencer de que desde Split (Croacia) a Frankfurt (Alemania) hay media hora de vuelo en un avión Hércules, y que desde Frankfurt a Sarajevo hay sólo diez minutos en el mismo aparato.
Los libros, no las novelas, de espías tienen su momento sindical. Es normal la queja por el sueldo, las relaciones con los superiores, el poco aprecio por el trabajo de información que tienen los dirigentes políticos y como hay puñaladas entre los compañeros.

Lo que es común en los cuatro libros que he leído es la tendencia a desmitificar el trabajo de espía y decir que la imagen de James Bond poco tiene que ver con ellos. Describen las precariedades de recursos en sus servicios de inteligencia, las limitaciones presupuestarias, los edificios vetustos y el mobiliario de tercera categoría. Reconocen innovaciones tecnológicas, pero vienen a decir que la utilidad se la dan ellos con su esfuerzo e ingenio. Generalmente recelan de la tecnología, para defender la función humana y sus puestos de trabajo.

Es sorprendente la tremenda burocracia que se refleja en los libros de espías que llevo. Hay muchos más administradores y trabajo de oficina e interpretación, que trabajo de campo. La proliferación de órganos, lleva a la inundación de letras y números para designar cada no ya cada organismo de cierta importancia, sino cada negociado, oficina y casi cada puesto. Si quieres llevar el hilo con todas las siglas, que las tienes que estudiar; yo recomiendo conocer sólo las que más se repiten.

Tanta burocracia produce una cantidad prácticamente inabarcable de documentos. La sensación que voy albergando es que el mundo es una inmensa biblioteca, de las que Borges imaginaba y describía, pero toda ella compuesta de documentos que son escritos para no ser leídos.

Reitero lo dicho. Si se toma como realidad ficcionada o como ficción con trazos de realidad, la lectura de estos libros es grata y sirve para evadirse un poco antes de intentar que Morfeo no nos olvide ni nos maldiga.

martes, febrero 12, 2008

Rajoy me echaría de España

La propuesta del PP sobre inmigración, llamada “contrato de integración” es ridícula desde todos los puntos de vista, empezando porque no existe un compromiso de cumplir las leyes, pues es una obligación por estar bajo la jurisdicción de España. La ridiculez de pretender que alguien se compromete en respetar las leyes, llega al absurdo cuando se habla de conformidad con las costumbres españolas. Me lo he aplicado a mí mismo y me he preguntado que si yo fuera un inmigrante bajo la presidencia de Rajoy podría ser expulsado por no tener las costumbres españolas.

Saber cuáles son las costumbres españolas es difícil. Para poder aplicarme el criterio del PP voy a hacer una adaptación local sevillana de la normativa (soy sevillano, pero no vivo en Sevilla).

La siesta: yo no duermo la siesta y siendo este periodo de sueño diurno la mayor aportación de España a la configuración actual de Occidente. Cero.

La Semana Santa: me gusta ver las procesiones, pero no participio en ninguna de ellas. Creo que en esto puedo alcanzar un aprobado raspadito. Cinco.

Feria de Abril: la odio, no la pisaba ni cuando vivía en Sevilla y cuando estoy allí y se celebra, procuro estar lo más apartado que pueda del recinto ferial. Aquí “cero patatero”.

Ir de tapas y cervezas: no me gusta mucho el tapeo y solamente asisto por estricta obligación social. La cerveza en especial y el alcohol en general me sientan mal. Cero.

Ver “Gran Hermano” y el resto de programas conocidos como “Telebasura”: la verdad es que ver “Gran Hermano” y la “Telebasura” sí que es una costumbre eminentemente española, dada la audiencia que obtienen y el tiempo que llevan en antena. Lo confieso, no los veo. Cero.

No leer un libro: con los datos de lectura en la mano, no leer o leer muy poco (se entiende leer un libro) es una costumbre española. Me acuso a mí mismo de leer todos los días y no la prensa deportiva, sino libros. Cero.

Flamenco y bailes regionales: mi más absoluta indiferencia. Cero.

Ir a misa: tengo la impresión que Rajoy considera que esto es irrenunciable, pero yo no piso una Iglesia desde que en la boda de un compañero de trabajo entré un minutillo para ver si tardaba mucho en acabar (tardó mucho). Cero.

Ir a la playa: odio la playa, su arena, el calor, el viaje de vuelta, el apartamento caro y mal equipado, el atardecer, los hidropatines, quedarse a comer allí, el sol, el olor de los bronceadores, las algas, las aglomeraciones de seres humanos, las sombrillas, las medusas, las olas, la sal en la piel y todo lo que esté más allá del límite entre ciudad (civilización) y barbarie (playa). Cero.

Fiestas navideñas: lo mismo que con las playas pero elevado varias veces. Cero.

NOTA MEDIA: 0.5 puntos. En cumplimiento del contrato de Rajoy, yo que soy español estaría de patitas en la calle. Cuando Rajoy quiera hablar de inmigración con seriedad, lo hacemos, por ahora sólo se merece una contestación como ésta.

lunes, febrero 11, 2008

Se precisan auxiliares administrativos con cualificación universitaria

El País” informa que la Universidad de La Coruña ha estado investigando la marcha profesional de sus titulados después de salir de este centro superior. Iniciativa interesante a la luz de los resultados, aunque nada que la vida cotidiana no nos haga intuir.

Muchas empresas contratan a los licenciados para realizar labores propias y responsabilidad de licenciados, pero pagándoles encuadrándoles y pagándoles como auxiliares administrativos. Y estos son los afortunados, pues otros son reducidos a becarios.

Estas empresas lo quieren todo, formación universitaria para todos sus trabajadores a coste de personal con menos cualificación. Dicen que no llegan preparados y hay que enseñarles, pero esto no es más que una excusa. Si necesitan aprender, hay contratos de prácticas; si no han aprendido pasados meses o años, no entiendo porqué las empresas los mantienen contratados. Estas empresas no invierten nada en cualificar a sus trabajadores, salvo unos cursos por lo general tan caros como inútiles.

El problema, suele explicarse, por un exceso de la oferta de titulados universitarios, y escasez en la demanda. Esto ha podido ser cierto, pero no siempre, ya que si un recién titulado arquitecto entra en un estudio con categoría de auxiliar administrativo, no es para coger el teléfono. Se ha eliminado el trabajo propio de los licenciados de las plantillas de las empresas, pero la labor la sigan realizando los mismos a menor precio.

La falta de demanda de licenciados y el exceso de oferta se ha notado sobre todo en la Administración Pública, en la que muchos titulados superiores han obtenido plazas en grupos C y D. Ahora la promoción interna no es un incentivo para la formación, sino que se ha convertido en una forma de reconocimiento a posteriori de la sobretitulación de los funcionarios.

Las plantillas son documentos vacíos, las descripciones de puesto son de pura risa comparadas con las verdaderas funciones de los que los desempeñan y las retribuciones no tienen nada que ni con la labor ni con la responsabilidad.

Algunas ideas sobre soluciones posiblemente imposibles: que la Inspección de Trabajo salga de su eterno letargo; que los trabajadores licenciados se dejen de ínfulas impropias para mileuristas y se organicen de una vez; que se vigile la proporción entre contratos, objeto de la empresa y facturación; que se eliminen la nefanda figura de los becarios; y otras cositas que a vosotros se os ocurrirán.

Filosofía del Lenguaje, Tratados Internacionales y Elecciones

El Derecho Internacional Público es una de las pocas ramas del Derecho que enseña sus miserias a todo el que se presta a leer el más simple manual de esta disciplina. Los iusinternacionalistas no se quedan normalmente en una presentación puramente formalista de su especialidad, sino que desde la primera página abordan cuestiones tales como la eficacia de las normas internacionales, cuestión que parece vetada a otros juristas, en especial a los civilistas o administrativistas.

Cuando se aborda la eficacia de los tratados internacionales, es normal indicar que los intentos para universalizar determinadas materias, como son los derechos humanos, llevan a adoptar textos excesivamente vagos para que puedan ser aceptados por la mayoría de los Estados que conforman la comunidad internacional. Cuanto más firmantes, menos preciso es el instrumento que se adopta.

Esta explicación converge con una clásica afirmación de la Filosofía del Lenguaje de que la relación entre intensión y extensión es inversa, esto es, cuanto mayor es una, menor es la otra. La intensión es el número de características que tiene un concepto, mientras que la extensión es el conjunto de objeto (reales o ideales) que se encuentran dentro de la definición del concepto.

Este principio no sólo es válido en la Filosofía del Lenguaje o el Derecho Internacional Público, sino en casi todos los campos de la vida. Cuanta más extensión quiere dársele a algo, menor tiene que ser la definición.

Muchos se extrañan que buena parte de las propuestas de los grandes partidos políticos sean indefinidas (y parecidas). Es así porque se dirigen a una gran extensión de personas a las que se pide su integración en el concepto mediante el voto. Por el contrario la definición más rigurosa la encontramos en las formaciones minoritarias y por ello y como consecuencia de ello son minoritarias, ya que muy pocos pueden o quieren identificarse con esas propuestas.

domingo, febrero 10, 2008

Un discurso para Zapatero

Egócrata ha lanzado hoy en su blog una propuesta/concurso de escribir un discurso para un candidato que busque inspirar, sea épico o magnífico (algo tipo Obama). Dado que me involucraba directamente, quiero atender su invitación.

Debía tener una duración para vídeo de Youtube, esto es, cuatro o cinco párrafos (esto no lo he podido cumplir), pensar en un candidato y dentro de su línea de campaña (en mí caso los he escrito pensando en el Presidente Rodríguez Zapatero). Advierto que algunas frases pueden que no sean originales del todo.

Un discurso para Zapatero

El futuro hay que ganarlo. Pero el futuro no llega sólo esperando que el tiempo pase. Debemos luchar desde hoy mismo, si no queremos que el fututo pase con indiferencia por nuestras puertas.

Hay que alzar la voz y el voto para manifestar lo verdaderamente importante. Hay que alzar la voz y el voto para proclamar una vez más lo que es evidente, que todos los seres humanos somos iguales. Hay que alzar la voz y el voto para pregonar en todos los rincones de nuestro país que los españoles no queremos que pase ni un minuto más en los que los intereses de la mayoría puedan estar secuestrados por una minoría interesada.

Me presento a la reelección porque quiero trabajar para que superemos las rémoras y los obstáculos que aún se deleitan en la España del pasado. Quiero romper los últimos lazos de una dominación ya invisible, pero fuerte, que busca frenar el desarrollo de nuestra sociedad. Quiero sentar las bases para que los españoles luchen por su futuro, para que los españoles elijan libremente a dónde ir, para que los españoles subamos cualquier cumbre y para que todos alcancemos lo que siempre hemos anhelado: igualdad, libertad, seguridad y bienestar.

Me presento a la reelección porque quiero lograr una España mejor. Una España para vivir como ciudadanos libres, donde nadie nos diga qué tenemos que pensar. Una España donde las minorías tengan cabida. Una España donde los más desfavorecidos tengan la oportunidad de una vida mejor. Una España en la que las obras públicas estén pensadas para el servicio de los ciudadanos y no para la gloria de los políticos. Una España en la que los jóvenes no vean imposible ejercer su derecho a tener una vivienda. Una España en la que nuestros mayores vivan con seguridad y confianza.

Tres virtudes cívicas defiendo: la eficacia, la honradez y la grandeza.

Eficacia para hacer que el Estado produzca el mayor beneficio con los recursos que ya tiene; una eficacia que devuelva dinero a los ciudadanos cada año; eficacia para volver a ingresar más que nunca en el fondo de reserva de la Seguridad Social; eficacia para que nuestra economía sea la de mayor crecimiento de Europa.

Honradez para dar a cada cual lo que le corresponde, para cumplir escrupulosamente con la Ley. No creemos en los atajos, en los chanchullos, en los subterráneos de la legalidad. Queremos cumplir la Ley porque la Ley es la principal garantía de que todos seremos tratados de la misma manera.

España merece grandeza. La grandeza que quiero es la grandeza de las personas, la posibilidad de hacer realidad, con esfuerzo, nuestras aspiraciones. No quiero la grandeza de arcos del triunfo ni de los desfiles: ésa es la grandeza de los hombres pequeños. La grandeza que me comprometo a perseguir es la grandeza de cada uno de los ciudadanos. Una grandeza que consiste en sentir que el mundo nos pertenece, que sus sueños son posibles con el esfuerzo de todos. La verdadera grandeza está en el corazón de las personas.

Si alguien quiere que las grandes empresas, en lugar que los españoles, sean las que reciban las devoluciones de los impuestos, que no me vote. Si alguien quiere mendigar, arrodillarse e implorarle ante el jerifalte político de turno, que no me vote. Si alguien quiere que se le adjudiquen contratos a dedo, que no me vote. Si alguien quiere beneficiarse de que los servicios públicos se abandonen o se privaticen, que no me vote. Si alguien piensa que la especulación inmobiliaria es buena para la economía de los españoles, que no me vote. Si alguien quiere seguir atemorizando a los españoles, que no me vote.

Que me vote el que quiera que España sea de todos. Que me vote el que quiera que sus hijos tengan oportunidades reales. Que me vote el que no se vende por un plato de lentejas. Que me vote el que quiera que sus pensiones estén garantizadas y que no sean entregadas a aseguradoras privadas. Que me vote el que quiera que sus mayores sean atendidos. Que me vote el que quiera ser atendido cuando sea mayor. Que me vote el que no quiera disponer de plazas públicas de guardería para sus hijos. Pido el voto a todos los españoles, para que la mayoría sea la que gobierne.

Conservadurismo y Liberalismo (III)

9. Función del Estado

Y llegamos a uno de los puntos donde Conservadurismo y Liberalismo parecen converger, pero esta convergencia es solamente aparente: el papel del Estado. Los conservadores son enemigos de un Estado fuerte y para ello arguyen el principio de subsidiariedad, según el cual el Estado solamente puede actuar cuando la sociedad no puede hacer algo independientemente. Los conservadores, como ya indicamos anteriormente, no consideran que la sociedad sea un agregado de individuos libres e iguales, sino que la sociedad es un conjunto de grupos, colectivos o estamentos sociales. En definitiva el Conservadurismo sustituye al Estado por pequeños estados que son estas colectividades.

El Liberalismo sostiene que el Estado tiene que ser mínimo y que únicamente debe ser un instrumento para que los individuos sean libres y únicamente para ello. La relación entre el individuo y el Estado es directa y sin intermediarios, ya que multiplicar el número de los entes colectivos con poder político tiene por consecuencia una mayor pérdida de la libertad individual.

10. Gobierno del Estado

A pesar de que intenten aplicar el principio de subsidiariedad a la acción del Estado, los conservadores, fieles a su jerarquización social, consideran que solamente algunos pocos grupos pueden y deben hacerse con el control del Estado, ya que solamente estos grupos reúnen las cualidades necesarias para dirigir correctamente al Estado.

Los liberales, fieles a su individualismo, siempre han mantenido la idea de que a un hombre (y ahora una mujer) le debe corresponder un voto, esto es, que cada individuo debe tener el mismo peso político que otro. Las instituciones políticas del Estado deben representar la voluntad general que expresa la mayoría, debiéndose desterrar cualquier tipo de representación que modifique la suma agregada de voluntades.

11. Derechos y Libertades

No sólo en la organización política se diferencia liberales de conservadores, sino también en su concepción. Los derechos de los conservadores son los del grupo, que en muchos casos son verdaderos privilegios de clase. Los liberales mantienen la universalidad, la inalienabilidad y la imprescriptibilidad de los derechos fundamentales, entendiendo por tales los que Pérez-Luño llama “derechos de primera generación” o que también se conocen como “derechos civiles y políticos”, ocupando el derecho de propiedad un lugar preeminente dentro del catálogo de derechos. Igualdad en derechos e igualdad ante la Ley.

12. Nacionalismo y Patriotismo

Fruto de la consideración de la tradición como Hipervalor, conlleva a la exaltación de las peculiaridades de la propia tradición. Una exaltación que rescribe la historia si es necesario y que intenta marcar las diferencias entre la propia tradición y las otras, especialmente con las más cercanas, buscando mostrar que la tradición propia es superior a las demás y transmitiendo esta valoración a toda la sociedad bajo el nombre de “patriotismo”, que también puede recibir la denominación de “nacionalismo” en un sentido amplio.

Por el contrario el Liberalismo mantiene que las diferencias entre Estados es sólo fruto de un devenir histórico y que no pueden estar sobre las libertades y derechos de los individuos. Podemos decir que el Liberalismo representó la primera forma de “Internacionalismo” al considerar que la identidad nacional, comunitaria o histórica cedía ante el individuo y sus determinaciones.

13. Comercio internacional

El Conservadurismo en materia de comercio internacional, fruto de su nacionalismo, es proteccionista. Normalmente los conservadores se han apoyado o han salido de los sectores económicos más inmovilistas, especialmente de los propietarios agrícolas. Los agricultores ven en libre comercio una dificultad para continuar con sus “monopolios” productivos.

Los liberales siempre han mantenido que el comercio internacional debía tener tan pocas restricciones como el comercio interno. Esto también se debe a los liberales provenían primigeniamente de ámbitos comerciales que veían en las trabas arancelarias un límite a sus actividades. La libertad debe traspasar fronteras y los bienes y servicios llevados a los lugares donde no los hay o son más competitivos.

Conservadurismo y Liberalismo (II)

3. Estratificación social

Los conservadores mantienen que siempre ha habido estratificación social y que esa estratificación social de una forma u otra, con una justificación u otra, obedece en última instancia a diferencia naturales entre los seres humanos, esto es, a antropologías diferentes. Platón defendió que cada grupo social estaba compuesto en virtud del alma dominante (racional, irascible o vegetativa) y esta teoría ha sido defendida en lo fundamental, con numerosas variaciones y encubrimientos, por el Conservadurismo. Al obedecer a un orden natural la estratificación social, no puede ser modificada sin un grave perjuicio para la comunidad en su conjunto.

Los liberales sostienen por el contrario que la estratificación social se debe a las acciones de los individuos, a sus éxitos económicos y en definitiva se configura sobre el patrimonio y la renta que el individuo tiene. El Liberalismo, para el cual todos los seres humanos son iguales por nacimiento, considera que la movilidad social es una de las características consustanciales al ejercicio de la libertad, mientras que los intentos de inmovilidad de las estratificaciones pretendidamente naturales son un impedimento para el ejercicio de la libertad.

4. Colectivos e individuos

Los conservadores consideran que los grupos sociales son la estructura básica de la sociedad. Es por ello la debilidad que tienen hacia la familia (de un tipo concreto) como cimiento de la realidad e institución inmutable por ser obra de la naturaleza, pero el asunto no acaba en la familia, sino en una afición por exaltar todos los grupos sociales que tengan cierta antigüedad. Ellos son los engranajes de la sociedad.

El Liberalismo se centra en el individuo. Es el individuo el que forma los grupos en uso de la libertad y los abandona. Los grupos se creados como consecuencia de sendos actos de la voluntad libre de los individuos. El individuo es el único actor verdaderamente importante en la vida social y la principal referencia a la hora de organizar cualquier estructura social. Incluir forzosamente a un individuo en un grupo constituye una violación de su libertad.

5. Valoración del cambio

El Conservadurismo siempre ve todo tipo de cambio con todas las cautelas. Los conservadores recelan de todos los cambios y sólo los aceptan cuando son hechos consumados, intentando atenuar al máximo las consecuencias que el cambio puede tener sobre la comunidad o la sociedad. Los conservadores tienen una “edad dorada” dentro de su cosmovisión, un periodo consciente o inconscientemente idealizado, al que siempre pretende acercarse.

Los liberales, por el contrario, son o deberían ser fervorosos creyentes de la religión del progreso. El Liberalismo encuentra sus fundamentos en la Ilustración, en la creencia que un mayor conocimiento no haría más libres y mejores, que la ciencia acabaría doblegando las determinaciones y el reino de la necesidad que la naturaleza nos han impuesto durante siglos. Al futuro y no al pasado se debe dirigir la acción humana.

6. Valores secundarios

He dicho que el Hipervalor de la tradición es el centro del Conservadurismo. Esa tradición tiene una serie de valores (conste que detesto la “moral de valores”, pese a que ahora esté utilizando esta terminología). Los valores que entran dentro de la tradición son los límites y las reglas en la que ha de desarrollarse la vida social e individual, por lo que la libertad estará circunscrita siempre a los valores tradicionales. La libertad, para los liberales, no sólo es el Hipervalor, sino que domina a los otros valores, que manera que estos solamente tienen importancia si son útiles para proteger, garantizar y ampliar la libertad.

7. Religión

Cuando hablamos de tradición, inevitablemente tenemos que acabar hablando de religión. La religión para los conservadores, independientemente de que personalmente sean fieles o no de una confesión, es una fuente de contenidos morales y de cohesión social y control social. La religión, sea en su forma confesional o disfrazada de moral, es la sangre de la tradición y su transmisión a través de la educación es un instrumento irrenunciable para los conservadores.

El Liberalismo mantiene, o debería mantener, la más absoluta libertad religiosa. Cada individuo tiene que ser libre de elegir la creencia religiosa que quiera, incluso si no quiere elegir ninguna. La separación entre lo religioso y lo político es la mejor garantía para conseguir la libertad religiosa.

8. Moral

La moral religiosa, que es la que defiende el Conservadurismo, es una moral de máximos, es decir, estipula cada aspecto de la vida porque no sólo pretende una convivencia social pacífica, sino hacernos felices según sus preceptos y, en el caso de no conseguirnos la felicidad, al menos garantizarnos la salvación eterna.

La moral de los liberales es, o debería ser, una moral de mínimos. Una moral que posibilita el ejercicio de la libertad sin interferencia hacia la acción de los demás, dado que vivimos en sociedad. Cada cual opta por su modelo de felicidad y por la forma de buscarla y si se equivoca, allá él. Si uno quiere salvarse eternamente es libre de querer desearlo y de hacer lo posible, pero no de imponerle ese modelo a nadie.