viernes, febrero 01, 2008

La responsabilidad no es una excusa, es una obligación

El término responsabilidad viene del perfecto latino “responsi” del verbo “respondeo” (responder o dar respuesta). Etimológicamente tener una responsabilidad equivale a tener que dar respuesta.

Las responsabilidades son exigencias que hay que satisfacer. Resulta evidente que no todas las responsabilidades tienen el mismo origen, pues básicamente unas nos son impuestas y a otras las elegimos.

Quiero hablar de las responsabilidades que elegimos. Tomar ciertas decisiones tiene sus consecuencias y, excepto que se viva en una culpable inopia, las consecuencias se conocen a la hora de adoptar esas decisiones.

No tiene sentido que se quiera dar respuesta a las exigencias de una decisión mediante la solicitud de privilegios sobre las personas que optaron con la misma libertad no tomar ciertas decisiones.

¿A qué viene todo esto? Hace unas semanas comenté en mi blog mi desacuerdo con las reivindicaciones de algunas personas que querían estar en una lista de sustituciones. Dada la polémica que mi entrada provocó, volví a determinar nuevamente mi postura.

De lo mucho que los comentaristas pusieron en esta entrada, hubo un argumento que consiguió exasperar. Decían que ellos merecían trabajar más que lo que habían sacado la plaza o que estaban en la lista de interinos porque ellos tenían hijos, familia y no tenían todo el tiempo para estudiar.

De ser verdad esta imposibilidad, que yo dudo, dada mi propia experiencia personal, les insistí en que la opción inicial, formar una familia o tener hijos, fue libre y ellos debían ser los que han de cargar con las consecuencias de sus actos y no derivar la responsabilidad a uno terceros por decisiones ajenas en las que no han intervenido.

Insisto en esta idea porque considero que, muchas veces, en nuestro país se piensa que las decisiones no tienen consecuencias y que no generan responsabilidad. Las decisiones son de quienes las toman y las consecuencias son de los demás, incluso perjudicando a terceros no involucrados. No es admisible que la responsabilidad se satisfaga con privilegios.

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