domingo, febrero 10, 2008

Conservadurismo y Liberalismo (III)

9. Función del Estado

Y llegamos a uno de los puntos donde Conservadurismo y Liberalismo parecen converger, pero esta convergencia es solamente aparente: el papel del Estado. Los conservadores son enemigos de un Estado fuerte y para ello arguyen el principio de subsidiariedad, según el cual el Estado solamente puede actuar cuando la sociedad no puede hacer algo independientemente. Los conservadores, como ya indicamos anteriormente, no consideran que la sociedad sea un agregado de individuos libres e iguales, sino que la sociedad es un conjunto de grupos, colectivos o estamentos sociales. En definitiva el Conservadurismo sustituye al Estado por pequeños estados que son estas colectividades.

El Liberalismo sostiene que el Estado tiene que ser mínimo y que únicamente debe ser un instrumento para que los individuos sean libres y únicamente para ello. La relación entre el individuo y el Estado es directa y sin intermediarios, ya que multiplicar el número de los entes colectivos con poder político tiene por consecuencia una mayor pérdida de la libertad individual.

10. Gobierno del Estado

A pesar de que intenten aplicar el principio de subsidiariedad a la acción del Estado, los conservadores, fieles a su jerarquización social, consideran que solamente algunos pocos grupos pueden y deben hacerse con el control del Estado, ya que solamente estos grupos reúnen las cualidades necesarias para dirigir correctamente al Estado.

Los liberales, fieles a su individualismo, siempre han mantenido la idea de que a un hombre (y ahora una mujer) le debe corresponder un voto, esto es, que cada individuo debe tener el mismo peso político que otro. Las instituciones políticas del Estado deben representar la voluntad general que expresa la mayoría, debiéndose desterrar cualquier tipo de representación que modifique la suma agregada de voluntades.

11. Derechos y Libertades

No sólo en la organización política se diferencia liberales de conservadores, sino también en su concepción. Los derechos de los conservadores son los del grupo, que en muchos casos son verdaderos privilegios de clase. Los liberales mantienen la universalidad, la inalienabilidad y la imprescriptibilidad de los derechos fundamentales, entendiendo por tales los que Pérez-Luño llama “derechos de primera generación” o que también se conocen como “derechos civiles y políticos”, ocupando el derecho de propiedad un lugar preeminente dentro del catálogo de derechos. Igualdad en derechos e igualdad ante la Ley.

12. Nacionalismo y Patriotismo

Fruto de la consideración de la tradición como Hipervalor, conlleva a la exaltación de las peculiaridades de la propia tradición. Una exaltación que rescribe la historia si es necesario y que intenta marcar las diferencias entre la propia tradición y las otras, especialmente con las más cercanas, buscando mostrar que la tradición propia es superior a las demás y transmitiendo esta valoración a toda la sociedad bajo el nombre de “patriotismo”, que también puede recibir la denominación de “nacionalismo” en un sentido amplio.

Por el contrario el Liberalismo mantiene que las diferencias entre Estados es sólo fruto de un devenir histórico y que no pueden estar sobre las libertades y derechos de los individuos. Podemos decir que el Liberalismo representó la primera forma de “Internacionalismo” al considerar que la identidad nacional, comunitaria o histórica cedía ante el individuo y sus determinaciones.

13. Comercio internacional

El Conservadurismo en materia de comercio internacional, fruto de su nacionalismo, es proteccionista. Normalmente los conservadores se han apoyado o han salido de los sectores económicos más inmovilistas, especialmente de los propietarios agrícolas. Los agricultores ven en libre comercio una dificultad para continuar con sus “monopolios” productivos.

Los liberales siempre han mantenido que el comercio internacional debía tener tan pocas restricciones como el comercio interno. Esto también se debe a los liberales provenían primigeniamente de ámbitos comerciales que veían en las trabas arancelarias un límite a sus actividades. La libertad debe traspasar fronteras y los bienes y servicios llevados a los lugares donde no los hay o son más competitivos.

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