lunes, diciembre 31, 2007

Día de Nochevieja

Último día del año. Todavía tengo que llamar para concretar nuestra salida de esta noche. Con el calendario en la mano sí es el último día del año, pero yo creo que no año no acaba el 31 de diciembre y comienza el 1 de enero, porque mi experiencia me dicta que los cambios y los nuevos planes están en el paso del 31 de agosto al 1 de septiembre.

En todo caso el cambio del dígito del año y su fiesta tiene que ser bienvenido, todo ello fruto de una actitud más optimista o contemporizadora con la cronología convencional de la sociedad en la que vivo. He tardado, pero me he dado cuenta que ir contra el calendario es una estupidez y que tener momentos marcados para estar en familia o para estar contentos tampoco es tan malo, ya que de no tenerlos puede que muchos no estaríamos nunca en familia o no nos esforzaríamos por estar contentos.

Sí, este planteamiento es un poco hipócrita, pero hay cosas peores en el calendario como levantarse temprano para ir a trabajar y no se monta tanta queja ni tragedia.

Maestro interino en paro en huelga de hambre. Come y ponte a estudiar

Paseaba esta tarde por Sevilla, ahora ando por aquí, y vi un folio pegado a una valla de obras (para ver el folio pincha aquí). Hablaba de que un maestro interino en paro se había puesto en huelga de hambre en contra de la Junta de Andalucía y la forma en la que ha dispuesto proveer las bolsas de trabajo, lo cual ha producido que el huelguista y otros colegas suyos se hayan quedado en paro. Yo quiero opinar y decir unas cuantas cosas.

Primera. El huelguista, o los que le han redactado el folio, deben saber que no se puede estar en paro y ser a la vez maestro interino, porque si se es interino, no se está en paro, pero si se está en paro, entonces no se es interino. El problema no es sólo el desconocimiento brutal que tienen estos señores de muchas cosas, sino que han pensado que ser interino es un estado “para toda la vida”.

Segunda. Los interinos se agarran al argumento de la experiencia laboral frente a aquellos que no la tienen. Miden la experiencia laboral por el tiempo que llevan trabajando sin aprobar las oposiciones. Los que no tienen experiencia y que entran en su lugar parece que al menos algo han hecho para ocupar un puesto en la especialidad a la que opositaron, mientras que el huelguista opositó a otra.

Tercera. Primar su “experiencia laboral” es una discriminación fundada en la edad, es decir, un criterio inconstitucional. Los que entran en un momento determinado y quieren acaparar las plazas incluso impidiendo que salgan a oposición (la único posibilidad plenamente legal), impiden acceder a aquellos que nacieron después y que no pudieron concurrir a la bolsa de trabajo que a ellos le proporcionó la interinidad.

Cuarta. La última convocatoria para Maestros de Primaria establecían unas condiciones privilegiadas para los interinos, tanto en la fase de oposición como en la de concurso. Esto ha impedido que personas con muchas nota, que es lo que hay que sacar en una oposición, no hayan podido conseguir plaza y sólo les haya quedado un justificadísimo derecho al pataleo.

Quinta. Es difícil que unos señores que se empecinan en no sacar una plaza como funcionario en unas oposiciones sin ventaja y que lo quieren es que regalen la plaza porque entraron como interinos en un momento dado, transmitan a los alumnos la necesidad de esforzarse para conseguir objetivos.

Sexta. Este huelguista solamente ha conseguido el apoyo de la CGT y ese engendro de SADI (sindicatos de interinos). Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, no lo han apoyado no por falta de solidaridad con los trabajadores que lo necesitan, sino por hartazgo con estos señores.

Séptima. Ya es hora que las administraciones educativas, en este caso la Junta de Andalucía, saque a oposición todas las vacantes y que deje de crear y mantener la casta de los “interinos pata negra”. La interinidad es cubrir situaciones de enfermedad o de contingencias que no eran previsible al final del curso anterior, que es cuando se diseñan las plantillas de los centros y a eso debe retornar.

Octava. La Junta de Andalucía también debe reformar la baremación en las listas de interinos, valorando más los resultados en la última oposición que el tiempo que el aspirante ha estado de interino. Así podremos evitarnos el lamentable espectáculo de interinos que van a las oposiciones sólo para firmar, porque sonrientes le dicen a los que sí han estudiado que ellos tienen el trabajo asegurado.

Novena. Expreso mi no solidaridad con el huelguista. En vez de haber empleado estas navidades en montar teatrillos, podría haberse puesto a preparar las oposiciones del 2009, que es la última oportunidad que tiene de pruebas selectivas privilegiadas para que él pueda entrar, porque sin privilegios uno teme que conocerá a fondo el Servicio Andaluz de Empleo, sucesor del INEM.

domingo, diciembre 30, 2007

Lengua inglesa en los Países Bajos

Hace unas semanas manifesté lo encantado que terminé después de una visita veraniega a los Países Bajos. Hay una cosa que sí me produjo inquietud y que ahora voy a exponer.

El dominio de la lengua inglesa por parte de los nederlandeses es tan alto que podría decirse que al menos es igual a la de los propios ingleses. Esto está bien, pero hay un problema: el nederlandés u holandés está perdiendo terreno dentro de la cultura de su propio país. Este problema lo pude comprobar en una librería céntrica de Ámsterdam. La mayoría de los libros, tanto de literatura como de cuestiones específicas, estaban en lengua inglesa (y en otras aunque en castellano solamente había literatura), notándose el hueco de los libros en el idioma del país.

No por nacionalismo lingüístico, pero sí por valoración de una lengua con una gran historia. Creo que saber conocer otros idiomas es muy importante, fundamental y útil, pero abandonar la propia lengua creo que es un error, porque en la lengua está el depósito de una cultura, que si no se actualiza cada día termina por fosilizarse.

Lluvia y elecciones

La lluvia y la plenitud de las reservas de agua provoca a los ciudadanos una sensación colectiva de riqueza y de seguridad, que lleva a acoger mejor las consignas del gobierno que se presenta a la reelección. Por el contrario la sequía produce incomodidad, inseguridad y desconfianza, se sabe que el hecho de que no llueva no es culpa del gobierno, pero la receptividad a sus mensajes es menor por las sensaciones a las que antes hacía referencia. Es poca cosa, pero en una elecciones todo interviene a la hora de ir o no ir a votar y, una vez en el colegio electoral, elegir una papeleta u otra. Digo todo esto de forma especulativa, sin haber contrastado los ciclos hidrológicos y los resultados electorales.

sábado, diciembre 29, 2007

Blancanieves y el Feudalismo

Nochebuena. Cena familiar. Mientras las cosas están terminándose de preparar, yo me encargo de entretener a mis dos sobrinos, una niña de cuatro años y un niño de dos años. La niña me pidió que le leyera un cómic de Blancanieves. Me puse manos a la obra, aunque no me duró mucho, porque mi sobrina, de tantas veces que se lo han leído, lo sabe de memoria.

La memoria de mi sobrina me permitió fijarme en la ilustraciones de cómic y en los personajes. Había algo que me extrañaba desde el principio y que en la quinta página pude formular. Sólo aparecían como seres humanos normales los personajes que eran pertenecientes a la realeza: La reina malísima, Blancanieves y el príncipe que la despertará. El resto de los personajes son pseudohumanos como los enanos del cuento (y no digo que los de poca altura no sean humanos, sino que los enanos de Blancanieves no tienen una configuración muy humana que digamos), animalitos con los que canta Blancanieves y seres perversos y deformes que sirve a la reina malísima.

Leyendo el cuento con un poco de mala leche. La presentación de personajes y su caracterización en Blancanieves lo que se manifiesta es una justificación de la estructura feudal de la sociedad medieval, época en la que se encuentra ambientado el cuento. Es cierto que la recopilación de la tradición oral de los hermanos Grimm se produjo en el siglo XIX, esto es, en pleno romanticismo al servicio de los seguidores del Antiguo Régimen que todavía querían parar la idea de que todos los seres humanos somos iguales.

Mi sobrina se lo pasó estupendamente. Una ventaja de tener cuatro años y de no ser una pirada de la Hermenéutica, las Ciencias Políticas, la Filosofía y el Derecho.

viernes, diciembre 28, 2007

Menos mal que la Iglesia es mucho más que el obispo de Tenerife

Las declaraciones del obispo de Tenerife son vergonzosas y no le voy a dedicar ni una sola línea a descalificarlas, porque se descalifican por sí mismas. Me duele que un jerarca de la Iglesia Católica haga esto ya no sólo por cuestiones morales, sino porque está lanzando excrementos sobre muchas personas que trabajan día a día dentro de la Iglesia Católica.

De entre mis amigos puede decir que algunos son sacerdotes, religiosas o seglares que tienen su tiempo libre a disposición de su parroquia o comunidad. Como todo el mundo tienen sus virtudes y sus defectos, pero lo que no puedo decir de ellos es que les falte ni ilusión ni dedicación a su trabajo, muchas veces con un éxito que no guarda ninguna relación con las energías invertidas.

Me da pena que tengan que soportar jerarcas como este obispo de Tenerife, que sus palabras les implique a ellos como miembros de una organización religiosa, la Iglesia Católica, de la que ellos son una de sus partes más activas y visibles. Comparto la rabia de ellos, porque no son así, quizá por eso mismo nunca lleguen al Episcopado.

Los que nunca dirían estas bestialidades son los que hacen fuerte a la Iglesia Católica donde lo tiene que ser, en su misión religiosa: ellos y ellas celebran misas a horas intempestivas, visitan enfermos, abren centros de asistencia a enfermos terminales o de acogida a personas “sin techo”, ellos y ellas son los que están ahí para el desahogo moral y espiritual de los demás, preparan las bodas y primeras comuniones y mil cosas más.

Luego están los Álvarez Afonso, Rouco y Martínez Camino, entre otros muchos, para hacerles pasar vergüenza.

La democracia no debe pararse después del asesinato de Bhutto

El asesinato de Benazir Bhutto ha impresionado a todo el medio político internacional y hasta cierto punto hay quienes mantiene que rompe la estrategia de los Estados Unidos en ese país.

Ahora está en el aire la celebración de las elecciones legislativas previstas para dentro de unos pocos días. Del boicoteo de la oposición se ha pasado a la negociación entre estas fuerzas y el Presidente Musharraf. Quiero hacer dos reflexiones sobre este asunto.

Primera. No celebrar las elecciones sería un gran error, porque impide que los ciudadanos apoyen las opciones con las que más se identifican, de forma que se pierde cualquier legitimidad democrática, que el Presidente no tiene (pues su respaldo está en el ejército, que no es poco en estos países), y entramos en el terreno de las supuestas legitimidades morales, que es terreno ideal de los extremistas.

Segunda. Los moderados, en todos los aspectos políticos, iban a ganar estas elecciones y manifestar que los pakistaníes están hartos de los extremistas de “Al-Qaeda” y similares, que no los quieren ni a ellos, ni a su modelo de sociedad y que, desde luego, detestan sus métodos terroristas.

jueves, diciembre 27, 2007

¿Fuga de cerebros?

La fuga de cerebros españoles al instituciones científicas extranjeras es un tema tan antiguo como manido. Muchas son las causas y han sido detectadas y analizadas por otros. Ahora sólo quiero dar mi opinión y manifestar porqué iniciativas como las del CSIC de recuperar a los “jóvenes fugados” son pocos fructíferas.

Contra lo que se suele pensar, los jóvenes cerebros fugados no reciben ofertas para irse, sino que sucede todo lo contrario, ellos tienen que dirigirse individualmente a instituciones extranjeras para mejorar o incluso mantener su trabajo investigador. Aceptan irse a estas instituciones a ser nuevamente el “último de la fila” (si es que en España no han dejado de ser alguna vez) y rápidamente se dan cuenta que allí el “último de la fila” es mejor tratado a todos los niveles que muchos bien colocados en España. Como uno no deja su país y a su gente para hacer el vago y, además, son personas inteligentes y trabajadoras, rápidamente se hacen un sitio relevante en estos países.

Llega un día que un alto cargo del Ministerio de Educación y Ciencia lee la multitud de jóvenes investigadores españoles que están dispersos por todo el mundo y piensa, acertadamente, que sería bueno para nuestro país que estos volvieran.

Ellos se han acostumbrado a que en esos países, el trabajador de la investigación científica está bien valorado donde hay que valorarlo, en su salario, y que a eso se unen incentivos, que son más cuantiosos cuando trabajan para instituciones de carácter privado, como son los laboratorios farmacéuticos.

¿Qué le ofrecen en España? Poco y malo. Le ofrecen el acceso a un laboratorio, siendo por tercera vez el “último de la fila” y que a lo largo de un tiempo, y con la sumisión adecuada al caudillo tardofranquista que mande en su área o institución, pueda conseguir un puesto fijo a cambio de un salario que es la mitad que el que tiene el ayudante del ese joven investigador en el extranjero. Eso, por no hablar de medios y de recursos.

La política de personal española en material de personal investigador desincentiva a los jóvenes más prometedores y menos situados en el sistema. Salario bajo en términos absolutos, puesto de trabajo precario y un sometimiento humillante a algún jefecillo. El CSIC y el MEC podrán hacer todas las muestras que quieran sobre la buena salud de la ciencia española a estos jóvenes investigadores “fugados”, pero serán poco creíbles ya que ellos conocen la realidad desde dentro.

No hay fuga de cerebros, no se han fugado ellos, han sido echados.

miércoles, diciembre 26, 2007

¿Cómo consiguen que odiemos a Madrid?

Ser capital de un país tiene sus indudables ventajas: mejores infraestructuras, más servicios, determinadas sedes centrales y museos que para el resto del país es un sueño o la posibilidad de poder hacer carrera en la Administración sin tener que moverte de su barrio.

Evidentemente tiene desventajas: manifestaciones de todos los problemas y sectores, tráfico de paso para gestiones en todas las sedes centrales públicas o privadas o que el Presidente de turno quiera colocarte una Cumbre Europea o de la OTAN y que te llenen las calles de policías y controles (lamentablemente esta práctica es de las más descentralizadas).

Entre las desventajas que antes he citado falta una, que no es cuantificable, sino porque es de orden moral. El nombre de “Madrid” es utilizado como pretexto para cualquier tropelía en el resto del país, apelando a Madrid como un ente abstracto y todopoderoso. “Madrid lo ha dicho” o “En Madrid no están de acuerdo” son clásicos para no proporcionar argumento ninguno sobre una decisión errónea o impopular y a la vez parecer serio y responsable.

Madrid es un espacio, no una persona física. Incluso las personas jurídicas hablan a través de las personas. Cuando “Madrid dice algo” no lo dicen unánimemente sus millones de habitantes, sino alguien ha tenido que decirlo, es precisamente la identidad de esa persona lo que se procura ocultar bajo el nombre de “Madrid”, porque a lo mejor esa persona nunca dijo eso. Al final, la mala fama de Madrid se hace fuerte en el inconsciente de todos los afectados.

Esto que escribo de Madrid es igualmente predicable de cualquier otra ciudad española que tenga la capitalidad de su Comunidad Autónoma, y cuanto más grande sea la Comunidad, peor será la fama de la capital.

Antonio Piñero, espectacular, en "Cuarto Milenio"

Iker Jiménez ha aprovechado la noche del día de Navidad para hacer algo que ya hacía en la radio hace unos años: un programa especial sobre el tema principal del día. Si se celebra el nacimiento de Jesucristo, pues programa sobre los años perdidos de Jesús, desde su nacimiento al inicio de la vida pública. Iker descubrió hace un tiempo a Antonio Piñero, uno de los grandes biblistas de nuestro país y, cada vez que toca un tema de estos, le invita a los debates.

Junto a Antonio Piñero, normalmente va un sacerdote cuyo nombre nunca recuerdo, y un montón de periodistas y escritores con libros de título tan llamativo como poco conocimiento especializado tienen sus autores sobre el tema.

Es el tercer debate de esta temática que Iker Jiménez tiene en su programa en “Cuatro”. Le alabo la valentía de hacer debates de dos horas de duración, con pareceres dispares y en los que hay argumentos y no griterío. La mayoría de los colaboradores habituales de Iker ya conocen a Antonio Piñero y saben que su conocimiento del tema del que es especialista no es ni superficial ni cobarde. Todo lo contrario, Piñero sabe mucho de los textos cristianos antiguos y dice las cosas claramente, matizando pero sin esconderse.

El problema es que siempre hay un despistado que no se ha enterado antes de ir al programa o que intenta hacerse el listo. Esta noche le ha tocado recibir a Luis Antequera y ha recibido de lo lindo. Piñero ha mostrado que este escritor no tiene mucha idea de estudios bíblicos y hasta ha llegado a dudar que se haya leído los evangelios.

Antequera ha intentado escabullir la andanada de datos y de textos que Piñero daba cuenta, diciendo que la historicidad (que él absurdamente niega) no se dirime solamente por el “criterio de la dificultad” (realmente es la “lectio difficilior” y debería saber Antequera que no es el único criterio para establecer la historicidad de un texto antiguo). En ese momento, con Piñero henchido de ira ante la arrogante ignorante, Antequera recibió dos capotazos, uno de Iker y otro de Javier Sierra, para que no acabara intelectualmente destrozado antes de que el programa finalizase.

Es una alegría que Iker haga estos programas y es maravilloso que un especialista como Antonio Piñero vaya a su programa para debatir y poner las cosas en su sitio, enseñando cosas que los especialistas conocen desde hace más de un siglo y que una pésima formación religiosa hurta a los españoles.

Las navidades tampoco son para quejarse tanto

Llegan las navidades. Comienza un debate clásico entre aquellos a quienes les gusta las fiestas navideñas y aquellos que las odian, no habiendo punto intermedio. Yo quiero aportar algo a este debate, intentando proporcionar un punto intermedio.
No me pirran las navidades, aunque reconozco que gracias a estas fiestas tengo unos preciosos días sin asistir a mi trabajo. Las cenas familiares, he de reconocerlo, no son mi fuerte, pero intento hacerle el rato lo más agradable a todo el mundo y no entrar a nada que puede ser causa de problemas. Mis padres se esfuerzan mucho para que todos nosotros estemos bien y a gusto y es de justicia corresponderles con un poco de esfuerzo, que no cuesta tanto.

El tema del excesivo consumo no me preocupa, porque considero que el consumo es bueno para la economía y para que no haya paro. Si solamente consumiéramos lo necesario, habría muchas personas que no tendría que comer (trabajadores de la industria del mantecado o del turrón, por ejemplo) gracias a nuestra ejemplar austeridad. Si algunos consumen más allá de sus posibilidades, allá ellos, yo procuro no pasarme de mi poder adquisitivo.

El asunto de la falsa filantropía me trae sin cuidado. Si las galas o si la autopromoción de famosetes a costa de las necesidades de los demás hacen posible ayudar a un puñado de personas, pues bueno es. El problema no es que la filantropía o la beneficencia sólo se ejerzan en las fiestas navideñas, el problema es que exista. No quiero ni deseo la beneficencia, sino transformación social.

Las navidades tienen su parte pesada, pero también tienen sus cosas. Me encanta recorrer mi ciudad alumbrada, aunque sea con luces de bajo consumo, difuminada por las nubes de humo proveniente de los puestos de castañas asadas. Me deleito en comprar libros teniendo que atravesar compactos grupos de clientes que intenta encontrar el libro con el que agasajar a uno de los suyos. Me vuelve loco tomar un café largo, mientras charlo con mis amigos sin hora sobre mil asuntos posibles. Es verdad que todo esto se puede hacer el resto del año, lo hago, pero también me encanta hacerlo en navidades.

martes, diciembre 25, 2007

Tipología del comprador de libros

Existen tres tipos de compradores de libros. El comprador lector, el comprador bibliotecario y el comprador decorador.

El comprador lector es aquella persona que solamente compra lo que piensa leer inmediatamente o justo cuando acabe el libro que tiene entre manos; comprar un libro y no leerlo es como comprar leche y tomársela; tiene la sensación de que el libro que es leído poco después de su adquisición, caduca y se pudre. El hecho de gastarse una cantidad de euros que normalmente no es pequeña para el bolsillo medio, le crea una ansiedad que sólo puede soslayarse con el consumo inmediato de lo comprado. Por ello, en el caso del comprador lector, existe una correlación entre su situación o sus circunstancias personales y el libro que compra, ya que el libro tiene que adecuarse a sus necesidades vitales, así como al tiempo disponible. El comprador lector sigue vivamente los consejos de otros compradores lectores y también él es fuente de consejos, porque no se puede permitir una fallo en la compra de un libro y, solidariamente, no quiere que nadie lo cometa.

El comprador bibliotecario es el que además de lector es comprador de libros que sabe que no va a leer rápidamente sin una buena causa, y que sin ella la lectura puede aplazarse. Sus criterios de compra nada tienen que ver con su momento personal, pues le interesa completar obras de determinados autores, abrir secciones en su biblioteca personal sobre temas de su interés o atesorar diversas traducciones al castellano de algunos libros que considere importantes. Su situación personal casi nunca tiene que ver con los libros que compre. El comprador bibliotecario tiene un nivel adquisitivo que le permite la compra continua de libros y la cultura suficiente para saber discriminar entre lo que a seguir teniendo vigencia y entre lo pasajero, cuáles son obras clásicas en las materias de su interés e incluso un instinto para lo frívolo o extraño. El comprador bibliotecario lee temáticamente (es muy consciente de que los libros no se volatilizan solos) y, a veces obsesivamente, hasta el punto de agotar razonablemente un aspecto, personaje o cuestión.

El comprador decorador no merece más comentario que decir que es aquella persona que compra libros para rellenar muebles y estantes, independiente del contenidos de las obras, lo importante es que sean vistosa su encuadernación y uniformes en su lomo. No piensa leer lo que compra y la compra es ocasional, probablemente una vez en la vida. Entraría en este tipo el que compra para regalar, aunque él nunca lea.

Los compradores bibliotecarios son pocos, pero gastan mucho; los compradores lectores son muchos y gastan relativamente pocos, pero su suma hace que tengan el papel preponderante en la estrategia comercial de las grandes editoriales, que está pensada para ellos, mientras que otro sector editorial, más especializado, se centra en los compradores bibliotecarios.

Obviando al comprador decorador (que nunca leerá lo que compra), un encuentro entre un comprador lector y un comprador bibliotecario puede ser frustrante. Ambos coincidirían en un sincero y honesto gusto por la lectura, pero rápidamente comprenderían que a lo que el uno y otro llaman “lectura” es algo absolutamente diferente. El comprador lector dirá del comprador bibliotecario que es un pedante y el comprador bibliotecario dirá del comprador lector que es un superficial. Ambos juicios equivocados, porque la lectura para cada uno de ellos es algo diferente porque cumple funciones tan diferenciadas que pueden que no tenga otra cosa en común que el simple hecho de pasar los ojos sobre unos símbolos en un orden determinado sobre un soporte físico.

Ésta es una de las facetas maravillosas de la lectura, que no tiene que ser lo mismo para todos, ni siquiera un mismo texto tiene que significar forzosamente lo mismo para todos sus lectores.

Una democristiana atacada por el PP

Paseaba por algunos blogs. En “No al extremismo” me encontré con una referencia a una diputada a la que le había perdido el rastro y de la que guardaba un buen recuerdo por su actividad parlamentaria, Pilar Salarrullana, y al maltrato que a través de la red los amigos de Rajoy le han proporcionado, hasta el extremo de tener que cancelar su blog.

¿Qué ha hecho una demócrata cristiana para merecer este trato de los seguidores de un partido que dice beber de las fuentes del “Humanismo cristiano”? Su pecado ha sido analizar libremente la realidad, no aceptando cosas del gobierno de Zapatero y otras considerándolas positivas. Algo tan normal en una democracia que es inaceptable para los cachorros de Acebes, Zaplana o Rajoy.

Pilar Salarrullana perteneció al extinto Partido Demócrata Popular y pasó con todos los parlamentarios de su formación al Grupo Mixto después de la descomposición de la Coalición Popular. Antes había sido senadora.

Muchos de sus compañeros estuvieron en el Congreso, cumplieron con la expediente y se fueron a casa cuando Felipe González adelantó las elecciones generales, seguros de que su formación no iba a conseguir ni una sola acta parlamentaria. La señora Salarrullana dio la batalla para que el Congreso se implicase en el estudio de uno de esos sordos problemas que afectan a la sociedad española, pero que únicamente salen a primera escena cuando hay una tragedia mortal: las sectas.

Fue una heroína de la lucha contra las sectas. Hizo que el Congreso estudiase el fenómeno por medio de una Comisión Mixta del Senado y del Congreso para estudiar la situación de las sectas en España. El fruto de este estudio es un informe, bastante bueno, que es un referente en nuestro país cuando hablamos de sectas y comportamientos sectarios. Los poderes ejecutivos poco o nada han hecho, a pesar de que nuevamente hay parlamentarios que insisten en este asuntos.

Bien podría la señora Salarullana haber vegetado en su escaño sin que nadie la conociera, pero prefirió servir a la ciudadanía, llevando a Las Cortes un tema delicado, por el que recibió amenazas y que no sólo comprometió su proyección política, sino también su integridad personal. Desde aquí mi más sincero homenaje y manifestar mi repulsa a aquellos que no aceptan nada que no sea lo que sus obturadas orejas quieren oír.

domingo, diciembre 23, 2007

"El Estado Cultural" de Marc Fumaroli


MARC FUMAROLI: El Estado cultural. Ensayo sobre la nueva religión moderna. (Acantilado, Barcelona, 2007).

Marc Fumaroli es un intelectual francés, miembro de casi todas las instituciones académicas excelentes de Francia. Hace unos años provocó una gran polémica al cuestionar una de las facetas más características de la sociedad francesa: su política cultural.

La tesis que mantiene Fumaroli es las artes y las letras han caído dentro de un concepto extraño a la cultura francesa, el concepto de cultura, y que la cultura ha sido sometida al Estado de tal forma que en la actualidad las artes y las letras no se pueden concebir fuera de la acción pública.

Esto plantea uno problemas tanto para los escritores y los artistas como para los que se acercan a sus obras. Un problema ético, estético y político. Mantiene que las artes y las letras ya no actividades libres, sino que forman parte de un culto político, de una nueva forma de religión. Todo este fenómeno recibe el nombre de “Estado cultural”.

Raíces del Estado Cultural

El “Estado Cultural” tiene su origen en la idea de que la ausencia de una política cultural. Esto produjo que, salvo excepciones, Francia fuese un completo desierto cultural con un grandioso oasis en París. La primera apreciación de desierto cultural la encuentra Fumaroli en el libro La república y las bellas artes, de Jeanne Laurent.

Luego realiza todo análisis de la asociación Francia Joven, oficial en la Francia de Vichy, y su intento de organizar la cultura. En mi opinión las páginas que Fumaroli le dedica a esta asociación son desproporcionadas sobre todo cuando la asociación prácticamente fue un plan, muchos papeles y casi ningún hecho en sus escasísimos años de existencia. La intención es clara cuando aparece el nombre del pensador Emmanuel Mounier vinculado a esa asociación. No sé qué opinión tiene el autor sobre el Personalismo y tampoco me importa (su opinión y el Personalismo), pero me suena mal, a uno de eso ajuste de cuentas con un pensador o sus seguidores a costa de un pecado de juventud, y más cuando Mounier fue perseguido y procesado por el régimen fascista de Vichy.

Si Laurent sale un tanto indemne del ataque de Fumaroli, quedando como una especie de chica que no sabía muy bien el monstruo que estaba creando, y Mounier recibe una arremetida “ad hominem” vestida de argumentos intelectuales, el verdadero demonio y padre de todos los errores es André Malraux.

André Malraux fue la persona que propuso la creación de un ministerio específicamente en Francia y también, como era lógico, fue el ministro de esa cartera recién estrenada. Fumaroli escudriña en la obra literaria de Malraux, que fue premio nobel de Literatura, para buscar las líneas en las que se demuestre que lo que él llama el “Estado Cultural” estaba ya allí desde el principio.

Morfología del Estado Cultural

Fumaroli empieza a lo grande, negando la mayor, como haría un escolástico para humillar a su oponente en un debate académico. Niega que el concepto “cultura” sea un concepto francés (por lo visto a él le importa mucho que los conceptos sean franceses o no). Ciertamente el concepto “cultura”, tal y como lo entendemos hoy, es de raíz germánica y fue empleada por el Romanticismo para describir los “productos del espíritu” de un pueblo determinado. Fumaroli contrapone el concepto “cultura” a lo que él considera la denominación francesa, “las artes”, más plural y más liberal frente a la definición pretendidamente unívoca del concepto alemán.

Un concepto uniforme de cultura permite la consideración homogénea de todos los fenómenos que se encuadran dentro de ésta, de toda la extensión del concepto, convirtiéndose en una dimensión más para la acción humana, ya que la extensión tenderá a perder diversidad impelida por la intensión (las características definitorias) del concepto.

¿Quién define cultura? La respuesta de Fumaroli es sencilla y clara. La cultura es definida por el poder. Lo que eran artes y humanidades, en plural, se convierte en algo singular que puede ser dirigido. Pero esto no es lo peor, para Fumaroli el dirigismo cultural conlleva a la ideologización de la cultura y cierta presentación orgánica de ésta, siendo cultura lo que realizan los órganos culturales oficiales.

Se separa la educación de la cultura. Fumaroli fecha esta ruptura en la creación del Ministerio cultural que dirigiría Malraux. Hasta entonces la administración cultural (Museos, Patrimonio y Monumentos, Conservatorios o Teatros Nacionales), que a Fumaroli le cuesta reconocer su previa existencia, estaba subordinada administrativamente al Ministerio de Educación.

La separación administrativa de la administración cultural de la administración educativa representa para Fumaroli algo más que una simple reorganización de las competencias ministeriales, sino que es la manifestación de la disociación entre cultura y educación como dos terrenos que nada tienen que ver y que incluso pueden tener enfrentamientos.

Fumaroli sostiene que el ideal francés, republicano y liberal, ha sido que cualquier ciudadano puede tener la educación de los príncipes del “Antiguo Régimen”. Toma la crisis educativa francesa y la ve causada por la separación de educación y cultura, en lo que creo que es una extrapolación injustificada.

El autor no se arredra ante la acusación de que tiene una concepción elitista de lo que llamamos cultura. Él dice que sí, que la tiene y que la cultura es siempre elitista.

La cultura del “Estado Cultural” es una cultura de masas, una cultura para todos en el sentido de asimilable por todos, no de accesible a todo el que quiera. Que sea una cultura de masas tiene dos características básicas: prima lo emotivo sobre lo racional y el momento cultural preeminente es la fiesta, en la que la masa se puede expresar como tal.

Lo que desde tiempos de Malraux se considera “cultura”, además de estar destinada a la masa, no es más que un producto comercial más. La política cultural de los primeros tiempos de Malraux en la actualidad se transformado en un marketing cultural, en la elaboración de unos productos con la marca “cultural”, destinados a un consumo también masivo y fácilmente digerible.

Nos encontramos ante una cultura de “prêt à porter”, pero con mala conciencia. Fumaroli no ve diferencia otra entre espectáculos montados en El Louvre o las reproducciones de Las Vegas que en la ciudad americana son conscientes de que lo que hacen es espectáculo y no cultura, mientras que en El Louvre quieren hacer pasar por cultural lo que es únicamente un espectáculo.

Vivimos, en opinión de este académico francés, la vacuidad de lo cultural. Es por ello que el edificio del museo es más importante que el contenido y sobre la pretensión de no encerrar la cultura entre cuatro paredes los límites del museo se han diluidos en centros y en unos entes todavía más abstractos: los espacios culturales.

Llegados a este punto tocamos unos de los aspectos fundamentales del “Estado Cultural”, que es la sustitución que la cultura hace de la religión dentro de la sociedad francesa. Fumaroli habla de “religión de sustitución” en cuanto proporciona un calendario y unos acontecimientos de fusión que permiten una trascendencia a todos los públicos, aunque sea al precio de la adulteración de lo que se ofrece. Los partícipes creen acceder a unos terrenos de profundidad cultural cuando realmente son componentes de una gran farsa.

El fracaso del estado cultural en su intento de democratización: los elementos culturales les siguen interesando a las mismas minorías que antes de la aparición del Estado cultural. Las manifestaciones culturales han sido como llevar a no aficionados al deporte a los acontecimientos deportivos.

El “Estado Cultural” ha fracasado en su intento de democratización de la cultural, ya que Fumaroli mantiene que los elementos culturales les siguen interesando a las mismas minorías que antes de la aparición del Estado cultural. Lo que se ha hecho es algo así como llevar a no aficionados al deporte a los acontecimientos deportivos.

La idea de que es una religión de sustitución la encuentra Fumaroli en la noción de creación cultural. Mantiene que el arte no ha sido creativo hasta el siglo XIX, cuando también nace el concepto de “cultura”. Afirma el académico francés, muy intuitiva y acertadamente, que la “creación cultural” es la secularización del concepto teológico de creación y que hasta el siglo XIX solamente era una acción divina. Ahora hay creación cultural también hace realidad a partir de la nada (“creatio ex nihilo”).

Esta religión cultural es una cultura siempre en contra de algo. Nace del desconcierto ante el triunfo de las democracias liberales: desconfianza ante los EEUU y simpatía por la URSS, ya que la cultura de masas es la propia de regímenes totalitarios y no casual que apareciera en Francia bajo el gobierno de Vichy. Se ha intentado un “tercera vía francesa”: capitalismo dominado por la tecnocracia estatal o comunismo atenuado por la cultura.

La administración cultural se ha convertido en un fin en sí misma, dada la vacuidad a la que la cultura ha llegado. La administración cultural de todos los niveles, mantiene Fumaroli, habla en cultura un lenguaje que sencillamente es irrelevante para los ciudadanos. La manifestación más clara de este fenómeno la encuentra el autor en el hecho de que haya más burócratas culturales que artistas.

No yerra Fumaroli al ver en la Televisión el instrumento privilegiado de transmisión cultural de nuestros días. Acepta que en este asunto el poder se encuentra muy dividido, precisamente por su fuerza y trascendencia, de forma que se puede mantener que en Francia existen cuatro centros de poder cultural, atendiendo a la capacidad de dirección o influencia sobre las televisiones y a algunas capacidades administrativas entrecruzadas; estos son la Presidencia de la República, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Cultura y el Ministerio Delegado de Comunicación.

La televisión francesa se encuentra bajo tutela. Es una televisión censurada y dirigida, aunque esto sea indirectamente y manteniendo las formas. Fumaroli hecha de menos los primeros intentos de transmisión de cultura fuerte a través de la televisión que sí serviría, en su opinión, para democratizar la cultura.

Modelo liberal

Es evidente que el modelo que propone Fumaroli como contrapuesto al “Estado Cultural” es el propio del Liberalismo francés, es decir, una Liberalismo no tan liberal como el anglosajón.

No tendría que ser el Estado el que determinara, a través de sus subvenciones y de las programaciones de sus instituciones, qué es bueno y qué no lo es, qué es arte y qué no lo es, qué merece ser protegido y qué no. La creación cultural y más específicamente la artística debe estar en manos del creador y relacionarse libremente dentro de una “República de las Artes y las Letras”, sin interferencias externas y menos políticas.

Considera que el nacimiento y el desarrollo del “Estado Cultural” no es responsabilidad ni de la izquierda, ni de la derecha, ya que en ambas tendencias políticas encuentra Fumaroli tantos defensores del “Estado Cultural” como críticos de posiciones radicalmente excluyentes. Lo que sí concreto que si bien fue obra de un gobierno de derecha, el De Gaulle con Malraux al frente, el “Estado Cultural” tal y como se conoce en Francia es llevado a su apoteosis por los gobiernos socialistas de Mitterand.

El papel del Estado en ese Liberalismo que mantiene Fumaroli es garantizar la capacidad de elección cultural, especialmente mediante la entrega de instrumentos a los ciudadanos durante el proceso educativo. Por lo que educación y cultura siempre han de ir de la mano, ya que sin la primera, la segunda no tiene la más mínima oportunidad.

Mantiene que en último extremo, el ideal cultural no es compatible con los espectáculos, los acontecimientos o las manifestaciones de masas, sino que tiene mucho más que ver con el “ocio estudioso” de Erasmo de Rótterdam. En lo referente a la finalidad de la creación cultural, y la artística específicamente, considera que será moderna, y por tanto tendrá sentido, si saca lo bello de lo actual, para lo que propone a Baudelaire como modelo a seguir.

Valoración

Fumaroli es una perfecta expresión de la expresión escrita de los intelectuales franceses. Se ven forzados a demostrar continuamente su inmensa erudición contra la propia claridad e inteligibilidad del texto, desapareciendo todo intento sistemático en un tema que lo pido, necesita y por su interés lo merece. A veces uno duda si esta ausencia de sistemática es una opción o una incapacidad. La erudición desmadrada tiene una segunda consecuencia maléfica que es la dichosa manía de remontarse al principio de los tiempos para explicar cualquier fenómeno histórico o contemporáneo.

Bien visto el libro de Fumaroli no es ni tan novedoso en su fondo, ni en sus análisis. Lo único nuevo lo encontramos en la temática: la cultural. ¿Por qué digo esto? Fumaroli reproduce en el ámbito cultural el mismo debate que a nivel económico, jurídico y político se ha dado entre las tendencias liberales y las socialdemócratas.

Buena parte de las constataciones fácticas de Fumaroli son ciertas y por tanto irrebatibles, pero sus interpretaciones no lo son tantos. Me centraré en algunos de los puntos.

Una concepción liberal de la cultura, o de las artes, tiene los mismos problemas que cualquier otra forma de liberalismo: la creencia ciega en la bondad del mercado (“República de las artes” en la terminología de Fumaroli), la creencia de la posibilidad de un mercado perfecto con igualdad entre los diferentes actores (la valoración “del mérito artístico”) y la consideración de la labor marginal del Estado como garante del soporte donde desarrollarse el libre comercio. El mercado no es bueno “per se”, el mercado tiene disfuncionalidades comprobadas y hay una ideología detrás del propio mercado, que dejaría la determinación de la cultura únicamente a los actores económicos más poderosos, creando una cultura defensiva de su propio dominio.

El Neoliberalismo ha sido un caos económico donde se ha tenido la mala fortuna de dejarlo actuar; nada nos autoriza a pensar que el Neoliberalismo cultural de Fumaroli vaya a producir otros resultados diferentes al de su padre económico. Sí tiene razón al señalar los excesos del modelo socialdemócrata, incluso en cultura, pero su aportación sólo debe ser correctora, dado que el modelo alternativo no ha mostrado ningún bien.

Una de las tesis fundamentales de Fumaroli sería desmentida con una simple estadística. La minoría que va a museos, teatros y bibliotecas es menos minoría que la que iba antes del inicio del “Estado Cultural”. Y ello es así por la acción de la educación que no está tan separada de la cultura como este autor quiere dar a entender.

Centrémonos en el caso español. Se dice que los niveles educativos han bajado y puede que sea cierto, pero esa educación de menos calidad llega a más personas que la “exquisita” del anterior régimen. La consecuencia es que los niveles de lectura han subida, aún siendo bajos, y hay más librerías y más usuarios de servicios culturales que nunca. Puede que ni los lectores ni los espectadores de teatro sean lo cultivados que Fumaroli desease, pero están tan interesados como sus predecesores.

No es cierto que su análisis no tenga carga política. La tiene y está dirigida contra los socialistas franceses y forma parte de una campaña generalizada, consciente o inconsciente, de ataque a todo lo que las dos presidencias de Mitterand hicieron en Francia. La caída política se intuye en el libro, pero se confiesa en las entrevistas.

Nunca he comprendido el nacionalismo intelectual y esto es una de las cosas que más me apartan de los planteamientos de Fumaroli. No entiendo que el término “cultura” deba ser rechazado por el hecho sencillo de no ser de origen francés (o español en nuestro caso). Debe ser rechazado o aceptado dependiendo de su fuerza y acierto intelectual. Reivindicar la propia tradición es positivo siempre que se sea consciente de que cualquier tradición es limitada y necesita préstamos de otras tradiciones.

Finalmente creo que la situación francesa no es comparable a la situación española. La administración cultural española en la Democracia ha sido poco intervencionista y muy restauradora, dado el lamentable estado en el que los dirigentes democráticos se encontraron el inmenso patrimonio histórico y cultural español. Cuando se ha restaurado casi todo lo que había que restaurar, y algo más que pasaba por allí, sí se ha comenzado con las políticas culturales de corte positivo y se han abierto cientos de espacios, centros y museos, algunos más logrados que otros, pero hacia los cuales no siento una inquina especial, posiblemente porque, como la restauración de monumentos, era algo necesario y aún no hemos caído en el “rococó” que justifica algunas de las ideas de Fumaroli, especialmente las referentes a la vacuidad de muchas manifestaciones culturales.

jueves, diciembre 20, 2007

Lo que realmente era la "Charta Magna"

Hace dos días la prensa anunciaba la subasta de una de las copias más antiguas de la “Charta Magna” inglesa. El valor de esta copia reside en que es coetánea a la original. Rápidamente los periodistas empiezan a escribir de oídas y sin saber realmente lo que dice. La información periodística dice que el documento reconoció los derechos del hombre e inspiró a la Constitución de los Estados Unidos, especialmente sus diez primeras enmiendas.

La “Charta Magna” no es otra cosa que un documento en el que el Rey de Inglaterra se comprometía a reconocer y respetar una serie de derechos y privilegios de la nobleza inglesa. En definitiva, de derechos del hombre nada. Los únicos derechos que se reconocen y a los que compromete garantía eran a los de la nobleza. Es un perfecto ejemplo de la Edad Media, un documento paradigmático del Feudalismo.

La inspiración de la Constitución de los Estados Unidos no proviene directamente de la “Charta”, sino de la teoría de John Locke sobre la inmunidad de los derechos personales. Lo que probablemente haya confundido al periodista sea que en la lucha por la igualdad en Inglaterra se basó en el intento de extender los derechos recogidos en la “Charta” a todos los ciudadanos y no solamente a los miembros de la nobleza.

lunes, diciembre 17, 2007

¿Por qué Kennedy me cae mal?

John Fitzgerald Kennedy me cae mal. Sé que es un mito de la cultura política de nuestro tiempo. Encarna el ideal de político comprometido, ilusionado con un proyecto de cambio social y que a su vez ilusionaba a sus conciudadanos, pero no lo puedo remediar: me cae mal.

Estuvo casi tres años en la Presidencia de los Estados Unidos. Tuvo grandes palabras, estuvo cerca de la guerra nuclear con la Unión Soviética por la “crisis de los misiles” instalados en Cuba y poco más. Fue realmente Lyndon Johnson, su sucesor, la persona que firmó la “Ley de derechos civiles”, estableció los programas sanitarios para personas con pocos recursos (Medicaid) y para jubilados (Medicare) o hizo que el programa espacial despegara. Fue Lyndon Johnson el Presidente que marcó efectivamente un antes y un después, cosa para lo que Kennedy lo único que aportó fue la señal de salida.

viernes, diciembre 14, 2007

Carta abierta a Teddy Bautista, presidente de la SGAE

Querido Teddy, me ha llamado poderosamente la atención tus declaraciones a "El País" sobre el canon digital, ese dinero que grava un soporte independientemente de su uso porque presume (sin admisión de prueba en contrario) que todo lo que se puede meter en su CD, DVD o MP3 está protegido por los derechos de autor, que la entidad (SGAE) que presides.

Deberías saber que, más allá que tengas razón o no, cuando uno se propone amenazar a un gobierno con “consecuencias electorales” debe saber qué dice, tener los medios para llevar a cabo esa amenaza y que el efecto de la realización de la amenaza sea más desfavorable que favorable para quien la padece.

¿Con qué consecuencias electorales amenazas? ¿Con una protesta de tus representados contra el gobierno? Creo que confundes la fuerza de movilización y de incidencia de los artistas y me parece que los haces porque piensas que el eco social que tuvieron las protestas sociales de este colectivo contra la guerra de Irak pertenece a los artistas y no al tema. Los artistas, en 2003, únicamente expresaron públicamente una opinión generalizada en la sociedad española. Fue la oposición a la guerra y no los artistas los que llenaron las calles.

Si has previsto que varios millones de personas van a salir a las calles a protestar contra Zapatero por no fijar la cuantía del canon digital o que van a dejar de votar a alguien por permitirles comprar soportes digitales a menor precio, vas muy descaminado. Una cosa es defender los intereses y los derechos humanos (como los de millones de iraquíes entonces amenazados, hoy muchos de ellos están muertos) y otra cosa es defender los intereses económicos de tus representados cuando además son opuestos a los propios. Para ganar un buen puñado de votos, el gobierno no tiene que hacer otra cosa que montar un servicio público de intercambio de archivos a alta velocidad.

Ataca al gobierno por esto y lo que realmente estás haciendo es apoyarlo, dándole votos o, al menos, no quitándole ninguno.

Atentamente, Geógrafo Subjetivo.

jueves, diciembre 13, 2007

Rajoy sigue haciendo amigos

¿Por qué Rajoy no se calla? Si en mi anterior entrada decía que con su última intervención del candidato popular a la Presidencia sólo se había ganado enemigos. Ahora va y dice que no descarta ninguna cadena porque de eso todavía no se hablado en las negociaciones entre los partidos políticos. Entonces ¿por qué dijo lo que dijo?

Rajoy sigue haciendo amigos (II)

¿Por qué Rajoy no se calla? Si en mi anterior entrada decía que con su última intervención del candidato popular a la Presidencia sólo se había ganado enemigos. Ahora va y dice que no descarta ninguna cadena porque de eso todavía no se hablado en las negociaciones entre los partidos políticos. Entonces ¿por qué dijo lo que dijo?

Rajoy sigue haciendo amigos

Rajoy tiene un problema de comunicación terrible. O no se da cuenta de lo que dice o tiene a sus peores enemigos entre sus asesores. En vez de decir las cosas claramente, que a la mayoría de los ciudadanos le interesa solamente un debate entre el Presidente Zapatero y el candidato del Partido Popular, él mismo. En todo caso, hay que celebrar que haya debates televisados de nuevo, cosa que en España sólo sucede cuando hay un Presidente de Gobierno de izquierda.

Un debate en una cadena pública de televisión tiene el problema que sería un debate con muchos candidatos y tres de ellos de partidos políticos (CiU, ERC y PNV) que no se presentan en toda España, por lo que digan a la mayoría nos trae sin cuidado. Además de tener el peligro de que los debates solamente hablen de Estatutos y procesos de paz y eso que en todo caso van a tener demasiada importancia a costa de otros.

Tanto por lo poco práctico de un espacio televisivo a seis, como de la tendencia regional de estos debates multitudinarios y el intento de cada cual de ser la estrellas invitada y el que ha puesto contra las cuerdas, como sea, a los representantes de los dos grandes partidos, es mejor tener un debate entre las dos únicas personas que se presentan y que tienen posibilidades reales de ocupar la Presidencia del Gobierno. Esto es así, incluso si lo dice Rajoy que tiene un concepto muy informal de verdad.

¿Qué ha hecho Rajoy? Pues en vez de decir estas cosas tan simples y verdaderas, se ha dedicado a atacar cadenas de televisión, haciéndose amigos, como siempre. TVE tiene la obligación de ser y parecer independiente, y la etiqueta es la oposición quien la tiene que poner.

Si los informativos dirigidos por Lorenzo Milá son tildados de dependientes del poder, ya no tienen que hacer ningún esfuerzo por ser independientes. Ya que el señor Rajoy los considera dependientes del Gobierno, independientemente de su trabajo, pues pueden serlo ya que no tienen nada que perder.

Para excluir “La Sexta” podría haber puesto la fácil y neutra excusa de que no llega a todo el territorio nacional, con lo que no tiene sentido realizar un debate de tal sentido en un medio al que no pueden acceder todos los españoles. Nada de eso, Rajoy también los tacha de “dependientes” y nuevos amigos para la cuenta.

Fue ese estilo autosuficiente, bravucón y soberbio el que le costó el poder al Partido Popular. Creyeron que hicieran lo que hiciera, dijeran lo que dijeran, iban a ganar las elecciones y que lo mejor era la descalificación y la mentira. Todo ello sin buen resultado.

Cuando un político ataca debe buscar que no se incremente el número de los contrarios, y si esto sucede inevitablemente, que el incremento de los favorables sea mayor que el del incremento de los contrarios. Se ha echado encima a TVE (hasta ahora de una asepsia que me pone nervioso), “La Sexta” no puede ser más contraria, “Cuatro” agradecerá el gesto pero no tanto como para que el Grupo PRISA apoye al Partido Popular y “Antena 3” ya lleva entregada a la derecha desde que existe. Se ha ganado un contrario y nadie favorable. Mal negocio.

miércoles, diciembre 12, 2007

La inexistencia mediática de la política andaluza

Tengo la impresión de que a muchos andaluces poco o nada les interesa la política andaluza. Pienso que pocas personas serían capaces de nombrar a algún consejero del gobierno andaluz y a pocos dirigentes políticos de la oposición.

¿No le interesa a los andaluces su política autonómica o es que nunca le han dado medios para interesarse por ella? Me inclino por la segunda posibilidad, ya que los andaluces han demostrado su interés, especialmente en el proceso autonómico.

Los medios andaluces de comunicación no prestan prácticamente atención a la política autonómica. Dan las noticias por pura necesidad, una detrás de otra, con poca elaboración de la trayectoria de las decisiones y de los debates, con menos interés por la marcha de la Administración, salvo cuando sale un informe fácil de leer y que permite que Andalucía sea comparada con otras comunidades con una cifra, sin más complicaciones. Mayor culpa tiene la RTVA, que no tiene contenidos de análisis político más allá de sus informativos de rigor, no propiciándose el debate ni sobre los problemas ni sobre las decisiones.

Los pocos comentaristas son de un partidismo tal que no merece la pena leerlos. No digo que no deben tener tendencias y ser objetivos, lo cual a estas alturas de partido uno sabe que es imposible e, incluso, poco deseable. No se habla de las cosas sino que se recurren a tópicos, más insultantes y comunes en la derecha que en la izquierda.

La desatención de los medios hace que los políticos no se relajen, sino que vivan en la mayor de las apatías. No es que hagan pocos esfuerzos, no hacen ninguno. Se achaca a los políticos que solamente se preocupan por sus apariciones en los medios de comunicación; los políticos andaluces no tienen que hacer ni un trabajo de imagen, porque los medios no les prestan casi atención.

Marshall McLuhan dijo aquello tan repetido de que el medio es el mensaje. Pero el problema de Andalucía no es que no haya mensaje, es que no hay ni medio.

martes, diciembre 11, 2007

Los becarios: nueva forma de explotación laboral

Las empresas no saben qué hacer para eludir lo poco que queda de un sistema laboral que dé ciertos derechos y alguna seguridad a los trabajadores. Se les ocurrió que la figura del trabajador autónomo era ideal para tener trabajadores sin los inconvenientes de la sindicación, de las disposiciones de un convenio colectivo que regula remuneraciones, horarios o condiciones de trabajo.

Tarde ha reaccionado la ley, pero lo ha hecho. La Ley del Estatuto del Trabajador Autónomo ha creado la figura del “trabajador autónomo económicamente dependiente” que esencialmente es aquel que dependen en al menos el 75% de sus ingresos de un solo cliente. La idea es buena, pero rápidamente se me han ocurrido algunas trampillas, que pondrán ser remedias por la jurisdicción de lo social, ya que por fin estos trabajadores podrán acceder a los procedimientos laborales, más ágiles y rápidos que los procedimientos civiles que anteriormente les correspondían.

Las empresas sabían que tarde o temprano estos llegaría, por lo que comenzaron su nueva huida del Derecho Laboral a través de la figura de los becarios. Un becario es una persona, generalmente estudiante universitario, que recibe una formación en la empresa en consonancia con su formación académica, con la posibilidad de una pequeña compensación económica dependiendo de las horas de dedicación.

En este asunto se ha unido el hambre con las ganas de comer, porque las universidades cada vez se ven más impelidas a proporcionar a sus estudiantes prácticas en empresas, ya que esta posibilidad es uno de los criterios de las numerosas clasificaciones de universidades que están proliferando. Los alumnos caen rendidos ante la oferta de incluir unas prácticas en su curriculum y de camino ganarse unos eurillos.

Después de esta convergencia de intereses llegan los problemas, como CCOO ha denunciado. Las plantillas no se aumentan cuando es necesario porque se recurren a las bolsas de becarios para engrosar las filas de los trabajadores no contratados. Pronto se les promete, bajo cuerda, un poco más dinero a cambio de muchísimas más horas de trabajo, o bien a cambio de un contrato laboral que no llega porque es preferible incorporar un nuevo becario, sin convenio colectivo ni derechos, a un nuevo trabajador.

Lo que iban a ser unas prácticas ideales para el curriculum se transforman en muchas ocasiones en un momento para dejar de estudiar en búsqueda de un puesto de trabajo que no llega. Sin el trabajo y con los estudios fatalmente interrumpidos, los becarios quedan en tierra de nadie, o más bien en las cifras de los descomunales beneficios de las empresas que les contratan y explotan.

Voy a ser arriesgado y voy a formular una propuesta. Dado que las universidades son el caladero de estas empresas para encontrar sus becarios, son las universidades las que tienen, en conjunto, que poner algunas condiciones. Un becario no debería poder desarrollar una labor que no esté directamente relacionada con sus estudios y mucho menos ocuparse de un área que debería ser ocupada por un trabajador. La dedicación debe estar limitada y los convenios de colaboración deben ser evaluados en virtud de la marcha académica del becario. Tendría que establecerse un contrato entre la empresa y el becario, con las condiciones, así como una regulación estatal parecida a la de los becarios de investigación.

Las prácticas en empresas son una cosa y el trabajo es otra. La Ley no puede volver a llegar tan tarde como el caso de los trabajadores autónomos. Que nunca más encontremos un anuncio en el que se dice que se busca un becario con experiencia.

Marbella y los compradores de buena fe

Hay una fuerte polémica sobre las miles de viviendas ilegales que se construyeron en Marbella en los infaustos años de gobierno municipal del GIL. Ahora mismo el centro de la discusión se centra en si los compradores de esas viviendas deben o no pagar las compensaciones y los costes del proceso de legalización, ya que muchos consideran que son compradores de buena fe.

Sobre la buena fe del tercero adquirente pivota toda esta polémica. La buena fe, especialmente, en las transmisiones patrimoniales es una exigencia tradicional que se remonta al Derecho Romano. Pero no es solamente una exigencia, sino que además es una circunstancia que puede modificar la responsabilidad civil hasta su extinción y elimina las causas de nulidad de un negocio jurídico.

Supongamos un caso arquetípico de adquisición de buena fe. Una persona fallece y transmite su casa a su hijo. El fallecido, o finado, tiene un hijo extramatrimonial y desconocido para su otro hijo, que únicamente diez años después del fallecimiento de su padre consigue una sentencia judicial firme de reconocimiento de su filiación. Justo después del pronunciamiento judicial, el hijo que había heredado decide vender la casa antes de la ejecución de la sentencia, aprovechando que no ha habido ninguna anotación preventiva en el Registro de la Propiedad.

El comprador es un señor, de otra provincia, que por motivos profesionales se desplaza de su lugar de origen. Ve el anuncio en una agencia inmobiliaria y siendo un absoluto desconocedor del litigio de filiación, viendo que en el Registro no hay constancia de nada y que el vendedor es el propietario, compra la casa.

Cuando el hijo extramatrimonial pide la ejecución de la sentencia y la modificación de su sucesión de su padre, se lleva la desagradable sorpresa de que el único bien de la herencia ha sido vendido. Mantiene que la compraventa es nula porque él era propietario, según la sentencia dictada pero todavía no ejecutada, y no ha dado su consentimiento a la compraventa. Se dirá que el adquirente no debe ser afectado porque compró de buena fe, con toda la información que sensatamente le era exigible conocer, por lo que el asunto se debe resolver entre los dos hermanos.

La pregunta que ahora nos planteamos: ¿los compradores de Marbella son compradores de buena fe? Pues depende de cómo se mire y ya hay quienes quieren hacer un buen negocio de este tema, que lo es.

Concretamente el problema estriba en el conocimiento o no que tuviera el adquirente de la situación de ilegalidad en la que se encontraban las viviendas. El PGOU era y es la regla y el PGOU es una norma jurídica de carácter reglamentario, pero norma al fin y al cabo, publicada oficialmente, cuyo desconocimiento no exime de su cumplimiento. Surge el eterno debate si los planos tienen que ser publicados o no.

Pero hemos de tener en cuenta que al estar en un ámbito sancionador, o similar, podríamos calificar la atenuante de desconocimiento vencible sobre la ilegalidad de las licencias de obras. Y aquí nos encontramos con otro problema, los actos administrativos tienen presunción de legalidad y una licencia es un acto administrativo, por lo que un ciudadano no tiene que cuestionarse si lo es.

Teniendo en cuenta que había más de cuatrocientos recursos presentados por la Junta de Andalucía contra esas licencia ante el Tribunal Superior de Justicia: ¿sigue habiendo o no buena fe? Y si a estos añadimos los procedimientos penales por prevaricación, es decir, tomar una decisión “saltándose a la torera las normas o el procedimiento administrativo”, la idea de la buena fe se debilita.

La conclusión es que tendrá que resolverse caso por caso, como casi todo en Derecho. Habrá quienes tengan que pagar las compensaciones por la legalización y los que no, pero lo que no me explico todavía es la defensa que hace cierta oposición política andaluza de la buena fe generalizada de los adquirentes. Quizá lo haga porque son viviendas de lujo (las rentables para la corrupción marbellí).

lunes, diciembre 10, 2007

Reflexiones sobre el referendum venezolano

Me he estado reprimiendo durante varios días para no escribir nada sobre el resultado del referendum de reforma constitucional celebrado el pasado domingo, 2 de diciembre. Muchos han sido los articulistas, los tertulianos radiofónicos y los esforzados compañeros de la Blogosfera que han comentado y analizado los resultados de la consulta popular. El hecho de haberme reprimido se debe a la necesidad que sentía paralelamente de tener un poco de distancia y de darme tiempo para pensar, más allá de las reacciones en caliente.

Hugo Chávez ha admitido la derrota y el proceso electoral ha sido limpio en palabras de los observadores internacional presentes en Venezuela. Esto rompe con la estrategia de la oposición que le llevó a no participar en las últimas elecciones legislativas para forzar una cámara monocolor que escenificara las pretensiones dictatoriales de Chávez. El referendum les habrá hecho aprender que si los opositores hubieran participado en las legislativas probablemente hubieran sido una minoría, pero en unas elecciones limpias.

El resultado del referendum es la derrota no sólo de una reforma constitucional, sino de un concepto de democracia. Es la derrota de la democracia procedimental. La elección de cargos fundamentales por medio de sufragio universal no restringido, salvo por la edad, entre diversas opciones y con igualdad de oportunidades es “condicio sine qua non” para que haya una democracia, pero si bien es necesario, no es suficiente. El poder debe estar limitado por el respeto y la promoción de los derechos individuales, garantizándose su protección efectiva. Dado este segundo paso, estaríamos ya hablando de democracia en un sentido más pleno (Hugo Quiroga trata de forma interesante aunque parcial este asunto).

La democracia procedimental es la que se conforma con la primera parte de esta definición de democracia que hemos propuesto, por lo demás muy convencional. En la democracia procedimental todo se justifica sobre la base de unos resultados electorales, de forma que el que detenta el poder no se siente impelido a justificar con argumentos racionales sus decisiones cotidianas. Se tiene razón en todo porque se ganaron unas elecciones y no porque las decisiones sean positivas desde el punto de vista económico, social o político.

Los resultados del referendum de reforma constitucional se interpretan con extraordinaria claridad a la luz de los datos de las elecciones presidenciales de 2006. Queda claro el rechazo de la reforma propuesta proviene de los partidarios de Chávez que se quedaron en casa y no fueron a votar, lo cual se tradujo en la pérdida de tres millones de votos, con poco más de trescientos mil votos que ganó la oposición respecto a las presidenciales.

No se me ocurre otro nombre para este hecho que el de voto de castigo. Los propios partidarios, insatisfechos por la labor de gobierno de Chávez en su tercera presidencia y todavía esperanzados en el proyecto chapista, se han abstenido y no han votado en contra de su líder político.

Hugo Chávez se mantiene en el poder desde 1999. Ha hecho grandes gestos, una nueva constitución, pero la impresión general es que los sectores más desfavorecidos no han visto cambios sustanciales, más allá de ayudas y acciones más propias de la beneficencia que de la transformación social. Beneficencia es montar comedores en barrios pobres, transformación social es que haya empleo y que cada cual coma en su casa lo que quiera y haya podido adquirir con un salario justo a cambio de un trabajo digno.

Chávez y su mastodóntico gobierno de veintisiete ministerios han trabajado poco y han salido mucho en televisión. Han deseado constitucionalizar un programa político que no ha intentado llevarlo previamente a la práctica a través de la legislación ordinaria, los reglamentos y los actos administrativos. Gobernar es eso y no estar siempre en un eterno proceso constituyente. Gobernar es hacer menor la normalidad y no estar siempre excepcionalizando para que el resultado de la labor de gobierno no pueda ser escrutado por el electorado.

domingo, diciembre 09, 2007

La estrategia electoral como noticia

“El País” publica hoy dos artículos sobre las estrategias preelectorales del Partido Socialista y del Partido Popular. Cada día los medios de comunicación convierten en noticia no tanto las cuestiones que se plantean en las elecciones, sino el proceso de las elecciones.

Recuerdo un episodio de la serie televisiva “The West Wing” (El ala oeste de la Casa Blanca), en el que la secretaria de prensa del Presidente Bartlet abronca a un asesor de cuarto línea por hablar, después de la victoria electoral, de cómo se ha llevado la campaña y no de lo que ha tratado la campaña, que acababan de ganar. Le dice algo así como “gracias por llevar la atención al proceso y a no a las cosas importantes”.

Habría que hablar más de los temas importantes, desde la proyección internacional de España hasta la financiación de los municipios, pasando por los servicios sociales y la situación de la educación, y no si un partido quiere atraer para sí a los votantes desideologizados o si el otro quiere sacar de la pantalla a sus dirigentes más “ultras”.

Leones por corderos




“Leones por corderos” era una película que deseaba ver hace tiempo, probablemente movido por el magnífico y trepidante anuncio televisivo que la promocionaba. Tenía toda la pinta de ser un “thriller” político que sin entrar en la historia del cine, podía ser sumamente entretenido.

Después de ver la película, creo que lo mejor es el anuncio y hasta cierto punto es tal la desproporción entre anuncio y película que uno se siente estafado. la cinta se articula en dos conservaciones y media entrelazadas y una acción que es el gozne que junta a ambos diálogos. La temática de los diálogos es tópica y no se profundiza, además de necesitarse algunos conocimientos de política americana para enterarse de la conversación entre los personajes interpretados por Meryl Streep y Tom Cruise.

Es permanente el deseo de que en cualquier los personajes se levanten de sus asientos y comience la trama. En ese momento finaliza la película.

A estas alturas de partido me parece que Robert Redford sea el director no es una circunstancia atenuante, sino una circunstancia agravante para calificar la película de tostón. Al salir una chica, quizás aturdida por inquietudes intelectuales recientemente adquiridas, le explicaba a su acompañante que la película era así porque era cine “independiente”. Sí, tenía razón, es un cine “independiente” aburridísimo.

Como nota curiosa quiero indicar lo sorprendente que es el hecho de que todos los textos y rótulos de la película están en castellano. Por ejemplo, el personaje de Tom Cruise está leyendo unas estadísticas y el texto de las estadísticas está en castellano, no subtitulado en nuestro idioma. Esta técnica de “doblaje” no la veía yo desde “Lo que el tiempo se llevó”.



sábado, diciembre 08, 2007

Teoría del Caos y Holismo

Las ciencias sociales, especialmente cuando se trata de intervención social, están llenas de referencias al término “holismo” (del griego “holós”: todo o totalidad) o a su adjetivo “holístico”. Se dice que la intervención en determinados fenómenos sociales deben darse considerando al hecho como un todo y no actuando sobre facetas determinadas. Por otro lado anda la llamada teoría del caos, que dice sintéticamente que en sistema complejos un mínimo cambio en una variable puede producir cambios radicales en el sistema.

Las intervenciones holísticas son amables desde el punto de vista intelectual, pues quiere tener en cuenta todos los factores y armonizarlo, pero la operatividad de estas intervenciones y sus efectividad es muy discutible, porque implican tantos elementos que el control absoluto de todos ellos es prácticamente imposible.

Podría intentar realizar intervenciones en las ciencias sociales desde el punto de vista de la teoría del caos. Intentaré explicarme. Efectivamente hay variables que un cambio mínimo repercuten en el sistema en un sentido o en otro, y otras variables en la que los cambios no influyen hasta que se superen determinados umbrales. Sería conveniente realizar estudios formales y empíricos sobre las variables que sí influyen con un mínimo cambio y que en qué sentido lo hace, de forma que con un esfuerzo menor y margen de control más abarcable se pudiera conseguir mejores resultados que con las bienintencionadas pero ineficaces intervenciones holísticas.

viernes, diciembre 07, 2007

Primer análisis sobre el proyecto constitucional boliviano

La Asamblea Constituyente de Bolivia presentó hace algo más de una semana el primer desarrollo de la norma para cuya elaboración se ha reunido. El texto es un “mamotreto” de cien páginas y más de cuatrocientos artículos. Quiero leer el texto completo pero algunas lecturas más urgentes y menos tediosas han demandado hasta ahora mi atención y ocupado mi tiempo.

Recordé que los estructuralistas jurídicos decían que el alma de una constitución, la constitución de la constitución, es lo relativo a su procedimiento de revisión o reforma, ya que en esas disposiciones se sintetizan los poderes y los equilibrios presenten en el texto constitucional. Y junto a ello la propia constitución otorga el ejercicio del mayor poder que se puede dar en un Estado, el ejercicio del poder constituyente, sea originario o derivado.

La consecuencia es que lo que ahora nos ofrezco es un somero análisis del artículo 408 del proyecto, en su estado actual, de la Constitución de Bolivia. Si los estructuralistas están en lo cierto, nos encontramos ante el núcleo duro del proyecto constitucional boliviano.

Distingue, como suele ser normal, entre dos tipos de reformas. La reforma parcial y la reforma total o de una parte significativa de la norma constitucional. Define la parte significativa como la que afecte a los dos primeros títulos de la primera parte y la quinta parte. Tiene el acierto de considerar que los propios artículos de la reforma constitucional tiene un importancia central en la constitución, no como sucede en España.

Como es también común en buena parte de los textos constitucionales, entre ellos la Constitución Española de 1978, prevé dos procedimientos de reforma constitucional, uno para las reformas parciales y otro para las reformas totales o de los títulos o partes más significativos.

En términos generales llama la atención que el procedimiento menos rígido, que es el parcial, esté condicionado por la necesidad de la ratificación en referéndum. Paradójicamente es curioso que el sistema presumiblemente más exigente, antepone el referéndum a la activación de un procedimiento del Poder Constituyente originario y que otorga al Presidente la capacidad personal de convocar el “referéndum de activación” de la Asamblea Constituyente. Algo similar sucede con la convocatoria por el Legislativo.

La estabilidad constitucional está en manos de dos órganos que pueden actuar independientemente y que no necesitan ni converger ni exigencias especiales para iniciar un procedimiento constituyente. La estabilidad constitucional, por las pocas exigencias, está en manos de las circunstancias políticas del momento, y una crisis o una mala situación puntual puede provocar la convocatoria del “referéndum de activación” más como forma de oposición política que como respuesta a una verdadera necesidad de reforma.

sábado, diciembre 01, 2007

Hugo Chávez apoya al PP

Hugo Chávez ha manifestado su apoyo público y los mejores deseos electorales para el Partido Popular. Creo que a Chávez se le podrán decir muchas cosas, pero nunca se le podrá decir que es tonto, por lo que en sus palabras hay que buscar un segundo sentido.

Él es perfectamente consciente de que, desde su trifulca con el Rey en la Cumbre Iberoamericana, la popularidad que tenía en España entre determinados sectores se ha venido abajo y que se ha fortalecido tanto la imagen del Rey como la del Presidente Zapatero. Él es perfectamente consciente de que todo lo que diga producirá una reacción contraria entre los españoles, de forma que si él da su apoyo a alguien, este apoyo es algo así como el beso de Judas.

Literalmente ha dicho lo contrario: que a las empresas españolas no le va a pasar nada si Zapatero gana las elecciones. Pero su mensaje es que está deseando que gane el PP, que la derecha se haga con el poder para tener un nuevo adversario cerrado, sin formas y heridamente ofuscado (como él mismo es).

Estos son los adversarios que le convienen al victimismo nacionalista de Chávez y no un Presidente educado, con talante, que cree en el diálogo y lo practica, que es capaz de defender incluso al que le insultó despiadadamente, porque había sido electo por los ciudadanos. Zapatero es para Chávez un adversario más duro que Rajoy, porque no entra en su juego y por ello lo apoya a ver si con su apoyo consigue que pierda las elecciones.

Superioridad de campaña

El PSOE tiene una habilidad como partido de la que carece el PP. Es ser noticia tanto por los medios que utiliza como por los contenidos. El PSOE inventó eso de la proclamación pública del candidato a la Presidencia; los del PP entonces gobernante se rieron mucho, y hace dos semana hicieron los propio con Rajoy. A falta de congreso, se les ocurrió hacer una “conferencia política”; los del PP han convocado conferencias sectoriales, y mira que dijeron que la conferencia política era síntoma de ausencia de ideas; el PSOE comenzó a editar vídeos y ponerlo en Internet y el PP reaccionó riéndose de los vídeos, hasta que decidieron era un buen medio y se pusieron manos a la obra.

En la comunicación política el que golpea primero no golpea dos veces, sino que hace que el recurso sea suyo, se identifica con él y él con una forma de comunicar. Los especialistas del PSOE en comunicación política y electoral llevan mucho tiempo trabajando para el partido, desde la campaña electoral de 2004, mientras que en el PP no tiene equipo desde que se cerraron las urnas y se han enfrascado en hacer seguidismo de “teorías de la conspiración”, a cada cual más absurda.

El PP jugó la estrategia de forzar a Zapatero a convocar elecciones pasado el año mínimo establecido por la Constitución. Estrategia que ha fracaso. El PP le ha hecho el inmenso favor al PSOE de mantener movilizado al electorado de izquierda, dado el rechazo que ha sabido generar como él solo. Le corresponde al PSOE dar el último tirón y parece que llevan tiempo pensando cómo hacerlo, cuándo llevarlo a cabo y con qué medios.

Si la comunicación política del PSOE es de primera calidad, la del Gobierno de España no coincide y puede que éste sea uno de los elementos que Zapatero tendría que cambiar después de marzo. Aunque sobre este punto ya me referiré en otra entrada.