sábado, julio 07, 2007

La misa en latín

Hace unos minutos he leído que el Papa ha facilitado la misa en latín. Me ha extrañado mucho esta noticia porque la lengua oficial de la liturgia latina es el latín, aunque se permite el uso de las lenguas vernáculas en todas las prácticas litúrgicas.

Naturalmente el titular es fruto de la confusión, porque confunde la misa en latín con la misa con el rito litúrgico anterior al Concilio Ecuménico Vaticano II. No es conveniente confundir la lengua con el rito, pues la utilización de latín como lengua litúrgica nunca ha estado sometida a autorización, como sí lo ha estado el llamado “rito tridentino”.

En consecuencia, la misa puede ser celebrada en latín y conforme a los usos litúrgicos del Vaticano II. El problema deviene del cambio de liturgia, porque expresa una cosmovisión teológica que no es la mantenida por el último Sínodo de la Iglesia Católica. Esto es especialmente relevante cuando no se permite el uso del rito tridentino durante las celebraciones del Triduo Pascual, que es cuando las diferencias teológicas se hacen más notorias.

Ahora Benedicto XVI ha optado por obviar algunas de estas dificultades, con la finalidad de salvar el cisma producido en 1988 por el obispo integrista Marcel Lefebvre. Un cisma clerical y de pocos fieles, pero que al ser clerical preocupa mucho a los clérigos y podría ser tomado como ejemplo por otras tendencias, de todos los puntos, no necesariamente integristas.

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