sábado, julio 07, 2007

El superhéroe humillado por Bambi

Hay un personaje en la política española que pensó que estaba predestinado a la gloria. Este hecho llegó a su confirmación cuando recibió la nominación de ser el heredero de la grandeza aznarista. Ser elegido sucesor era lo difícil, las elecciones eran un trámite sin sentido, porque no cabía duda de que los españoles, todos sensatos, íbamos a arrojarnos sobre las urnas para votar en masa al delfín gallego, primero de Fraga y luego de Aznar.

Ese personaje tiene una soberbia hasta ahora ignota y para potenciarla se ha rodeado de pelotas que no hacen otra cosa que adularle y decirle que él ha sido elegido, desde que estaba en el seno materno, para ser el hombre que nos redimiera de los males pasados, presentes y futuros.

El adversario de este profeta de la política española era un chico procedente del antiguo Reino de León. A pesar de la conciencia de superioridad, nuestro héroe perdió las elecciones y se vio retrotraído a los bancos de la oposición, que para muchos es su lugar natural pero que él vive como la mayor de las ignominias.

Cada año en el “Debate sobre el Estado de la Nación” prometía a propios y extraños que mandaría a Bambi al bosque, pero cada año Bambi le daba un revolcón que él no se esperaba y no sólo dormía el polvo, sino que se lo comía. Ridículo tras ridículo, debate tras debate, esperó que la situación actual del proceso de paz le diese el triunfo que pensaba que tenía derecho.
Volvió a fracasar, cosa que a nadie le sorprendió. Por cada español que considera que el héroe gallego venció, hay tres consideró que la victoria era para Bambi. Todo un preludio, obertura o prólogo de lo que le va suceder en las elecciones generales del próximo año.

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