lunes, julio 02, 2007

Kirchner presenta a su esposa como su sucesora

Las versiones digitales de los principales periódicos argentinos y españoles han dado la noticia de que Cristina Fernández, esposa del Presidente argentino Néstor Kirchner, se va a presentar como candidata a la Presidencia de Argentina del partido creado por su marido cuando rompió con el Partido Justicialista. El próximo 19 de julio va anunciar públicamente su postulación a la Presidencia de la República en la ciudad de La Plata, lugar de nacimiento de la precandidata.

Estas mismas fuentes dicen que las encuestas que maneja el equipo del Presidente Kirchner dan la victoria electoral tanto a Néstor Kirchner como a su esposa, con una notable ventaja del primero, aunque ambos conseguirían, según los resultados de las encuestas, la elección en la primera vuelta como establecen los artículos 97 y 97 de la Constitución.

Me surge la inevitable duda, confesando mi ignorancia en la política argentina, acerca de las causas por las que un Presidente no se presenta a la reelección, cuando no hay obstáculos legales para ello, y elige como candidata precisamente a su esposa.

Lo primero que resuena es la mítica pareja de Perón y Evita, su esposa, que todavía es un referente consciente o inconsciente para buena parte de la sociedad argentina, y un burdo intento de reproducirla. Esto es quizá demasiado evidente como para ser la única causa, aunque que no sea la única no le quita importancia.

La segunda causa de esta renuncia a la reelección por parte de Kirchner es la posibilidad de autosucederse sin tener que ser reelegido. Su esposa ocupa la Presidencia y él se mantiene en la sombra sin soportar la crítica política directa, listo para volver a presentarse de nuevo a las elecciones, habiendo roto la limitación de mandato. También cabría que intentasen la sucesión entre cónyuges mientras las circunstancias políticas les fueran favorables.

No sé la importancia pública que tienen las esposas de los políticos en Argentina, aunque parece que es mucha. La pena es que esto, visto desde el extranjero, no hace más que confirmar tópicos sobre Argentina, tópicos como positivos que la ancla únicamente en la imagen del folklore, de la pasión desatada por el fútbol y de una política personalista o familiar.

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