sábado, noviembre 04, 2006

La gran independencia judicial y la pequeña independencia judicial

La independencia judicial es una cuestión que se estudia profusamente en el Derecho Constitucional, en el Derecho Procesal y en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Del mismo modo la Politología ha dedicado amplias investigaciones a la división de poderes. Es habitual que se trate de la independencia judicial como la independencia del Poder Judicial en cuanto uno de los tres poderes del Estado, descendiendo a los hechos sólo en el caso de los más altos órganos judiciales, sean de gobierno o jurisdiccionales, como son el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Supremo o la Audiencia Nacional.

Ni se menciona la vida real de muchos jueces, y ni se piensa en fiscales o secretarios u otros funcionarios de Justicia, que prestan sus servicios en pequeñas localidades en las que perviven formas de caciquismo, pueblos en los que todos le conocen, de los que probablemente ellos mismos proceden y en los que sus familias vive normalmente en esa sociedad.

Las presiones e influencias en las altas esferas de la Justicia se reproducen en las pequeñas esferas al menos con la misma intensidad pero por parte de otros actores, donde los silencios, las miradas o los comentarios dejados caer pueden condicionar y de hecho condicionan la actuación judicial, por no hablar de la facilidad de acceso que hay a los jueces en esas localidades.

Existen muy pocos mecanismos para garantizar la independencia efectiva de estos actores judiciales, ya que el debate público y doctrinal se centra en las instancias que cuentan con más garantías per se.

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