sábado, noviembre 04, 2006

Concepto inicial

No es ningún descubrimiento. La percepción humana modifica subjetivamente el espacio, de tal manera que interpretamos las dimensiones espaciales de una forma propia, independiente de la métrica objetiva. Los lugares que son importantes para nosotros, los lugares que habitamos y los que queremos los sobredimensionamos, mientras la mayor parte de la geografía terráquea queda ignota. El sitio donde desarrollamos nuestro centro vital se convierte en nuestra plaza de Tiananmén (el ombligo del mundo) y el resto del espacio se organiza en torno a la plaza. Percibimos los mínimos detalles de lo que nos importa, despreciamos hasta el extremo lo que no nos afecta.

La existencia, experiencia intrínsecamente subjetiva, no se desarrolla normalmente en un espacio objetivo, sino en el espacio que nuestra propia existencia genera, en una geografía subjetiva. Escribir diariamente, o casi diariamente, sobre la propia vida realmente consiste en hacer un inmenso atlas de los espacios (geografía subjetiva física) y de los habitantes (geografía subjetiva humana). Éste es el motivo por el que le he querido dar este título a esta sexta parte de mi diario personal, porque en el fondo lo que hago es hablar de mis espacios y de los habitantes de estos espacios.

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