viernes, noviembre 10, 2006

Esthetica comitia

La imagen y la configuración de la imagen para tener incidencia en las personas que vean o puedan ver esa imagen son un elemento fundamental de la cultural en la que vivimos. La vista no es sólo el sentido más importante de nuestro conocimiento, sino que se ha convertido en la clave de dominio en todos los niveles. La política y en especial las elecciones se han transformado en un proceso de imagen, de venta de un producto, en el que el candidato no sólo ha de tener determinada retórica, proponer soluciones a los problemas de los ciudadanos y generar confianza, sino sobre todo poseer una imagen grata a los futuros votantes.

La imagen necesariamente no tiene que ser la más bella sino la más grata, como ya he elegido. Una imagen grata es aquélla que capta la atención de los demás y responde a los deseos, los más superficiales o los más profundos, de las personas. Los comicios son una cuestión estética (esthetica comitia) en los que lo determinante es la apariencia sensible que se muestra y no tanto la estrategia política de los dirigentes políticos y de sus asesores de campaña. En nuestro tiempo un candidato debe prestar más atención a la imagen que al mensaje, a la cadencia de los colores que viste que a la cadena de sus ideas, dándoles prioridad a los asesores de imagen frente a los asesores técnicos.

Dentro de unos meses comienza el año 2007, año electoral ya que tendremos elecciones municipales y autonómicas en la mayoría de las regiones, pero solamente son la antesala, el aperitivo a las elecciones generales de 2008 en las que todas las fuerzas agotarán sus recursos hasta la extenuación con el fin de seducirnos con su imagen.

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