viernes, marzo 21, 2008

Perjudicando al segundo partido más votado. La propuesta electoral de la Universidad de Granada

Con cierto retraso, lo confieso, me he puesto a examinar la propuesta de un grupo de investigación de la Universidad de Granada para modificar nuestro sistema electoral, partiendo de la idea de que nuestro sistema está ideado para garantizar la gobernabilidad y la representación regional, a costa de sacrificar determinadas cuotas de proporcionalidad.
Ellos quieren cuadrar el círculo y salvar la proporcionalidad, la representación regional e incorporar una mayor proporcionalidad, todo ello sin tocar a la provincia y a la ciudad autónoma como circunscripción electoral para el Congreso. ¿Lo consiguen? Veámoslo.

Comienzan con un ajuste de los diputados a elegir en cada circunscripción. En términos generales hay que señalar que Madrid y Barcelona se refuerzan y hay unos pequeños cambios en otras circunscripciones. Lo que es inexplicable es el aumento de Ceuta y Melilla, que pasarían de un diputado a dos cada una (son las dos circunscripciones menos pobladas), encontrando como única explicación a esto que Ceuta y Melilla suelen enviar a sus universitarios a la Universidad de Granada.

La primera fase sería una atribución de diputados por el procedimiento actual, con las nuevas atribuciones de diputados. La segunda (para la proporcionalidad) consistiría en añadir treinta diputados en una circunscripción nacional de 380 con ley D’Hondt y garantizando los escaños conseguidos en la fase anterior. En la tercera fase (para la gobernabilidad) se vuelve a hacer sobre 420 y conservando los diputados conseguidos en la segunda fase.

A pesar de que el Congreso se ampliaría de 350 diputados a 420, el 100% sigue siendo el 100% y repartir diputados es un juego de cuenta cero, esto es, que lo que pones en un sitio, hay que quitarlo de otro. Si este método le da más porcentaje de diputados a las formaciones nacionales no mayoritarias y respeta a las formaciones regionales, a la vez de querer garantizar la gobernabilidad, el perjudicado no puede ser otro que el partido que ha quedado segundo en las elecciones.

Estos politólogos aplican el método que han propuestos a los resultados de las elecciones al Congreso de seis procesos (de 1989 a 2008). El segundo partido en 2008 tendría un 1% menos de escaños que de votos, en 2004 un 1.5%, en 2000 un 3.5%, aunque en 1996 gana un 0,8% y en 1993 un 0.3%. La pérdida de porcentaje dentro de la cámara es constante para el segundo partido en los seis ejemplos.

Al final ser el segundo partido más votado de España (los 10.169.973 votos y el 41.7% de los sufragios del PP en 2008) sería una desventaja en la representación y no una ventaja, para compensar a partidos que no son capaces de superar siquiera el 4% de votos a nivel nacional.

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