sábado, marzo 08, 2008

La desconexión de los barrios periféricos

Hay un independentismo en España que normalmente pasa desapercibido. Es aquel de algunos barrios o pedanías de determinados municipios que piden su segregación del municipio al que pertenecen y la constitución de su barrio o pedanía en municipio independiente.

Es un fenómeno difícil de evaluar en su conjunto. Hay casos en los que esta petición de segregación se basa en que esa entidad ya no es un conjunto de cuatro casas, que tiene una considerable población y que consideran que la gestión propia de los recursos municipales sería mejor para los vecinos.

La desconexión. Una nueva forma de segregación municipal.

Hasta ahora las peticiones de segregación provenían de pedanías. Solían caracterizarse por estar separadas del núcleo del término municipal. Ha surgido un nuevo movimiento de segregación protagonizado por barrios periféricos de las grandes ciudades, caracterizándose ahora por la diferencia de renta entre sus vecinos, unas veces a favor de los que se quieren segregar y otras en contra de los que solicitan la segregación. A este tipo de segregación se le da el curioso nombre de “desconexión”.

Asociaciones de Vecinos de algunos barrios de Madrid se quejan de la poca atención que, en su opinión, tiene el Ayuntamiento hacia estos barrios, de que los recursos municipales siempre se gastan en las mismas zonas y que carecen de servicios públicos que en otros lugares del municipio se encuentran ya consolidados. La iniciativa “Somos Madrid” no busca la segregación, pero sí un nuevo modelo de gestión dentro del municipio madrileño.

Quiero hacer algunas consideraciones sobre este complejo asuntos. Estas consideraciones no tienen la pretensión de ser apodícticas, aunque sí reflejan algo sobre lo que he pensado muchas veces.

La creación de nuevos municipios tiene un fuerte coste económico, pues conlleva asumir determinados servicios cuya puesta en marcha y funcionamiento son altos independientemente del número de habitantes. Pongo un ejemplo: un municipio tiene que tener una Policía Local, con una estructura de mando, una formación de los agentes, compra y mantenimiento del equipo de la Policía Local y el pago a estos agentes. Normalmente, cuando se compara, solamente se miran las inversiones pero no los gastos corrientes, que en un Administración son considerables.

Además de la Policía tendríamos que añadir recogida de basuras o los gastos burocráticos como son tener tu propio padrón, hacienda local y catrasto propio, mantenimiento de los centros de primarias, por sólo citar algunos. Es lógico que si los vecinos de estos barrios consideran que no son atendidos en inversiones pero tampoco en gastos corrientes como merecieran o como les corresponde a su población, pidan constituir su propio beneficio, aunque esto puede ser un arma de doble filo.

En un blog de este movimiento leí a un vecino de Villaverde que le da pena ver la prosperidad de Getafe o de Leganés y ver la parálisis de su barrio. Esto es cierto, pero la segregación no creo que añadiría nada, pues el nuevo término municipal sería pequeño y con una extensión prácticamente entera de zona urbana. Leganés o Getafe han prosperado porque tenían mucho terreno libre y que lo han dedicado a vivienda o a zonas industriales a un coste mucho menor que el de la capital madrileña.

La oportunidad de unificar municipios: el caso del Aljarafe sevillano.

Yo soy partidario de unificar los municipios cuyos cascos urbanos estén físicamente unidos. Hablaré de algo más cercano a mí: la “comarca” del Aljarafe, al lado de Sevilla. En esta zona nos encontramos con un buen número de municipios unidos, de forma que una acera de una calle pertenece a un municipio y la otra al municipio vecino. Se da el caso que hay servicios, como es el cementerio, que se encuentran en otro término municipal. San Juan de Aznalfarache tiene absolutamente colmatado su término municipal, es decir, todo el término municipal es suelo urbano construido y padece una densidad de más de 5.000 habitantes por kilómetro cuadrado.

La existencia de un planeamiento urbanístico diferente en cada municipio, que no tiene en cuenta el de sus vecinos, ha hecho que esta zona sea enormes dificultades desde el punto de vista de los servicios públicos (especialmente del transporte y carreteras), así como una utilización sin criterio de la construcción como instrumento de dinamismo económico. No digo que estos municipios deberían integrarse en Sevilla, que sería lo más sensato dado que la mayoría de sus habitantes trabajan en esta ciudad, sino que por lo menos los municipios más al oeste deberían integrarse en un solo municipio.

El hecho de yo no defienda las segregaciones municipales y que, al contrario, defienda determinadas unificaciones de municipios, no quiere decir que no considere que los municipios tengan una buena política para con sus barrios. Hay quiénes apuestan por potenciar las Juntas de Distrito como órganos de descentralización, que los concejales sean elegidos cada cual por una zona (sin decir nada de los problemas que tiene el sistema electoral mayoritario) o buscar alguna forma de representación política directa de los barrios.

Mientras tanto: votar en las elecciones municipales.

Yo creo que, independientemente de las soluciones que se propongan o que algún día se adopten, ahora sigue existiendo un instrumento privilegiado en el que muchas veces no se repara: el voto en las elecciones municipales. En el municipio de Madrid votó el 65.93% en las últimas municipales, mientras que en las Generales de 2004 lo hizo el 80.8% del censo. Hay poco interés por decidir el gobierno municipal y lo que es peor, en muchos de estos barrios arrasó Ruiz-Gallardón.

Quizás antes de plantear la segregación hay que empezar por tener conciencia de barrio, es decir, que los vecinos piensen que su voto debe estar en función de sus intereses más cercanos y no en los intereses que representan cosas como la proyección exterior de Madrid, que suele centrarse en su zona centro. Los vecinos de estos barrios tienen la ocasión en las próximas municipales de elegir otra opción política que tenga otra idea de ciudad y de los barrios y llevarla al gobierno municipal con sus votos y si no hay una opción de este tipo, pues crearla y presentarse unidos desde varios barrios a las elecciones.

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