viernes, marzo 14, 2008

El PSOE de Andalucía necesita una renovación

El PSOE de Andalucía ha ganado las elecciones autonómicas andaluzas con mayoría absoluta. La diferencia de veinticuatro diputados de la anterior legislatura no me parecía socialmente representativa y un mínimo retroceso del PSOE (48,16%) y el hundimiento de los andalucistas ha unido a toda la oposición de derecha en una sola formación, reduciendo la diferencia a nueve diputados.

Cuando se gobierna y se gana sucesivamente las elecciones es difícil plantearse las cosas, limpiar a fondo la casa (hasta el último rincón) y tirar a la basura todo eso que uno va acumulando a lo largo del tiempo.

Si los socialistas andaluces no lo hacen, seguramente ganarán dos elecciones más, pero finalmente perderán la Junta de Andalucía y puedo que para mucho tiempo (la ley del péndulo). Durante años nadie cuestionó que en Madrid o Valencia la izquierda era predominante y, ahora sólo hay que mirar los resultados para comprobar que ha dejado de ser así para bastantes años.

Quiero proponer algunas líneas de la reflexión que en mi opinión deberían hacer los socialistas andaluces:

1) Para reflexionar lo primero que deben es ver la necesidad de hacerlo y no caer en triunfalismo y presentismo. Unas elecciones valen para cuatro años, la política seria para muchos años más. Tomar ahora decisiones a una década vista puede parecer fuera de lugar y de tiempo, pero es mejor prever que cambiar a golpe de derrotas electorales venideras.

2) Lo primero que debe hacer el PSOE-A es librarse de peso muerto a nivel autonómico. Gaspar Zarrías es el ejemplo arquetípico de ese peso muerto. Una persona que controla, desde la Consejería de Presidencia, al gobierno autonómico y al partido, repartiendo premios y castigos, más atento a momento que al futuro, más contento con mantener la hegemonía que con hacer una buena política. Es bueno que en los partidos haya una persona que reparta juego, pero estas personas se queman antes, se obcecan y pierden rápidamente la perspectiva.

3) Hay personas e hijos de esas personas que llevan más de dos décadas en puestos claves en el partido y en los municipios. Se ha formado una especie de círculo de “notables” que ante todo quieren mantenerse y que nada cambie. Estas personas impiden que muchas personas que se acercan al PSOE puedan participar para más que para hacer de bultos en actos y pegar tres carteles y si esos nuevos militantes están preparados, entonces son utilizados (en sentido peyorativo) y luego calificados de “arribistas”.

4) El PSOE-A vive de inercias: la identificación de los andaluces con el partido, la costumbre de ganar, sectores de electorado fiel y rechazo a la derecha. Según la física clásica la inercia del movimiento continúa salvo que haya resistencia y la resistencia es el peso muerto al que antes he aludido. Para que el movimiento no se pare hay que dar nueva fuerza y esa sólo te la pueden proporcionar militantes absolutamente de estreno.

5) Además de los militantes de estreno, no estaría de más que el PSOE-A intentara “fichar” especialistas en la Universidad o dentro del sector privado. La antigüedad en el partido no debería ser el único mérito ni uno importante. La experiencia profesional, los conocimientos y la capacidad de trabajo deberían tener un peso decisivo.

6) El PSOE-A está perdiendo una generación. Si lo hace cuando quiera renovar por necesidad tendrá que tirar de veinteañeros sin experiencia vital ni laboral.

7) La oposición casi nunca ha puesto resistencia a la marcha de los socialistas andaluces. Un día el PP se va a dar cuenta de lo rematadamente malos que son y rectifican. Teniendo en cuenta que el PSOE-A no está acostumbrado a tener oposición, con que lo hagan medio regular pueden crear serias dificultades a los socialistas.

8) Es evidente que Andalucía ha cambiado mucho desde el acceso a la autonomía y es también claro que este cambiado ha estado capitaneado por el PSOE-A. Como decía en el punto 1, la política seria mira más allá de las elecciones cercanas y es descarnada en la autocrítica. Los servicios públicos pueden y deben funcionar mejor, no basta con haberlos creados, hay que hacerlos mejores. Los andaluces reclaman un salto significativo y se les el PSOE-A no se muestra capaz de propiciarlo, pueden que lo busquen en otro sitio.

9) Finalmente Manuel Chaves debe dejar la Presidencia de la Junta. Si finaliza esta legislatura, que es lo previsible, habrá estado veintidós años al frente de Andalucía. Chaves no es carismático, no cae ni bien ni mal, no entusiasma y su oratoria no existe. La elección del sucesor debería ser participativa dentro del partido (de ilusiones también se vive), porque lo contrario sería una autosucesión o un dedazo a lo Aznar con Rajoy. El sucesor debería ser alguien más joven que sintonice con los andaluces que no vivieron la Transición (lógicamente cada día son más); alguien con virtudes políticas que aporta ideas nuevas y no sea un mero continuismo. Se le puede dar experiencia de gobierno como Vicepresidente de la Junta, tomando progresivamente el protagonismo.

10) Pueden empezar por deshacerse de iluminados en varios campos, aunque en Educación deberían hacer una limpieza total. La ausencia de equipo dentro del partido (puntos 3 y 4) hace que el responsable de turno busque inspiración en un gurú que ve sus teorías convertidas en normas y publicadas en el BOJA, incluso contra el sentido común.

11) Junto a la salida de iluminados hay que volver a pensar en las ciudades: nuevos centros de enseñanza, nuevos centros de salud, nuevos hospitales o nuevos servicios culturales. Todo eso que lleva siendo igual desde hace treinta años y que contribuye a la desafectación de algunas ciudades para con el PSOE. Si hicieran menos propaganda y más comunicación política, pues mejor que mejor, porque el abuso de la propaganda lleva a la saturación y la saturación a descrédito.

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