miércoles, marzo 12, 2008

El dudoso futuro de la UPyD

La UPyD ha conseguido un escaño por Madrid y ha cosechado 303.535 votos, lo cual supone el 1,20% de los sufragios emitidos. Supone la entrada en el Congreso de un cuarto partido de carácter nacional.

El hecho de formar parte del Congreso no sólo es importante desde el punto de vista del análisis presente, sino que da algunas posibilidades a este nuevo partido de tener una vigencia mayor que la coyuntura en la que ha nacido y ha obtenido un diputado. La consolidación de este nuevo partido dependerá de una serie de factores, algunos que le son favorables y otros adversos.

Factores favorables.

A pesar de no tener grupo parlamentario la UPyD recibirá las subvenciones destinadas a los partidos parlamentarios, tendrán acceso a la documentación oficial de todos los ministerios y una buena cuota de tiempo en los medios de comunicación.

Esto último es lo más importante, ya que siempre habrá periodistas que cubran sus ruedas de prensa, dejen constancias de sus comunicados y habrá periodistas que quieran realizar entrevistas a su diputada. Ser parlamentario hace que tu opinión cuente y sea buscada.

Haber logrado su objetivo, que no era otro que entrar en el Congreso, le ha dado impulso a este partido. Sus votantes han introducido su papeleta en la urna y el hecho de sacar un diputado les refuerza en su decisión: tienen sensación de utilidad y eso es bueno para convertir su decisión momentánea en opción política.

Rosa Díez cae bien dentro de un sector de la sociedad. Tiene experiencia política y el trabajo parlamentario no le es ajeno. El hecho de que la líder y principal referente del partido posea algunas cualidades positivas para un político (eso que se llama carisma) y que ésta sea conocida por la mayoría de los ciudadanos allana el camino.

Factores negativos.

La UPyD ha nacido en un contexto político determinado. Fue apoyada, publicitada y favorecida por los medios cercanos al PP con la intención de desgastar al PSOE, pero ha tenido un efecto contrario, perjudicando precisamente al Partido Popular. Los medios cercanos a la derecha no cometerán el mismo error y los medios cercanos a la izquierda no le darán demasiado juego. Cualquier fallo será castigado severamente por todos lados.

El problema se agrava cuando los temas que han dado relevancia mediática y social a Rosa Díez (política autonómica y terrorismo) posiblemente no serán relevantes en la legislatura que se avecina. UPyD tendrá que hablar de muchos asuntos y definirse entre votar con el gobierno (con lo que perderá sentido opositor), votar con el PP (que le hará perder sentido) o abstenerse (lo cual no es una estrategia seria).

La distribución del voto es sumamente irregular. La proporción nacional de votos de la UPyD es de 1,20% y sólo supera esta media en seis autonomías (Asturias, Cantabria, Castilla y León, Ceuta Madrid y La Rioja).

Dentro de estas seis autonomías sólo en una supera la barrera del 3%, Madrid, donde ha llegado al 3,76%. En Madrid ha obtenido representación gracias a que es la circunscripción en la que eligen más diputados y el superar la barrera garantiza obtener diputado, cosa que sólo puede pasar también en Barcelona.

La UPyD sólo tiene un respaldo significativo en una sola circunscripción y ha alcanzado el 2% de los votos en Burgos, Guadalajara y Soria, pero allí pasar el 3% no hubiera tenido consecuencias a la hora de asignar diputados.

El hecho de que uno de los objetivos de la creación de este partido era proporcionarle una plataforma electoral a Rosa Díez ha hecho que dejasen pasar sin organizarse ni presentarse a las elecciones municipales y autonómicas de hace diez meses. Es difícil ganar una representación significativa a nivel municipal o regional cuando se carece de discurso en esos terrenos, pero es necesario cuando se quiere permanecer en la vida política más allá de una legislatura.

Tener una estructura territorial y representación en los tres niveles da fuerza a una formación política y crea tejido social, que es necesario al menos en los primeros pasos de una formación. La labor municipal puede producir un reconocimiento de la gestión, si es buena, y servir de publicidad a la formación, así como eliminar la imagen de que la UPyD sólo tiene algo que decir sobre política autonómica y terrorismo (si es que no es así).

La UPyD se ha vertebrado alrededor de Rosa Díez. Era lógico y Rosa Díez ha sido su principal baza electoral. Pero ha llegado el momento de tener banquillo, de incorporar a más personas y darles relevancia pública. De lo contrario se dará la impresión de ser una especie de plataforma personal sin representar una política propia y diferenciada (impresión que no me parece muy alejada de la realidad).

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