miércoles, enero 02, 2008

Solidaridad condicionada a la compra

Soy partidario de que las empresas tengan una política social, que destinen parte de sus beneficios a cooperación nacional o internacional y que suscriban programas corporativos de responsabilidad social. Creo que es un gran avance y que las desgravaciones fiscales a las empresas que así actúen son oportunas y convenientes. Incluso soy partidario de que las empresas publiciten en sus páginas webs y por otros medios lo que dedican a “acciones sociales”.

Lo que en cambio me parece mal es que estas acciones sociales estén condicionadas a una opción de compra de los consumidores. Es decir, me parece magnífico que una empresa de cualquier sector destine varios millones para ayudas escolares de niños hospitalizados, que lo publicite, pero lo que me parece una aberración es que esos millones dependan de que los consumidores compren un producto determinado o contraten un servicio concreto.

Esto tiene un nombre: chantaje moral. ¿Por qué? Porque la decisión de compra de un bien o de contratación de un servicio debe hacerse conforme a los intereses del cliente y no con la foto de un “niño famélico” diciendo que si no compras o contratas algo, él no podrá comer mañana.

Me parece muy positivo que los consumidores y usuarios incluyan dentro de sus criterios de compra las “acciones sociales” de las empresas, pero siempre que esas acciones sociales sean “a priori” respecto de la compra, y nunca dependiendo de una opción del cliente.

Si es obscena esta política comercial, roza cualquier límite cuando la utilizan algunas entidades que, por Ley, deben destinar una cuantiosa parte de sus beneficios a su “obra social”.

No hay comentarios: