jueves, enero 03, 2008

Si tan bien se está en la cárcel ...

Una de las cosas que menos aguanto es hacer cola. Me pongo a mil cuando veo algunos de los que ya han llegado a la meta, se dedican a perder el tiempo o hacer comentarios con la persona que atiende esa meta de la cola. El otro día estaba en “unos grandes almacenes” (los que todos sabemos) con tres artículos de su supermercado.

Como tengo la experiencia de que las cajas rápidas no suelen serlo (de lo que hablaré dentro de poco), paso por toda la fila y me lanzo a toda velocidad a la primera caja cuya cola de clientes es pequeña. En este caso había un solo cliente, un señor mayor, que llevaba más o menos la misma cantidad de artículos que yo. Me di cuenta de que estaba hablando con la cajera, pero no presté atención, como normalmente.

Al darme cuenta de que el tiempo lógico para que el cliente anterior pagase, levanté la vista y desconecté el “stand by” de mi capacidad auditiva. En consecuencia, comencé a escuchar la conversación que se traían, ambos muy entregados.

La charla entre el cliente y la cajera era de las más típicas y mentirosas que se suelen dar. El tema era lo bien que vivían los presos y lo duras que eran sus vidas por el sencillo hecho de que tenían que trabajar (pese a que el caballero tenía todo el aspecto de estar jubilado).

No voy a entrar en consideraciones sobre las condiciones de vida de los presos, pero sí les quiero hacer una pregunta y dar una orientación a todos aquellos que consideran que las condiciones del encarcelamiento son mejores que las condiciones de la vida en libertad: Si tan bien viven los presos, ¿por qué no consigues que te metan en la cárcel unos buenos años? (hay un librito, titulado Código Penal, que explica estupendamente qué hacer para pasar un temporada en prisión).

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