jueves, enero 24, 2008

Benedicto XVI y los jesuitas

Tengo la intención de escribir una entrada dedicada a las diferencias entre Juan Pablo II y Benedicto XVI. Los analistas más superficiales ven al actual Papa como un mero continuador de la tesis de su predecesor, además de cómo un Pontífice de transición dada su edad. Esto último es cierto, porque responde a un dato objetivo.

Hay algunas diferencias y se presta atención. Ahora solamente me voy centrar en la elección del nuevo Prepósito General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás. El hecho que este hombre, provenientes de la provincia jesuítica de Japón como Arrupe, haya accedido a la dirección de la Compañía de Jesús supone una victoria del ala moderada de la orden (que sería muy izquierdista en otras órdenes) y la derrota del intento de los sectores más conservadores de la Iglesia de colocar al frente de la Compañía a alguien más cercano a los postulados de otras instituciones que a la espiritualidad fundacional de la Compañía.

Que Benedicto XVI haya accedido a que ésta sea la elección es una prueba más que confía mucho más en las instituciones tradicionales de la Iglesia, que en los nuevos movimientos con más capacidad de movilización para llenar estadios y recintos que de convicción en una sociedad muy secularizada.

Benedicto XVI sabe que la Compañía de Jesús ha sido y es un instrumento fundamental de la Iglesia Católica y que continuar la campaña de ataque y de descrédito hacia esta orden por parte de numerosos jerarcas católicos y de medios religiosos es una especie de suicidio institucional. El lugar de los jesuitas no se puede ocultar fácilmente, porque todos quieren la gloria que se gana por ser la vanguardia, pero nadie los riesgos e incomodidades que hay que asumir por ello.

Puede que Benedicto XVI no sea canonizado nunca, pero tiene la inteligencia que les ha faltado a otros, que se han apuntado victorias que no eran realmente suyas. Juan Pablo II puede que sea muy valorado por sus acciones externas, pero dejó a la Iglesia internamente destrozada. El Papa ha dado un paso para la reconstrucción de su confesión, aunque esto tampoco quiere decir que dé otros muchos en falso, como su intervención televisada en la plaza de Colón.

No hay comentarios: