Nunca oigo la COPE, como no hacen la mayoría de los españoles. Dicen que es bueno saber qué piensa el adversario, pero a mí me resulta tan oneroso para mi salud que prefiero la ignorancia a una enfermedad. En todo caso tengo un compañero de trabajo que es ferviente seguidor y repetidor de Federico y, cuando quiero poner en peligro mi salud, basta con oírle para saber el comunicado oficial del sector más derechista de la Iglesia y del PP.
Hoy lo he hecho. La marcha de Gallardón merecería este comportamiento temerario. Y me ha sorprendido el argumentario. Por lo visto la decisión es buena porque la izquierda se ha enfadado. Deben desconocer que una cosa es lo que se piensa y otra lo que se dice, porque bajo la “indignación general” de la izquierda lo que hay es un inmenso alivio y una difícilmente disimulable alegría. Total, que si la reacción de la izquierda es el baremo de lo acertado o no de la decisión de Rajoy, la decisión es errónea para el PP y beneficiosa para el PSOE.
Hoy lo he hecho. La marcha de Gallardón merecería este comportamiento temerario. Y me ha sorprendido el argumentario. Por lo visto la decisión es buena porque la izquierda se ha enfadado. Deben desconocer que una cosa es lo que se piensa y otra lo que se dice, porque bajo la “indignación general” de la izquierda lo que hay es un inmenso alivio y una difícilmente disimulable alegría. Total, que si la reacción de la izquierda es el baremo de lo acertado o no de la decisión de Rajoy, la decisión es errónea para el PP y beneficiosa para el PSOE.
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