lunes, enero 28, 2008

Guerra contra el café

Recuerdo los primeros años de la guerra contra el tabaco. Empezó poco a poco, con noticias, testimonios y todo tipo de datos. El final ha sido una legislación antitabaco muy dura en toda Europa, y un poco menos en España, impensable hace veinte años.

Ahora me temo que se ha comenzado una guerra contra otro de los hábitos de la sociedades occidentales, el café. El problema reside en que si una persona que fuma extiende las consecuencias nocivas a los no fumadores, un bebedor de café no afecta al que no toma café. En consecuencia, se impone una estrategia más sibilina en los primeros pasos en el cerco contra el café.

Uno de los primeros pasos ha sido publicar los efectos perniciosos del café en mujeres embarazadas (única posibilidad de que café afecte a un tercero). También recuerdo un documental en los primeros días de “Cuatro” en el que un toxicólogo hacía ingerir a un reportero una cantidad tremenda de café, como treinta seguidos, para enseñarle lo mal que se sentía después de esa dosis. Lo mismo hubiera ocurrido si el reportero se hubiera tomado una cantidad exagerada de tila, aunque claro como es relajante, pues como que siempre queda más respetable.

Ya veremos los sucesivos pasos de la nueva cruzada moralista. No se puede decir el café es pernicioso en el embarazo, que lo será, sin hacer una relación exhaustiva de todo lo que lo es. Esto me suena a una nueva cruzada moralista para ocultar los verdaderos problemas sociales y, lo peor de todo, estará apoyado por algunos izquierdista “new age”.

No hay comentarios: