jueves, enero 10, 2008

La relación laboral como lucha

Recuerdo que cuando estudiaba los últimos años de la EGB y el BUP tenía la sensación que algún inepto había reducido a dos los temas de la asignatura de Historia: la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Puede que esa insistencia en examinarme la Revolución Industrial produjera que me hiciera un rojo irredimible por medio de la interiorización de una serie de convicciones a la luz de la experiencia histórica.

Tengo la profunda convicción de que la relación laboral es por naturaleza una relación conflictiva, por eso de la plusvalía que decía Marx y que el empresario siempre intenta que sea lo mayor posible para él.

Hay un conflicto que es inevitable. Inmemorialmente el pensamiento conservador ha intentado negar esta evidencia, tanto considerando que la acción del empresario al contratar es un acto de generosidad o como cooperación entre las partes de la relación laboral.

En la actualidad estos intentos se repiten de una forma diferentes, aunque igualmente virulenta. El primer instrumento para vencer a los trabajadores es hacerles creer que no hay lucha, que no hay plusvalía y que quejarse o reivindicar es de malas y desagradecidas personas.

El segundo instrumento es que los trabajadores vayan desarmados a la lucha. Para ello se intenta desacreditar al movimiento sindical, impedir el trabajo de los sindicatos o directamente se crean sindicatos dependientes de la empresa (o se “compra” a algunos sindicalistas desalmados). En el proceso de desarme generalizado de los trabajadores se intenta destrozar cualquier tipo de negociación colectiva de las condiciones laborales, intentando restringir el ámbito negociador todo lo posible.

Desarmados los trabajadores e igualados teóricamente al empleador, no se encuentra en una situación simétrica, sino en una desigualdad manifiesta, ya que ellos son la parte débil en la relación laboral. Bajo el artificio de que las garantías laborales son injustas y vician la relación profesional, de que los sindicatos y la negociación colectiva son lesivos, se quiere convencer al trabajador de que la relación laboral es pacífica y no una lucha como realmente lo es.

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