martes, junio 26, 2007

Tener soldados o policías antidisturbios

Ha habido verdaderas crisis políticas a causa de la insuficiencia de medios económicos. Determinados gobiernos, ante manifestaciones y protestas de los ciudadanos, tienen muy pocas opciones para atajar coactivamente a los disidentes sin cometer auténticas masacres.

La tristemente celebre masacre de la plaza de Tiananmén, en Pekín, fue causada por la decisión de las autoridades de la República Popular China de enviar unidades militares a disolver la concentración de estudiantes que se alargaba demasiados días para un régimen poco acostumbrado y menos amante de la libertad. El envío de tropas del ejército se debió a que la policía china no tenía materiales y adiestramiento antidisturbios. Los soldados saben hacer de soldados, no de policías de intervención, por lo que lo que hicieron fue matar, que es para lo que estaban instruidos. La conmoción internacional de la matanza de Tiananmén es un lastre que el gobierno comunista chino arrastra hasta nuestros días.

En 2005, el Presidente de Bolivia, Carlos Mesa envió tanto a la policía como al ejército a disolver las manifestaciones de los indígenas contra la venta a través de Chile. Los materiales antidisturbios se acabaron pronto y murieron más de treinta manifestantes, hechos que provocaron la indignación internacional, la intensificación de las protestas y la caída del gobierno boliviano.

La solución, que muchos gobiernos de países en los que la libertad es sólo una palabra y la opresión es su sustitutivo natural para no provocar matanzas y masacres que evidencien su tiranía, ha sido la compra masiva de material antidisturbios y el entrenamiento de sus cuerpos de seguridad en intervención contra los manifestantes, concentrados o cualquier otro tipo de disidente.

Así las dictaduras, más o menos declaradas, pueden reprimir a los ciudadanos que quieren ser libres y así lo expresan, detener e internas en oscuras prisiones a cuantos se les antoje, sin que los ciudadanos de los países democráticos tengamos que ver por la televisión a manifestantes muertos y así nuestros gobiernos no se vean impelidos por la opinión pública a intervenir contra estos regímenes execrables.

La represión y los asesinatos políticos siguen existiendo, mantienen su crueldad, eso sí, invisibilizada para no herir nuestra sensibilidad, que nos importa más que la libertad. De paso hacemos un buen negocio vendiendo el material antidisturbios.

No hay comentarios: