miércoles, junio 27, 2007

Conformarse con poco

El otro día hubo un comentario, que borré accidentalmente, en el que se decía que la última regularización de inmigrantes había impedido que los jóvenes estudiantes universitarios pudieran conseguir contratos de verano en alguna cadena de restaurantes con tienda abiertos durante muchas horas.

La persona que lo comentaba lo hacía con suma indignación, lo cual me produjo una reflexión que intentaré sintetizar en una frase y desarrollar más adelante. La síntesis: “¡con qué poco de conforman algunos!”.

El hecho de que los inmigrantes entren en este tipo de trabajos, hasta ahora terreno abonado de los contratos basura, tiene dos efectos positivos, el primero es que los contratos dejan de ser temporales, porque esa temporalidad es rechazada de plano por los mismo inmigrantes y de nada les sirve para renovar periódicamente los permisos legales; la segunda es el tremendo ahorro que se produce al seguro de desempleo, porque esos jovencitos que estaban tres o cuatro meses, a los pocos veranos tenían derecho al cobro del seguro, cuando realmente ni eran demandantes de empleo ni desempleados, solamente estaban estudiando.

Por mucho que me he estrujado la cabeza no encuentro un argumento que desmorone lo que he dicho. Alguno puede decir que es la manera en la que pobres estudiantes se pueden ganar un dinero para pagarse los estudios. Esto además de ser ridículo es mentira, porque en este país hay becas para quienes no pueden abonar las tasas universitarias. Ese dinero de veraneo es dedicado a gastos de bolsillo, como el posible subsidio de desempleo devengado, por lo que parece preferible que sea ingresado, por poco que sea, por un trabajador para el que ese empleo sea algo serio, con una familia a su cargo y que contribuya al mantenimiento del sistema de Seguridad Social y no demande los subsidios al poco tiempo.

Sé que lo que acabo de escribir puede ser criticado negativamente por muchas personas y con posturas ideológicas diferentes. El hecho de querer trabajar para sacarse un dinero para gastos personales está bien, pero el empleo de las personas que se incorporan plenamente al mercado laboral y que no se adecuan tan cómodamente con la temporalidad y precariedad de algunos sectores.

Puedo confundirme y si es así, pues espero no hacerlo más, aunque este tema lo he pensado lo suficiente para decir que he intentado ser honesto con mis potenciales lectores. Pero estoy plenamente convencido que por lo que hay que luchar no es por trabajillos de temporadas y unas pelas, sino porque al final de los diferentes procesos formativos haya un empleo de calidad, que permita a los ciudadanos plantearse la vida con proyección de futuro y libertad.

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