lunes, diciembre 31, 2007

Maestro interino en paro en huelga de hambre. Come y ponte a estudiar

Paseaba esta tarde por Sevilla, ahora ando por aquí, y vi un folio pegado a una valla de obras (para ver el folio pincha aquí). Hablaba de que un maestro interino en paro se había puesto en huelga de hambre en contra de la Junta de Andalucía y la forma en la que ha dispuesto proveer las bolsas de trabajo, lo cual ha producido que el huelguista y otros colegas suyos se hayan quedado en paro. Yo quiero opinar y decir unas cuantas cosas.

Primera. El huelguista, o los que le han redactado el folio, deben saber que no se puede estar en paro y ser a la vez maestro interino, porque si se es interino, no se está en paro, pero si se está en paro, entonces no se es interino. El problema no es sólo el desconocimiento brutal que tienen estos señores de muchas cosas, sino que han pensado que ser interino es un estado “para toda la vida”.

Segunda. Los interinos se agarran al argumento de la experiencia laboral frente a aquellos que no la tienen. Miden la experiencia laboral por el tiempo que llevan trabajando sin aprobar las oposiciones. Los que no tienen experiencia y que entran en su lugar parece que al menos algo han hecho para ocupar un puesto en la especialidad a la que opositaron, mientras que el huelguista opositó a otra.

Tercera. Primar su “experiencia laboral” es una discriminación fundada en la edad, es decir, un criterio inconstitucional. Los que entran en un momento determinado y quieren acaparar las plazas incluso impidiendo que salgan a oposición (la único posibilidad plenamente legal), impiden acceder a aquellos que nacieron después y que no pudieron concurrir a la bolsa de trabajo que a ellos le proporcionó la interinidad.

Cuarta. La última convocatoria para Maestros de Primaria establecían unas condiciones privilegiadas para los interinos, tanto en la fase de oposición como en la de concurso. Esto ha impedido que personas con muchas nota, que es lo que hay que sacar en una oposición, no hayan podido conseguir plaza y sólo les haya quedado un justificadísimo derecho al pataleo.

Quinta. Es difícil que unos señores que se empecinan en no sacar una plaza como funcionario en unas oposiciones sin ventaja y que lo quieren es que regalen la plaza porque entraron como interinos en un momento dado, transmitan a los alumnos la necesidad de esforzarse para conseguir objetivos.

Sexta. Este huelguista solamente ha conseguido el apoyo de la CGT y ese engendro de SADI (sindicatos de interinos). Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, no lo han apoyado no por falta de solidaridad con los trabajadores que lo necesitan, sino por hartazgo con estos señores.

Séptima. Ya es hora que las administraciones educativas, en este caso la Junta de Andalucía, saque a oposición todas las vacantes y que deje de crear y mantener la casta de los “interinos pata negra”. La interinidad es cubrir situaciones de enfermedad o de contingencias que no eran previsible al final del curso anterior, que es cuando se diseñan las plantillas de los centros y a eso debe retornar.

Octava. La Junta de Andalucía también debe reformar la baremación en las listas de interinos, valorando más los resultados en la última oposición que el tiempo que el aspirante ha estado de interino. Así podremos evitarnos el lamentable espectáculo de interinos que van a las oposiciones sólo para firmar, porque sonrientes le dicen a los que sí han estudiado que ellos tienen el trabajo asegurado.

Novena. Expreso mi no solidaridad con el huelguista. En vez de haber empleado estas navidades en montar teatrillos, podría haberse puesto a preparar las oposiciones del 2009, que es la última oportunidad que tiene de pruebas selectivas privilegiadas para que él pueda entrar, porque sin privilegios uno teme que conocerá a fondo el Servicio Andaluz de Empleo, sucesor del INEM.

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