jueves, diciembre 27, 2007

¿Fuga de cerebros?

La fuga de cerebros españoles al instituciones científicas extranjeras es un tema tan antiguo como manido. Muchas son las causas y han sido detectadas y analizadas por otros. Ahora sólo quiero dar mi opinión y manifestar porqué iniciativas como las del CSIC de recuperar a los “jóvenes fugados” son pocos fructíferas.

Contra lo que se suele pensar, los jóvenes cerebros fugados no reciben ofertas para irse, sino que sucede todo lo contrario, ellos tienen que dirigirse individualmente a instituciones extranjeras para mejorar o incluso mantener su trabajo investigador. Aceptan irse a estas instituciones a ser nuevamente el “último de la fila” (si es que en España no han dejado de ser alguna vez) y rápidamente se dan cuenta que allí el “último de la fila” es mejor tratado a todos los niveles que muchos bien colocados en España. Como uno no deja su país y a su gente para hacer el vago y, además, son personas inteligentes y trabajadoras, rápidamente se hacen un sitio relevante en estos países.

Llega un día que un alto cargo del Ministerio de Educación y Ciencia lee la multitud de jóvenes investigadores españoles que están dispersos por todo el mundo y piensa, acertadamente, que sería bueno para nuestro país que estos volvieran.

Ellos se han acostumbrado a que en esos países, el trabajador de la investigación científica está bien valorado donde hay que valorarlo, en su salario, y que a eso se unen incentivos, que son más cuantiosos cuando trabajan para instituciones de carácter privado, como son los laboratorios farmacéuticos.

¿Qué le ofrecen en España? Poco y malo. Le ofrecen el acceso a un laboratorio, siendo por tercera vez el “último de la fila” y que a lo largo de un tiempo, y con la sumisión adecuada al caudillo tardofranquista que mande en su área o institución, pueda conseguir un puesto fijo a cambio de un salario que es la mitad que el que tiene el ayudante del ese joven investigador en el extranjero. Eso, por no hablar de medios y de recursos.

La política de personal española en material de personal investigador desincentiva a los jóvenes más prometedores y menos situados en el sistema. Salario bajo en términos absolutos, puesto de trabajo precario y un sometimiento humillante a algún jefecillo. El CSIC y el MEC podrán hacer todas las muestras que quieran sobre la buena salud de la ciencia española a estos jóvenes investigadores “fugados”, pero serán poco creíbles ya que ellos conocen la realidad desde dentro.

No hay fuga de cerebros, no se han fugado ellos, han sido echados.

No hay comentarios: