viernes, noviembre 09, 2007

El Conservadurismo y Karl Rahner

Unas noches atrás hice algunas búsquedas aleatorias por Internet, que es algo que de vez en cuando da sorpresitas llamativas. Metí en el buscador universal “Karl Rahner”, que es un celebérrimo teólogo alemán del siglo XX y descubrí una soterrada batalla en torno a este especialista en el pensamiento y la doctrina del Catolicismo.

Cientos de páginas de exaltación del teólogo, otras que ofrecen una información suficientemente imparcial sobre su pensamiento y obras, y las que se atacan desaforadamente, llamándole desde “hereje” a “delincuente” y que son webs de los movimientos más ultraconservadores del Catolicismo. Hablemos de estas últimas que son las interesantes.

El Conservadurismo siempre necesita de un enemigo que atacar, una batalla sin cuartel que librar o una “cruzada”, término más adecuado si hablamos de Teología. Al enemigo se le imputa la responsabilidad de todos los males o de todo lo que los conservadores consideran males. Estando clara la necesidad de un enemigo, hay que proceder a elegirlo y para ello los conservadores no se andan con reparos, cogen a una figura de primera fila de entre sus oponentes, independientemente de que lo entiendan o no.

El enemigo de los conservadores no únicamente un enemigo, es lo peor que una mujer ha podido traer al mundo, por lo que el segundo paso del procedimiento, tras la elección, es la satanización. Se inspecciona su vida y se enjuicia desde una rigidez que no cabe exigirle ni al más santo de los seres humanos y en el dudoso caso de que no se encuentre se lanzan medias verdades o directamente se inventa lo que sea.

Al tercer paso llegan pocos, los conservadores listos e intelectuales, que es el examen de la obra del pensador. Pocos o casi ninguno son los que se meten en un análisis profundo, en el caso de Karl Rahner y mi buceo internáutico ninguno lo hizo. La técnica empleada, por personas con poca capacitación intelectual, consiste en extractar frases, no sacadas de contesto, sino cortadas convenientemente para decir cualquier barbaridad y así intentar desacreditar plenamente al enemigo.

En el caso de Karl Rahner la cuestión tiene especial culpa, cuando ya la forma expresiva de este teólogo es compleja (la claridad literaria no es precisamente una de sus virtudes) y es necesario un profundo conocimiento tanto de la Filosofía Medieval y Contemporánea, así como de la Teología Católica y en especial de los documentos dogmáticos de toda la Historia del Cristianismo. Eso requiere una formación intensa, profunda, dura, que incluye el manejo de numerosos idiomas, tanto modernos como antiguos. Si se quiere rebatir a alguien, a Karl Rahner en este caso, hay que entrar en su terreno, estar a su nivel y conocer totalmente su obra (que son una buena cantidad de grandes volúmenes).

He leído muchas obras de Karl Rahner, aunque no todas. No encuentro ningún motivo para que sea vilipendiado de esa manera si no es la idiocia de estos conservadores. Precisamente son los que toman lo particular por lo universal, los que creen que la Teología es el catecismo de su primera comunión, los que se permiten enunciar juicios desmedidos e insultantes. La ignorancia es temeraria y el Conservadurismo lo es más, ignorante y temerario.

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