jueves, noviembre 29, 2007

Ejércitos existenciales

Pervez Musharraf ha dejado de ser el Comandante en Jefe del ejército pakistaní para poder tomar posesión como Presidente de la República Islámica de Pakistan. En sus palabras de despedida ha dicho que el ejército ha sido su vida y su amor y estas palabras, metafóricas y retóricos en un militar occidental, en el caso de Musharraf y otros muchos militares del Tercer Mundo no tienen nada de literario, sino de real.

En medio de países depauperados, sin estructura social ni economía que vertebre, el ejército se ha conformado en una entidad en la que las diferencias étnicas se obvian o no interesan, no porque se aprecia la diversidad, sino porque se aplica un férreo proceso de aculturación, adquiriendo los militares adquieren una cultura sincrética, incluso una lengua cuartelera diferenciada del resto de la población local.

Los ejércitos en algunos países del Tercer Mundo no están sometidos al poder civil porque obedezcan las consignas de las clases dominantes, que engrosan las filas de su generalato. Todo lo contrario, el ejército se conforma en la clase dominante, ya que controla las propiedades agrícolas, buena parte de las industrias y tiene una autonomía organizativa, económica y presupuestaria que lo conforma como un estado dentro del Estado.

Estos ejércitos que son un estado dentro del Estado tienen un sistema de verdadero ascenso social hasta el generalato. Ellos dependen de la eficacia y valía de sus mandos y buscan alguien que sólo sea un jefe nominativo, sino un líder que gobierne al ejército con éxito. El ejército es la vida de todos sus miembros, les mantiene apartados de la pobreza circundante y sus mandos deben ser buenos, no críos de academia que no han pasado por cada escalafón y siempre han estado refugiados en un despacho o un estado mayor.

Todas las fuerzas armadas tienen una autonomía incomparable para cualquier institución del Estado, incluso más que aquellas a las que se les reconoce jurídicamente esta autonomía. En algunos países, cuando el Estado falla continuamente, ellos se mantienen como única red institucional organizada, por ello sus miembros la aman y les dedican su vida, porque lo que son y lo que han evitado depende de ella. El ejército les proporciona el ciclo vital y existencial que el Estado no es capaz de proporcionar o de propiciar.

Con todo lo anterior no estoy defendiendo ni las dictaduras militares en estos países, ni mucho menos considero que el sistema está bien. Me he limitado a describir el motivo de la importancia del ejército en determinados países, que se debe a unas circunstancias internas y a unos factores sociales y políticos.

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