domingo, diciembre 24, 2006

La Historia cateta

Hacía tiempo que tenía una clara conciencia de que había determinadas esferas de la Historia que desconocía. No hablo de esferas temporales, sino geográficas. Eso se debe a que mi formación académica en Historia ha tenido como centro o bien a España o a Europa. España entendida generalmente como la Corona de Castilla hasta el siglo XIX, último que veíamos en clase, porque los profesores no querían entrar en el Siglo XX por lo comprometida políticamente que podía ser enseñar esta centuria. Europa se entendía como Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y Rusia (de vez en cuando) y nada más. De la Historia de otros estados europeos como Portugal, Hungría, Escandinavia o la región balcánica sólo se tenía noticia de su existencia en la asignatura de Geografía. Fuera de todo esto casi nada de nada. De la Historia de China, Japón, Turquía o Estados Unidos poco más que menciones, a pesar de que son países con un peso específico tanto en el pasado como en el presente.

La bibliografía editada en castellano sobre estos países nos da pocas obras generales e introductorias, y menos especializadas. Ahora parece que nuestros editores están intentando salvar estas lagunas. Yo soy obra de la interacción entre la tan alabada Ley General de Educación de 1970 y los tradicionales planes de estudios universitarios de los años cincuenta y sesenta (con una excepción). Estos planes de estudios y esta ordenación académica eran ombliguistas y acomplejadas, además de contener una pobreza intelectual de primer orden, reduciendo terrenos culturales como la literatura prácticamente sólo a la escrita en lengua castellana.

El problema es que la alternativa educativa desde la LOGSE hasta la LOE, pasando por la LOCE, insisten en los mismos vicios y se concentran más en la creación, reforzamiento e interpretación de la propia identidad a través de la cultura que a proporcionar al alumno un panorama cultural amplio y actual, sin que la literatura y el arte se detengan en el siglo XIX. Con cada plan de estudios y con cada ordenación académica hacemos que nuestros alumnos sean más catetos y tengan las miras más estrechas: conocer lo local no debe ser obstáculo para conocer lo universal.

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