lunes, diciembre 18, 2006

José Antonio Marina

José Antonio Marina ha publicado un nuevo libro, con ocasión de las fiestas navideñas, destinado a aquellos que quieren regalar algún libro que no sea narrativa, pero tampoco conlleve un esfuerzo intelectual mayor que ver un documental de animales en “La 2 de TVE”. He escuchado una entrevista en uno de los programas matinales de televisión y he de reconocer que Marina habla bastante bien, pero siempre he pensado que hace trampa.

¿Cuál es la trampa de José Antonio Marina? La trampa es tan simple que se esconde con suma facilidad y su desvelamiento es muy complejo. Marina dice lo que todo el mundo sabe, lo que es la “Filosofía ambiental”, pero bien dicho, con una correcta redacción y citando algunos autores que dan lustre a sus palabras. Tiene excesiva querencia hacia los psicólogos, generalmente a los de corte humanista, que producen también quietud en el que le lee o escucha.

Sobre esta trampa se edifica otra, que es que Marina dice lo que su público quiere escuchar. En el fondo confirma los conocimientos previos y los valores intuitivos. La Ciencia y la Filosofía moderna descubrieron que muchas de las leyes de la realidad eran contrarias a la intuición y al sentido común y sobre este principio se ha edificado el grandioso monumento que es el conocimiento humano. Marina reniega de lo complejo y se acomoda a lo intuitivo, a confirmar lo que ya se sabe presentándose como argumento de autoridad para quiénes naufragan (utilizando una metáfora suya) en estos procelosos mundos del pensamiento.

En todo caso, estas líneas sobre José Antonio Marina no son ni una descalificación personal ni profesional, sólo es una reflexión crítica de un pensador que se influye como ningún otro sobre millones de personas que si no fuera por su obra nunca leerían nada cercano a la Filosofía. El hecho de que siga gastando horas en un centro de enseñanza secundaria le avala personalmente, aunque esto no es extensible a los postulados de su pensamiento, de los que me encuentro bastante alejado.

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