miércoles, abril 09, 2008

Voto antiaparato

A propósito de la posible (que poco probable) escisión dentro del PP hablé del “voto anti-aparato”. Pensándolo me he dado cuenta que el “voto antiaparato” es una forma de voto útil de la que no traté cuando intenté definir qué era este tipo de voto.

Las bases de los dos grandes partidos generalmente no participan en el proceso de toma de decisiones de sus formaciones. Ellos quedan confinados al papel de ratificadores de lo ya determinado o al de aplaudidores de los líderes elegidos previamente y que ellos solamente pueden votar por el “bien del partido”.

En determinadas circunstancias, normalmente después de descalabros electorales, como el del PP en 2008 o el del PSOE en 2000, las bases de estos partidos ven acrecentada su presencia hasta llegar a ser el protagonista de la vida política, aunque sea por escasas semanas.

El resentimiento por el papel pasivo y de figurante que las bases han tenido que ejercer durante muchos años se expresa en estos momentos. El culpable de esta postergación es identificado como el aparato del Partido, es decir, los que han mandado y sus “funcionarios, de forma que contra ellos se pueden dirigir el voto en la forma de apoyar en las urnas internas a otro candidato, independientemente de que sea la mejor opción para cada uno de esos votantes.

En la vida interna de los partidos, el voto útil recibe la justificación genérica del “voto por la renovación”, la opción por cambiar el rumbo del partido en cualquier dirección menos en la que ha llevado que solamente ha conducido a un sonoro fracaso electoral.

No es que yo critique el voto útil, descalifique a los que lo emplean y ni siquiera me parezca democráticamente malo, pues es una opción como cualquier otra que libremente se ejerce. Únicamente querría dejar constancia de que el voto útil puede existir hasta dentro de los partidos políticos.

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