miércoles, abril 02, 2008

¿Qué pasaría con un gobierno socialpopular?

Leyendo a nuestro Becario en Moncloa durante la campaña, he de confesar que tuve un sobresalto. Se preguntaba, al final de entrada, sobre la posibilidad de un posible pacto de gobierno entre el PSOE y el PP. Ahora, pasadas las elecciones y con un poco de tranquilidad, me gustaría valorar esa posibilidad.

De lo que no cabe duda es que el gobierno hubiera salido el que hubiese tenido más respaldo parlamentario en la historia de la democracia: 323 diputados. Ésta sería la única ventaja. ¿Cuáles son las desventajas tanto para el sistema como para los dos partidos? Hagamos un poco de política especulativa mientras esperamos la segunda investidura de Zapatero.

1) El sistema se quedaría sin una oposición consistente y articulada, que pueda constituirse en una alternativa a ese hipotético gobierno bipartito. La oposición es una lata por dos motivos, el primero es que es desagradable estar en ella y el segundo procede de las molestias que provoca cuando se está en el gobierno. La imposibilidad de una alternativa a los dos partidos del gobierno en las siguientes elecciones provocaría un incremento notable de la abstención.

2) Sólo dos partidos (IU y UPyD) asumirían la labor opositora a nivel nacional, lo que les proporcionaría una mayor notoriedad y la posibilidad de robarles apoyos al PSOE y al PP respectivamente. Serían los destinatarios “naturales” de los descontentos con la coalición, pero tampoco sería descartable el surgimiento de un partido netamente conservador (por ser generoso con el adjetivo). Sería el momento de las opciones más radicales e incluso de las contrarias al sistema.

3) En cada de uno de los partidos habría un gran malestar, pero que sería ridículo respecto al de los votantes en los que su voto tenía una finalidad negativa (evitar que alguien permanezca o llegue al gobierno). No puedo negarme al tormentoso morbo que me produce imaginar a Zapatero de Presidente con Rajoy de Vicepresidente en la foto de familia que el Consejo de Ministros se hace al empezar.

4) En todo caso el gobierno estaría formado por ministros de segunda fila, ya que los dos partidos se obligarían a descartar a las figuras de más peso del adversario. Lo mismo, contradiciéndome respecto al anterior punto, la Presidencia y la Vicepresidencia no recaerían en ninguno de los dos líderes.

5) La negociación del programa de gobierno sería una verdadera tortura. Cada uno de los dos partidos querría evidenciar las diferencias programáticas para luego jactarse que su gran adversario ha tenido que tragar. El programa de gobierno sería un homenaje al inmovilismo (no tocar nada de lo hecho anteriormente), con algún premio de consolación para cada grupo.

6) La confianza entre los miembros del gobierno sería problemática. Si el ministro de Hacienda dota generosamente un ministerio llevado por el otro partido, los suyos se subirán por las paredes. Tendrían que negociar cada línea de los Presupuestos y cuando unos Presupuestos son fruto de un acuerdo, no llevan una línea de acción y solamente sirven para mantener al Estado con vida.

7) La verdad es que no encuentra la necesidad que hubiera tenido organizar un gobierno de este tipo y me congratulo con que nadie haya intentado formar ese engendro político. Comprendo este tipo de gobierno en épocas tan críticas como una guerra, tal y como hicieron laboristas y conservadores en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.

8) Personalmente sentiría una gran decepción.

No hay comentarios: