lunes, septiembre 24, 2007

Puestos a objetar

Dicen que miles de padres quieren presentar una “objeción de conciencia” contra la nueva asignatura “Educación para la Ciudadanía”. A la hora de la verdad, por lo visto, los objetores caben en un taxi. No me voy a referir en este momento a una cuestión de cantidad sino de cualidad, a hablar sobre la objeción de conciencia a los contenidos curriculares.

Argumentan estos señores que ellos tienen un derecho omnímodo para decidir qué pueden escuchar sus hijos y qué no, qué parte de la razón les parece conveniente y cuál no. Después de esto podrán llegar objeciones de conciencia a la enseñanza de la teoría de la evolución, la explicación de Marx o la reforma protestante.

Los padres tienen derecho a formar a sus hijos según sus principios y este derecho están consagrado constitucionalmente. Pero éste o otros derechos no son absolutos, porque la comunidad tiene algo que decir en cómo se forman sus ciudadanos, en cómo la personalidad de los que van a formar su voluntad se hacen personas.

Si aceptamos la facultad omnímoda de los padres, cuando alguno lo solicite en conciencia, deberíamos incluir en nuestros programas escolares la superioridad de una raza sobre otra, la discriminación de la mujer o la destrucción del medio ambiente.

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