miércoles, agosto 01, 2007

Rusia y su afirmación internacional

Los primeros años parecieron dar la razón a esta primera impresión. Rusia estaba tan debilitada y desmoralizada que se no reaccionaba. Llegó la guerra en Chechenia y los dirigentes rusos quisieron poner fin a la descomposición territorial que habían padecido durante el colapso soviético. Emplearon lo mejor que quedaba del grandioso ejército rojo y emergió la figura del actual presidente, Vladimir Putin.

Estos días en España hemos asistido al espectáculo de la detención de un agente doble que los servicios secretos rusos tenían infiltrado en los españoles. Rusia perdió muchos elementos de poder de la URSS, pero no todos, y los servicios de información han permanecido intactos e inclusos fortalecidos, después de que un ex agente se viera aupado al Kremlin por el absolutamente desorientado e inepto Boris Yeltsin.

Ahora vemos que Rusia quiere seguir teniendo preponderancia internacional, como la ha tenido en el escenario europeo desde los tiempos del Zar Pedro el Grande. La rivalidad entre los diversas países ha estado medio siglo tamizada por las rivalidades ideológicas, escusadas por ellas, pero ahora emerge el nacionalismo ruso en cuanto tal, sin necesidad de esconderlo dentro de una u otra ideología. La lucha por el poder en la esfera internacional sigue siendo como siempre ha sido y el simple hecho de que haya una coincidencia sobre ciertos principios democráticos no es óbice ninguno para la rivalidad y la guerra, como no lo fue el absolutismo en su momento.

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