miércoles, agosto 01, 2007

Algo tiene el fútbol cuando lo bendicen

Algo tiene el agua cuando la bendicen. También algo tendrá el fútbol cuando miles de millones de personas se desviven por este deporte. La selección de Irak ha ganado, contra pronóstico, la Copa de Asia. La gente se ha lanzado a la calle a celebrar la victoria de su equipo nacional, independiente del grupo religioso o étnico al que pertenecen y que están enfrentados por las armas diariamente.

No sé los motivos por los que el fútbol une a las personas, incluso a los que están dispuesto a matarse, pero creo que tiene que ver con la reclamación de la propia dignidad y el orgullo antes los demás países. El fútbol es un deporte que todos podemos practicar y conocer la diferencia entre los buenos y los mediocres. El fútbol concentra las energías y puede ser un vehículo de catarsis de muchos de nuestros demonios.

Sé que en cierto país del África subsahariana, herido por el resentimiento de las luchas civiles, se ha utilizado el fútbol como instrumento de reconciliación. Se han formado equipos de niños compuestos por las diferentes etnias y así los padres y las familias, que en África tiene trascendencia social, apoyan equipos compuestos por miembros de los grupos enemigos y se establecen relaciones sociales que pueden tender puentes para superar los barrancos que los separa.

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